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Perspectivas de Salud
La revista de la Organización Panamericana de la Salud
Volumen 8, Número 3, 2003

ÚLTIMA PALABRA
La discriminación sí tiene cura
por Carol Vlassoff

Desde el principio de la epidemia de sida, las personas que viven con el VIH no sólo sufren los efectos directos de la enfermedad, sino que también padecen la carga del estigma y la discriminación.

Mujeres y hombres en todo el mundo han perdido sus empleos, sus casas y el apoyo de amigos y familiares cuando otros se enteran de que son VIH positivos. Muchos han recibido ataques verbales y físicos, y algunos hasta han perdido la vida. Según revela un nuevo estudio publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las personas infectadas con el VIH también han tenido que afrontar la discriminación en el sector de la salud de aquéllos que tienen la responsabilidad social de cuidarlos y de garantizar su bienestar.

El problema se manifiesta en diversas formas, desde infracciones al derecho a la vida privada, hasta la agresión verbal. Un paciente en Bolivia se enteró de que había contraído el virus cuando un doctor le gritó en la sala de espera: "Tienes sida. Te vas a morir". Algunos trabajadores de salud revelan a terceros el resultado de una prueba de VIH sin el consentimiento del paciente, lo que es inaceptable.

En algunos casos, las personas infectadas con el VIH han sufrido retrasos en recibir el tratamiento y hasta se los han negado. Informes de varios países de las Américas y de todo el mundo han confirmado que a las personas con el VIH a menudo se les niega orientación sobre la enfermedad y tratamiento para las infecciones oportunistas, aunque éste sea poco costoso. Se cita a un trabajador de salud quien dijo que no tenía sentido administrar el tratamiento porque el paciente "moriría pronto".

La discriminación puede tener marcados efectos fisiológicos o psicológicos sobre los discriminados. Durante los 20 años transcurridos desde que se identificó la enfermedad, las acciones y omisiones de los trabajadores de salud han afectado gravemente a cientos de miles y quizá millones de personas.

Hay muchas razones por las que algunos trabajadores de salud reaccionan en forma adversa hacia las personas con el VIH. Pueden tener actitudes negativas sobre la base de lo que suponen que es el comportamiento sexual y de consumo de drogas del paciente. Tal vez están poco capacitados. Tal vez están soportando mucha presión debido a que trabajan en un lugar que no cuenta con los recursos adecuados y donde no disponen del tratamiento más apropiado.

El estigma relacionado con el VIH/sida se suma a otros tipos de estigma. A menudo se presupone que las mujeres que han contraído el virus son "promiscuas". Los hombres homosexuales y las personas transexuales se ven particularmente afectados. Un hombre en Chile que inició su tratamiento mientras estaba casado, se dio cuenta de que la actitud de los trabajadores de salud hacia su persona se deterioró mucho cuando se conoció su condición de homosexual.

Sin embargo, para combatir eficazmente la discriminación, necesitamos más y mejor información al respecto. Se han realizado algunos estudios sobre la discriminación en los servicios de salud pero, en general, la investigación del fenómeno es limitada.

Sabemos que muchas personas con el VIH/sida tienen experiencias negativas en los ámbitos de atención de salud, pero no sabemos si son la mayoría o la minoría. No sabemos cuál es la proporción de trabajadores de salud que tienen actitudes discriminatorias o cuán a menudo estas actitudes se traducen en conductas discriminatorias. Hay informes que nos dicen que la discriminación está disminuyendo, pero no tenemos las pruebas para confirmarlo. En otras palabras, sabemos que hay un problema pero no conocemos sus dimensiones ni dónde es mas grave. Para la salud pública, éstos son interrogantes clave que deben ser abordados mediante la formulación de respuestas eficaces.

Como primer paso debemos reforzar nuestro respeto por la dignidad y por los derechos humanos de todas las personas. Debemos garantizar que todos los trabajadores de salud tengan las aptitudes y los conocimientos necesarios para tratar a las personas que padecen esta enfermedad. Debemos adherirnos a los principios éticos adecuados y modificar estas pautas cuando las circunstancias lo exijan.

Además de velar por las necesidades de las personas con VIH/sida, es necesario atender a nuestros colegas trabajadores de salud; en particular, a quienes a diario deben hacer frente a la presión ocasionada por el trato con pacientes gravemente enfermos que pueden morir en los mejores años de la vida. Debemos establecer asociaciones con las organizaciones de trabajadores de salud y de las personas con VIH/sida. Podemos ofrecer entrenamiento e identificar las debilidades sistemáticas que permiten que ocurra la discriminación en clínicas, hospitales y cualquier otro ámbito médico.

Quienes trabajamos en el sector salud, cualquiera sea nuestra función, tenemos una obligación especial de apoyar a quienes sufren cualquier enfermedad, especialmente si es tan traumática como el VIH/sida. Si los servicios de salud logran superar la discriminación relacionada con el VIH/sida, todos nosotros -pacientes y trabajadores de salud por igual- habremos mejorado.

Carol Vlassoff es jefa de la Unidad de VIH/sida de la Organización Panamericana de la Salud. Cliquee aquí para leer el informe de la OPS Comprensión y respuesta al estigma y a la discriminación por el VIH/sida en el sector salud.

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