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Perspectivas de Salud
La revista de la Organización Panamericana de la Salud
Volumen 8, Número 3, 2003

 

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PANAFTOSA
Cruzados por la salud animal (2003)

por Alexandre Spatuzza
En 2000–01, después de una ausencia de 10 años, la fiebre aftosa -una de las más antiguas más temidas amenazas a la salud animal- irrumpió en una importante zona productora de carne, la cuenca del Río de la Plata.

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El Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, en el estado de Río de Janeiro, Brasil, es uno de nueve centros especializados de la Organización Panamericana de la Salud. Su trabajo es parte del programa de salud pública veterinaria. Foto ©Panaftosa

Esta enfermedad debilitante y sumamente contagiosa se propagó a más de 4.000 fincas en el norte de Argentina, norte de Uruguay y sur de Brasil. Más de 20.000 animales fueron sacrificados para controlar el brote. Hubo que cancelar exportaciones de carne fresca por un monto de 35 millones de dólares, y muchos otros millones en posibles ventas se perdieron cuando los mercados siguieron bloqueados hasta el año 2001. Numerosos mataderos y empacadoras cerraron, millares de personas se quedaron sin trabajo y el comercio de varios otros productos básicos sufrió alteraciones.

Un informe de 2002 del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) reveló que en Argentina y Uruguay, las inversiones públicas y privadas en inmunización, vigilancia y prevención habían disminuido en la década anterior, luego de que se había declarado a esos países libres de fiebre aftosa. "La lección –dice Eduardo Correa de Melo, director de Panaftosa– es que todo país está expuesto al riesgo de la introducción de fiebre aftosa mientras ésta sea endémica en otros países donde los programas no dieron los resultados esperados. Ningún país -por aislado que se encuentre- puede permitirse bajar la guardia”.

Panaftosa, fundado en 1951, es uno de los nueve centros especializados de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El centro, situado en el estado de Río de Janeiro, tiene como misión mejorar el control y la erradicación de las enfermedades de los animales -principalmente de la fiebre aftosa, pero también de la rabia, la tuberculosis y más recientemente de "la enfermedad de las vacas locas".

En los últimos 50 años, Panaftosa ha realizado investigaciones sobre vacunas y procedimientos de diagnóstico nuevos, ha servido como catalizador para la transferencia de tecnología a sus países miembros, y ha formado a trabajadores, tanto del sector público como privado, de todos los países de las Américas para el establecimiento y operación de sistemas de vigilancia y control de las enfermedades de los animales. Por medio de su labor, el centro ha ayudado a los países de la región a mejorar su potencial como exportadores de carne, a la vez que a aumentar su producción para el consumo interno.

Con la ayuda de Panaftosa, los países han logrado reducir drásticamente la incidencia de fiebre aftosa y ahora están avanzando hacia la erradicación de la enfermedad para 2009. Esta meta exige no sólo experiencia y conocimientos técnicos, sino voluntad política y cooperación internacional, además de la participación activa de todos los ganaderos de la región.

 Cattle
Brasil tiene uno de los mejores ganados del mundo. La cooperación técnica de Panaftosa ha ayudado a colocar al país en el camino de la erradicación de la fiebre aftosa. Foto © Panaftosa

"Debe ser un esfuerzo conjunto –dice Correa–. Y debe haber solidaridad con los que afrontan los problemas más graves. La salud animal no es un problema limitado a un sólo país".

Al mirar un mapa de América del Sur, lo que quiere decir Correa queda muy claro. Muchas de sus zonas fronterizas son remotas, tienen muy poca población y casi todas están subdesarrolladas, por lo que es difícil vigilarlas. Por ejemplo, la frontera entre Brasil y Bolivia tiene una extensión de 3.126 kilómetros a través de la selva tropical. Ni los Andes, una cadena montañosa que es barrera geográfica natural, impide el movimiento incontrolado de gente y de ganado.

Chile es un ejemplo. Fue el primer país de América del Sur en lograr eliminar la fiebre aftosa en la década de los 70 y a partir de entonces suspendió la vacunación contra la enfermedad. Esto le valió la situación más codiciada en el mercado internacional de carnes, "Libre de la fiebre aftosa sin vacunación", lo que le permitió exportar su carne prácticamente a cualquier parte del mundo. Pero eso también dejó al ganado chileno sin rastros de inmunidad.

Como resultado del contacto entre el ganado de Chile y el de Argentina, que pastaba en los campos de las tierras altas cerca de la frontera de los dos países, en el verano de 1987, la epizootia una vez más hizo su aparición. José Naranjo, asesor de Panaftosa, fue uno de los 400 veterinarios y técnicos que tuvieron que recorrer el país en busca de animales infectados y expuestos, para luego llamar al ejército que los mataba y los enterraba. Fue necesario sacrificar unas 35.000 cabezas de ganado para salvar a un rebaño nacional de 3,6 millones. Gracias a las medidas tan drásticas que se aplicaron, Chile pudo detener la propagación de la fiebre aftosa y, en diciembre de ese mismo año, recuperó su condición de país libre de la enfermedad.

"El resultado positivo de todo esto fue el establecimiento de un sistema para controlar el movimiento de animales entre los países y la firma de convenios de cooperación entre Argentina y Perú," dice Naranjo.

Introducida en las Américas desde Europa hacia 1870, la fiebre aftosa ha afectado a todo el continente americano alguna vez, excepto a América Central. Hoy en día, sigue siendo endémica en Bolivia, Ecuador y Venezuela. Todos los países de América del Norte, América Central y del Caribe están libres de la enfermedad sin vacunación, junto con Guyana, Chile y la Patagonia argentina. Uruguay está "libre de la enfermedad con vacunación", como lo están grandes extensiones del territorio de Colombia y Perú. Más del 80% del ganado de Brasil (unos 145 millones de cabezas) se encuentra en zonas libres de aftosa.

Tener o no tener

Designar a un país dentro del grupo que tiene o no tiene aftosa acarrea enormes consecuencias sobre el intercambio comercial, por eso la Organización Mundial de Sanidad Animal, con sede en París, actúa como árbitro. Conocida por sus iniciales en francés, la OIE tiene a su cargo la clasificación de los países según su situación en cuanto a la fiebre aftosa. Más de 50 de sus 162 países miembros han recibido la clasificación "libre de fiebre aftosa sin vacunación", lo que les permite vender sus productos cárnicos en todo el mundo. Los países donde la enfermedad es endémica o donde todavía ocurren brotes están expuestos a prohibiciones internacionales sobre su carne sospechosa. Pero los países clasificados como libres de fiebre aftosa con vacunación todavía están en desventaja en el mercado, ya que algunos países restringen también las importaciones de su carne. Si bien el sistema de clasificación de la OIE ha logrado transparencia y ha ayudado a proteger a los países libres de la enfermedad de la importación del virus, también ha disuadirdo a los países de que utilicen la vacunación.

Las normas de la OIE fueron modificadas levemente en la década pasada para autorizar zonas libre de fiebre aftosa dentro de los países, cambio que favoreció a Argentina, Brasil y Colombia, entre otros. Luego, el año pasado, la OIE adoptó cambios más profundos que podrían tener consecuencias de largo alcance. Por primera vez, reconoció el concepto de infección por el virus de la fiebre aftosa como diferente de la presencia de anticuerpos resultantes de la vacunación. También redujo de dos años a 18 meses el tiempo requerido para que los países recuperen su clasificación de país libre de fiebre aftosa después de la vacunación, sin sacrificio de animales en forma masiva.

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El trabajo de Panaftosa en vacunas y sistemas de diagnóstico, además de su ayuda para desarrollar programas nacionales de control, ha permitido a los países de Sudamérica reducir notoriamente la incidencia de fiebre aftosa. Foto © Panaftosa

"Estos son cambios positivos –dice Albino Belotto, jefe del programa de Salud Pública Veterinaria de la OPS en Washington, D.C.–. Dan más opciones a los países. En el pasado, eliminar al ganado sin vacunación era la única forma de lograr que el comercio se reiniciara rápido. Ahora, los países pueden utilizar la vacunación de emergencia sin tener que sacrificar a los animales vacunados, y luego demostrar que el virus no está en circulación".

Los cambios no hubieran sido posibles si no fuera por los nuevos avances científicos y tecnológicos, principalmente un novedoso sistema de diagnóstico desarrollado por Panaftosa. El sistema puede detectar anticuerpos al virus de la fiebre aftosa que son diferentes a los anticuerpos a la vacuna, lo que permite a los criadores de ganado distinguir a los animales infectados de los que únicamente recibieron la vacuna. La OIE propuso que este sistema se adoptara como la prueba estándar de referencia para las Américas.

El sistema, disponible desde 1991, representa un gran refuerzo para las actividades de vigilancia de la fiebre aftosa de acuerdo con la coordinadora del laboratorio de Panaftosa, Ingrid Bergmann.

"No se trata de un medio de control propio de la enfermedad, sino que es una gran ayuda para controlar a los rebaños vacunados, lograr el reconocimiento internacional de estar libre de fiebre aftosa y para garantizar el comercio nacional e internacional de productos cárnicos", dice Bergmann.

Una contribución igualmente importante de Panaftosa a la lucha contra la fiebre aftosa fue la de haber elaborado, a comienzos de los años 80, una nueva vacuna en coadyuvante oleoso; se trata de una herramienta de control de la enfermedad que confiere a los animales una inmunidad más duradera, por lo que las vacunaciones serán menos frecuentes que con la vacuna convencional.

El ABC de la fiebre aftosa
La fiebre aftosa es una enfermedad viral que rara vez ataca a los seres humanos pero causa fiebre, malestar y lesiones dolorosas en el ganado vacuno, ovino, porcino y de otro tipo, utilizado para la alimentación. En animales jóvenes, puede ser mortal. Los animales mayores sufren de pérdida de peso, retraso en el crecimiento y disminución de la lactancia. Los brotes ocasionan grandes pérdidas en la producción de carne y de leche.
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"Las vacunas anteriores daban inmunidad por un máximo de cuatro meses –explica Bergmann–. Eso significa vacunar tres veces al año, con los costos derivados de agrupar al ganado y poner la vacuna. La vacuna en coadyuvante oleoso se da dos veces durante el primer año de vida del animal y sólo una vez al año de allí en adelante".

Quizás la contribución más importante y duradera de Panaftosa fue la formulación, en 1987, del Plan Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa. Esta iniciativa continental se fundamentó en la labor realizada por el centro al ayudar a los países a crear programas nacionales de control de la aftosa en las décadas de los 60 y 70. El plan seguía el establecimiento en 1973 de la Comisión Sudamericana para la Lucha contra la Fiebre Aftosa (Cosalfa), cuyo propósito era coordinar las acciones internacionales. A través de éste y otros foros multilaterales, Panaftosa ayudó a los países de la región a organizar su batalla contra la fiebre aftosa.

Los resultados han sido alentadores: la ampliación de los programas de control permitió pasar de una cobertura de apenas 30% de los rebaños de la región en la década de los 60, a aproximadamente 85–90% de los rebaños en los años 80.

Chile, declarado libre de fiebre aftosa sin vacunación en 1981, representó el primer éxito de estas iniciativas. Con el apoyo de Panaftosa, el país estableció un sistema completo de vigilancia y control donde participaban tanto el sector público como el privado. El gobierno formó equipos de inspección, firmó convenios de cooperación internacional y estableció mecanismos para compensar a los ganaderos de posibles pérdidas. éstos, por su parte aumentaron sus inversiones en el adiestramiento de su personal, así como en la compra de vacunas y equipos afines.

"No sólo están aumentando las exportaciones de carne y productos lácteos hacia los mercados más exigentes, sino que también el consumo interno de la carne chilena se ha duplicado en los últimos dos años –dice José Naranjo–. Panaftosa desempeñó un papel fundamental en estos logros mediante la transferencia de tecnología, la capacitación del personal y ayudando a formar los equipos de inspección".

Con miras a beneficiarse de los ingresos en dólares aportados por los nuevos mercados, los ganaderos brasileños empezaron a organizarse en los años 80.

"En 1982 se creó el consejo nacional de ganadería que se proponía organizar toda la cadena de producción de carne –explica João Meirelles, ganadero brasileño y ex presidente de una de las asociaciones de ganaderos del país–. Gracias a estas medidas, el país dejó de ser importador neto de carne en 1978, para convertirse en el mayor exportador de todo el mundo, en 2003”.

Hoy en día Brasil se enorgullece de sus rebaños que se encuentran entre los más productivos y de más alta calidad en el mundo. En América del Sur, el país ocupa una posición de liderazgo en la producción de vacunas, gracias a la transferencia de tecnología de Panaftosa a los productores privados. Brasil produce hoy más de 320 millones de dosis de la vacuna en coadyuvante oleoso, con la cual inocula a alrededor del 90% del ganado del país y a la vez exporta la vacuna a otros países como Bolivia y Ecuador.

Si bien la aftosa todavía está presente en algunas partes de Brasil, los defensores de la salud animal creen que la erradicación está cerca. Sin embargo, hay retos que superar. Los países de toda la región tienen que hacer frente al problema de las "fronteras permeables", y la mayoría de los gobiernos carecen de recursos humanos para erradicar el contrabando de ganado. La trazabilidad, que permite identificar el origen de la carne hasta el animal y la finca que lo suministró, ayudaría a abordar el control de la enfermedad.

En una reunión celebrada en mayo de 2003 en Chile, Cosalfa solicitó que Panaftosa suministrara kits de diagnóstico para la vigilancia de la fiebre aftosa, a la vez que buscara un socio externo capaz de emprender la producción de largo plazo. Además, aumentó el poder de Panaftosa para efectuar verificaciones en los países acerca de su situación sobre la fiebre aftosa y pidió al centro que diseñara un nuevo programa de capacitación para formar a los técnicos en la vigilancia de la salud animal.

En marzo de 2004, en la Feria Anual de Ganadería y Rodeo de Houston, Texas, la OPS y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos serán los anfitriones de una Conferencia Hemisférica sobre Erradicación de la Fiebre Aftosa. El propósito es asegurar medidas internacionales coordinadas y de largo alcance para darle impulso final a la erradicación. Un tema clave será la necesidad de reforzar los sistemas de prevención basados en la vigilancia y la cuarantena, además de la vacunación.

João Meirelles señala que las iniciativas de los últimos cinco años en América Latina han generado una de las redes de vigilancia de enfermedades más eficientes del mundo: "Con esta red ya en funcionamiento, ahora podemos combatir también otras enfermedades graves para los animales como la tuberculosis, rabia, brucelosis, y avanzar realmente hacia la meta definitiva, que es la de tener animales sanos en un continente sano".

Alexandre Spatuzza es periodista brasileño independiente y reside en São Paulo.

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