Washington, D.C., 26 de septiembre del 2017 (OPS/OMS) - Aunque en la región de las Américas se hayan conseguido avances en la prevención de la violencia, "sigue siendo limitado el reconocimiento de la violencia y los traumatismos como cuestiones de salud pública que imponen una carga significativa para los países", señaló un reporte presentado hoy ante los ministros de Salud de las Américas.

En el marco de la Conferencia Sanitaria Panamericana, se presentó ante los ministros el informe "Repercusión de la violencia en la salud de las poblaciones americanas". En este informe se concluye que a pesar de que 22 países invirtieron en planes integrados para abordar la violencia interpersonal, "la inversión no se ha hecho a un nivel que esté en consonancia con la escala y la gravedad del problema".

La región de las Américas tiene las tasas más altas de homicidios en el mundo, según un estudio global de la OMS sobre el Estado de la Prevención de la Violencia. Además, una de cada tres mujeres (desde niñas hasta mujeres mayores) es golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o sometida a otro tipo de abuso durante el curso de su vida, según la Estrategia y el plan de acción de la OPS sobre el fortalecimiento del sistema de salud para abordar la violencia contra la mujer.

La Organización Panamericana de la Salud ha intensificado su cooperación con los países para prevenir la violencia interpersonal, en particular contra las mujeres, las niñas y los niños, mediante la difusión de información, la organización de talleres y sesiones de capacitación, y el fortalecimiento de las redes y las coaliciones.

Pese a estos esfuerzos, el informe señala que "son pocos los recursos, ya sean financieros o humanos, que se asignan a estas áreas de trabajo". Y añade: "El hecho de que la prevención de la violencia es un tema complejo, que requiere de la colaboración multisectorial y la inversión a largo plazo, también representa un reto".

El informe recomienda tomar medidas para mejorar la situación y para seguir abogando por el reconocimiento de la violencia como una prioridad de salud pública y por una mayor inversión de los gobiernos en su prevención a lo largo del curso de la vida.

Los países deben llevar a cabo las acciones recomendadas en las estrategias y los planes de acción, tanto mundiales como regionales, y volcar sus esfuerzos en lograr las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible relacionadas con la eliminación de todas las formas de violencia, concluye el reporte.

Enlaces

Estrategia y plan de acción sobre el fortalecimiento del sistema de salud para abordar la violencia contra la mujer 
CSP29/INF/3 Repercusión de la violencia en la salud de las poblaciones americanas: Informe final
Conferencia Sanitaria Panamericana/OPS