Última palabra


La mayoría de los países de América Latina y el Caribe depende de la sangre de donantes de reposición. Invertir esta tendencia es el reto más importante en materia de seguridad de la sangre que se plantea hoy en día a la región.

Una colega argentina de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recuerda muy bien cuando hospitalizaron a su padre ya mayor en Buenos Aires. "Le dijeron que tenía que conseguir cinco donantes que dieran sangre para una operación de emergencia. Fui con mi esposo. Cuando encontraron que soy O negativo, donante universal, me preguntaron si podían sacar más. Les contesté: 'Sáquenme lo que quieran'. Pensé que, gracias a mi donación, mi padre iba a tener la sangre que necesitaba para empezar a escribir la palabra esperanza".

Sucede todos los días en América Latina y el Caribe. Los hospitales les dicen a sus pacientes que deben pedir a sus amigos y familiares que donen sangre antes de que el paciente sea sometido a una operación. Esta "donación de reposición" se considera esencial. Lamentablemente, igual que la sangre de los donantes remunerados, la sangre de los donantes de reposición es menos segura que la sangre de donantes "altruistas", es decir, los que acuden a donar su sangre simplemente por el bien de los demás.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay mayor prevalencia del VIH y otros agentes patógenos en la sangre de los donantes remunerados y de reposición, en comparación con los altruistas. Un estudio realizado en Ecuador determinó que la sangre procedente de los bancos que dependen 100% de los donantes de reposición tenía 12.000 veces más probabilidades de dar un resultado positivo a las pruebas del VIH o de la hepatitis B o C, en comparación con la sangre de los bancos que contaban con no menos de 60% de donantes altruistas.

No obstante, en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, entre el 50% y el 90% o más de la sangre disponible proviene de donantes de reposición. Invertir esta tendencia es el reto más importante en materia de seguridad de la sangre que se plantea hoy en día a la región.

¿Por qué la sangre de los donantes altruistas es más segura? Todo banco de sangre hace una serie de preguntas a los posibles donantes a fin de determinar si hay alguna razón para dudar de que su sangre sea segura. El problema es que tanto los donantes de reposición como los remunerados pueden tener razones para ocultar al personal del banco de sangre si han asumido algún comportamiento de riesgo. Los remunerados quizás no quieran disminuir sus oportunidades de recibir algún dinero, mientras que los donantes de reposición pueden sentir presión para cumplir con el pedido de la familia, pero se sienten incómodos de admitir sus comportamientos de riesgo. En algunos casos, las familias tienen dificultad para conseguir un donante y terminan pagando a no familiares cuya única motivación es recibir el pago. Por el contrario, los donantes voluntarios cuya única motivación es dar el regalo de la sangre no tienen razones para dar respuestas falsas.

En los países desarrollados, prácticamente todo el suministro de sangre hoy en día se obtiene de donantes altruistas. Sin embargo, los países en desarrollo todavía dependen principalmente de las donaciones de reposición. El problema es contar con suficiente sangre. Según las pautas de la OMS y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, un país necesita recoger sangre del equivalente a entre 3% y 5% de su población, cada año, para tener un abastecimiento adecuado de sangre. En promedio, los países de América Latina y el Caribe recogen sangre del equivalente a apenas 1,4% de su población.

La OPS y la Federación de Cruces Rojas están ayudando a los países de América Latina y el Caribe a abordar el problema de la escasez crónica de sangre y de la dependencia de las donaciones de reposición. Esta iniciativa tiene que hacer frente a varios retos especiales, a saber:

Actitudes de los posibles donantes: mucha gente de la región cree que donar sangre puede hacer que la persona aumente de peso o adelgace. Otros creen que dar sangre significa desprenderse de parte de la propia vida. La OPS ha apoyado la investigación sociocultural para la preparación de campañas de mercadeo social que toman en cuenta estos y otros factores culturales.

Atención de los servicios: la falta de capacitación y de cuestionarios estructurados puede hacer que el personal del banco de sangre rechace a posibles donantes por razones que no siempre son válidas. Es esencial que el personal esté bien capacitado para que los donantes se sientan seguros y a gusto, sobre todo porque los donantes más seguros son los que acuden repetidamente.

Facilitación de la donación: los equipos móviles son una forma excelente de recoger sangre en los lugares de trabajo, clubes sociales, iglesias y otros sitios de reunión. Hay buenas razones para que las donaciones de sangre se hagan fuera de los hospitales, en bancos de sangre más accesibles y atractivos para los donantes.

América Latina y el Caribe han experimentado considerables progresos en materia de seguridad de la sangre. Gracias a la ampliación del tamizaje de la sangre, el riesgo de contraer una enfermedad a través de una transfusión se ha reducido drásticamente. Ahora, el reto es garantizar que cada país de la región cuente con un abastecimiento de sangre seguro, suficiente y oportuno al alcance de todos sus habitantes. El trabajo concertado entre la OPS, la Cruz Roja, ministerios de salud y otros, a fin de promover donaciones voluntarias, altruistas y repetidas, puede ayudar significativamente a lograr esa meta.

Peter Carolan es oficial principal en cuestiones de sangre de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Marcela García es oficial técnica de servicios de laboratorio y de sangre de la OPS.

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