Parte II

Estado Actual de la Salud de los Adolescentes y Jóvenes en la Región de las Américas

II.1 Introducción

El objetivo primordial de la Estrategia Regional para Mejorar la Salud de los Adolescentes y Jóvenes y el Plan de Acción sobre la Salud de los Adolescentes y los Jóvenes es contribuir a la salud de la población joven en la Región de las Américas (4). Esto se alcanzará mediante el desarrollo y el fortalecimiento de una respuesta integrada del sector de la salud y la puesta en práctica de programas eficaces de atención, prevención y fomento de la salud de los adolescentes y jóvenes. El Plan de acción propone un conjunto de ocho objetivos de salud, con 19 metas, que se relacionan con la mortalidad, las lesiones involuntarias, la violencia, el consumo de sustancias psicotrópicas y salud mental, la salud sexual y reproductiva (SSR), la nutrición y la actividad física, las enfermedades crónicas y los factores protectores (4) (anexo II.A). En esta segunda parte del informe se presenta, con base en estos objetivos de salud, una información actualizada sobre la salud de los adolescentes y jóvenes en la Región.

II.2 Mortalidad y morbilidad

La adolescencia es una etapa de la vida que suele transcurrir con buena salud, cuya mortalidad y morbilidad son bajas en relación con otros grupos etarios. El informe del 2016 de la Comisión sobre la salud y el bienestar adolescente de The Lancet (3) propuso clasificar a los países en tres categorías, según el patrón de la carga de morbilidad en la población adolescente y joven (de 10 a 24 años).

Recuadro II.1: Objetivos regionales de salud para los adolescentes y los jóvenes (1-3)

Objetivo 1: Reducir la mortalidad de los adolescente y jóvenes

  • Reducir la tasa de mortalidad de los adolescentes y jóvenes (de 10 a 24 años)

Objetivo 2: Reducir los traumatismos no intencionadas

  • Reducir la tasa de mortalidad causada por accidentes de transporte terrestre en los hombres (de 15 a 24 años)

Objetivo 3: Reducir la violencia

  • Reducir la tasa de suicidio (de 10 a 24 años)
  • Reducir la tasa de homicidios en los hombres (de 15 a 24 años)

Fuente: (4).

En la primera categoría están los "países con cargas múltiples", caracterizados por 2 500 AVAD2 o más por enfermedades infecciosas, desnutrición y mala SSR (como la infección por el VIH) por cada 100 000 jóvenes al año. Se trata de países sin pruebas fehacientes de haber pasado por una transición epidemiológica, con tendencia a tener cargas altas de enfermedades infecciosas y enfermedades evitables mediante vacunación, desnutrición y complicaciones en materia de salud sexual y reproductiva.

2 La suma de los años de vida perdidos debido a la mortalidad prematura y los años de vida perdidos debido a una discapacidad.

La segunda categoría es la de los "países con exceso de lesiones", cuya carga de morbimortalidad muestra indicios de haber pasado por la primera etapa de la transición epidemiológica, pero las tasas de lesiones no intencionadas son elevadas. Hay países con 2 500 AVAD o más por lesiones no intencionadas y violencia por cada 100 000 jóvenes al año, y otros con menos de 2 500 por desnutrición y mala SSR (incluida la infección por el VIH) por cada 100 000 jóvenes al año.

La tercera categoría es la de los "países con predominio de enfermedades no transmisibles". Estas naciones con predominio de ENT tienen menos de 2 500 AVAD por enfermedades infecciosas, desnutrición y mala SSR/VIH, así como por lesiones no intencionadas y violencia por cada 100 000 jóvenes.

El informe de la comisión de The Lancet sitúa a los países de América del Norte en la categoría de predominancia de ENT, así como y también a Argentina, Chile, Perú y Uruguay. La mayoría de los otros países sudamericanos, centroamericanos y del Caribe están en la categoría de exceso de lesiones. Unos pocos países, entre ellos Guatemala y Haití, están en la categoría de cargas múltiples Cada año mueren en la Región de las Américas alrededor de 80 000 adolescentes (10-19 años) y 150 000 jóvenes (15-24 años) (figura II.1). Por término medio, entre el 70% y el 80% de estas muertes se producen entre los varones.

Figura II.1: Número de muertes de adolescentes y jóvenes en las Américas, por grupo de edad y sexo, 2008-2013
Número de muertes de adolescentes y jóvenes en las Américas, por grupo de edad y sexo, 2008-2013
Fuente: (39).

Las principales causas de muerte entre los adolescentes y jóvenes de la Región son: homicidio, suicidio y accidentes de transporte terrestre (figura II.2, anexo II.B y anexo II.C).

Figura II.2: Principales causas de mortalidad adolescente y juvenil en la Región de las Américas, por sexo y grupo de edad, 2009-2014 (tasa de mortalidad ajustada por 100.000 habitantes)
Principales causas de mortalidad adolescente y juvenil en la Región de las Américas, por sexo y grupo de edad, 2009-2014 (tasa de mortalidad ajustada por 100.000 habitantes)
Fuente: (39).

Los datos muestran que hubo poca variación en la mortalidad adolescente y juvenil durante el período 2008-2013 (figura II.3). Las tasas de mortalidad son sistemáticamente más elevadas en los hombres, y las más altas corresponden a los que tienen entre 15 y 24 años.

Figura II.3: Tendencias de las tasas de mortalidad en la población joven (10-24 años) de la Región de las Américas, ajustadas por edad, por todas las causas, homicidio, accidentes de transporte terrestre y suicidio, 2008-2013
Tendencias de las tasas de mortalidad en la población joven (10-24 años) de la Región de las Américas, ajustadas por edad, por todas las causas, homicidio, accidentes de transporte terrestre y suicidio, 2008-2013
Fuente: (39).

El análisis de las variaciones en el porcentaje de mortalidad en el período 2008-2012 pone de manifiesto las diferencias entre los países, entre los grupos etarios y entre los dos sexos, que contrastan con los promedios regionales. Mientras que algunos países muestran un progreso en alguno o en todos los grupos, otros se enfrentan a una mayor mortalidad (ver figuras II.4 a II.6). (Es importante señalar que, debido al pequeño tamaño de la población en algunos países del Caribe, variaciones relativamente pequeñas en el número de muertes pueden originar cambios importantes en las tendencias).

Figura II.4: Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados del Caribe, por sexo y grupo de edad, 2008-2012
Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados del Caribe, por sexo y grupo de edad, 2008-2012
Fuente: (39).

Entre los países con mayor disminución porcentual de la tasa de mortalidad general están Bermudas, El Salvador, Granada, Guatemala y Suriname. Los países con mayor aumento porcentual de la tasa de mortalidad general son Aruba, Bahamas y República Dominicana. Hay que señalar que Brasil, Honduras, México y República Dominicana presentaban aumentos en la tasa total de mortalidad tanto para hombres como para mujeres en todos los grupos etarios.

Figura II.5: Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados de América del Sur, por sexo y grupo de edad, 2008-2012
Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados de América del Sur, por sexo y grupo de edad, 2008-2012
Fuente: (39).

Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Nicaragua tenían tasas reducidas de mortalidad tanto en hombres como en mujeres de todos los grupos etarios. El resto de los países mostraron diferencias entre los sexos y los grupos etarios.

Figura II.6: Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados de América Central por sexo y grupo edad, 2008-2012
Variación porcentual de la mortalidad adolescente y juvenil en países seleccionados de América Central por sexo y grupo edad, 2008-2012
Fuente: (39).

Los países con mayor disminución porcentual de todos los tipos de homicidio fueron Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Saint Kitts y Nevis. En el caso de los suicidios, fueron Chile, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Suriname. La mayor disminución porcentual en la mortalidad debida a los accidentes de transporte terrestre se observó en Belice, Bermudas, Chile, Costa Rica, El Salvador, Islas Vírgenes (EUA), Perú, Puerto Rico y Suriname.

Los países con mayor aumento de las tasas de homicidio en hombres fueron Belice, Honduras, México, Perú y República Dominicana. De especial interés fue el aumento considerable de las tasas de homicidio en mujeres en varios países, como Bahamas, Belice, Cuba, México, Paraguay y Perú. También fue preocupante el suicidio, en ambos sexos, con mayores aumentos en Argentina, Cuba, Honduras, Perú, Puerto Rico y República Dominicana. Igualmente preocupantes son las tasas de mortalidad por accidentes de transporte terrestre: los mayores aumentos se registraron en Argentina, Aruba, Dominica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay.

El homicidio doloso es con mucho la causa más importante de muerte entre la población joven, en particular hombres, en la Región. La gran mayoría de los homicidios son también perpetrados por hombres (74). Con el fin de mejorar las iniciativas encaminadas a reducir los homicidios, es fundamental comprender los detalles y patrones de estos hechos (quién, cómo y por qué). Los homicidios dolosos pueden estar relacionados con otras actividades delictivas (robos, pandillas y delincuencia organizada), con conflictos interpersonales o con causas sociopolíticas (74). Estas relaciones pueden variar significativamente de un país a otro. Por ejemplo, durante el período 2008-2011, el 44% de los homicidios ocurridos en Jamaica estaban relacionados con las pandillas y la delincuencia organizada y un 40%, con el robo u otras actividades delictivas. En cambio, en Costa Rica, el 47% de los homicidios ocurridos durante el período 2006-2012 estaban relacionados con el robo u otras actividades delictivas conexas y el 36% con conflictos interpersonales (74).

En cuanto a los métodos utilizados, los homicidios pueden perpetrarse con armas de fuego, objetos punzocortantes (como cuchillos) u otros medios (como estrangulación o golpes fuertes). En la Región de las Américas, entre 60% y 70% de los homicidios dolosos se perpetran con armas de fuego. Esto puede variar de un país a otro, por ejemplo en el 2011, el 24% de los homicidios (todas las edades) ocurridos en Costa Rica se perpetraron con armas de fuego, el 38% con objetos punzocortantes, el 12% con golpes fuertes y el 26% restante con otros medios. Por otro lado, el 67% de los homicidios ocurridos en Belice en el mismo año se perpetraron con armas de fuego y el 20% con algo cortante (74).

Además de las muertes por homicidio, diversas formas de violencia no mortal contribuyen también a la carga de morbilidad entre la población joven en la Región. Algunas de estas formas de violencia son el daño físico, emocional y mental causado por el acoso y el maltrato físico, sexual y psíquico.

Es importante señalar que las muertes de los adolescentes y jóvenes no se producen al azar sino que, a menudo, están relacionadas con factores contextuales, por ejemplo los determinantes sociales de la salud, la educación y la situación socioeconómica, entre otros. Los siguientes apartados y las cifras que caracterizan los países seleccionados ilustran la importancia del análisis avanzado de los datos de mortalidad para comprender mejor la relación entre la mortalidad de los adolescentes y jóvenes y los determinantes sociales, así como los grupos más vulnerables dentro de los países y las comunidades.

Por ejemplo, un análisis de las muertes entre los jóvenes de 15 a 24 años debidas a accidentes de transporte terrestre en Belice mostró que, entre 2010 y 2015, la tasa permaneció estable en los distritos cuyo índice de riqueza era más alto, mientras que aumentó significativamente en los distritos más pobres (figura II.7) (75).

Figura II.7: Tasa de mortalidad juvenil (15-24 años) debida a accidentes de transporte terrestre en Belice, por nivel de riqueza, 2010-2015
Tasa de mortalidad juvenil (15-24 años) debida a accidentes de transporte terrestre en Belice, por nivel de riqueza, 2010-2015
Fuente: (75).

Los promedios nacionales pueden ocultar desigualdades en los subgrupos. En el 2014, Chile informó una tasa de suicidio adolescente de 5,1 por cada 100 000 (39). Sin embargo, el análisis de los suicidios por región indicaba diferencias muy marcadas de los patrones entre las diferentes regiones del país. Entre el 2008 y el 2014, las regiones con mayores ingresos presentaban una tendencia descendente en las tasas de suicidio, mientras que estas aumentaban en las regiones más pobres (figura II.8) (75).

Figura II.8: Variaciones en las tasas de suicidio adolescente (10-19 años) en Chile, a escala nacional y por quintil de riqueza de su región de residencia, 2008-2014
Variaciones en las tasas de suicidio adolescente (10-19 años) en Chile, a escala nacional y por quintil de riqueza de su región de residencia, 2008-2014
Fuente: (75).

Cuando se realiza el análisis por concentración de poblaciones indígenas en las regiones de Chile, los datos mostraban de manera sistemática tasas de suicidio adolescente más altas en las regiones con mayor concentración de poblaciones indígenas que en aquellas cuya concentración era menor, y también más altas que las tasas nacionales (figura II.9).

Figura II.9: Variaciones en las tasas de suicidio adolescente (10-19 años) en regiones de Chile por concentración de poblaciones indígenas, 2008-2014
Variaciones en las tasas de suicidio adolescente (10-19 años) en regiones de Chile por concentración de poblaciones indígenas, 2008-2014
Fuentes: (39, 75).

Los años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) atribuibles a una enfermedad o afección se calculan como la suma de los años de vida perdidos por muerte prematura en la población y los años (de vida) perdidos por discapacidad debida a esa enfermedad o afección, o a sus consecuencias. Un AVAD puede considerarse un año "de vida sana" perdido. La suma de los AVAD de toda la población se considera una medida de la diferencia entre el estado de salud real y una situación de salud ideal en la que no hubiera enfermedad ni discapacidad (76).

Según los resultados de un análisis de los datos del estudio de la Carga Mundial de Morbilidad (CMM) 2015 realizado para la OPS por el IHME, las principales causas de años de vida ajustados en función de la discapacidad en adolescentes de 10 a 14 años son la anemia ferropénica y las enfermedades cutáneas, como el acné, y en los grupos etarios de 15 a 19 años y de 20 a 24 años son los actos de violencia entre las personas y los accidentes de transporte terrestre (cuadro II.1).

Cuadro II.1: Principales causas de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) perdidos en América Latina y el Caribe, por grupo de edad y sexo (tasas por 100.000 habitantes), 2015
Orden10-14 años15-19 años20-24 años
HombreMujerAmbos sexosHombreMujerAmbos sexosHombreMujerAmbos sexos
1Anemia ferropénica (1,354)Anemia ferropénica (1,046)Anemia ferropénica (1,203)Violencia interpersonal (3,626)Enfermedades cutáneas (967)Violencia interpersonal (2,055)Violencia interpersonal (5,685)Trastornos depresivos (1,363)Violencia interpersonal (3,123)
2Enfermedades cutáneas (772)Enfermedades cutáneas (922)Enfermedades cutáneas (846)Accidentes de tránsito (1,724)Trastornos depresivos (965)Accidentes de tránsito (1,114)Accidentes de tránsito (2,748)Trastornos de ansiedad (910)Accidentes de tránsito (1,646)
3Asma (661)Asma (603)Asma (633)Enfermedades cutáneas (830)Trastornos de ansiedad (792)Enfermedades cutáneas (897)Autoagresión (1,001)Migraña (768)Trastornos depresivos (1,130)
4Accidentes de tránsito (571)Trastornos de ansiedad (568)Trastorno disocial (471)Depresión (645)Migraña (713)Trastornos depresivos (802)Trastornos depresivos (902)Enfermedades cutáneas (740)Lumbalgia y dolor cervical (709)
5Trastorno disocial (562)Migraña (567)Accidentes de tránsito (443)Autoagresión (628)Lumbalgia y dolor cervical (575)Trastornos de ansiedad (597)Lumbalgia y dolor cervical (691)Lumbalgia y dolor cervical (729)Enfermedades cutáneas (683)
Fuente: Análisis de los datos del estudio de la Carga Mundial de Morbilidad 2015, realizado para la OPS por el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria (IHME).

Según el análisis de la CMM, las principales causas de AVAD de la población joven en América Latina y el Caribe han cambiado desde 1990; en general, las enfermedades transmisibles, de la nutrición y de la reproducción (las que afectan a la madre y al recién nacido) descienden en la clasificación y sobresalen otras anomalías como la autoagresión (suicidio y tentativa de suicidio) y los trastornos psíquicos y disociales (figuras II.10 a II.12).

En el grupo de 10 a 14 años de edad, las infecciones por nematodos intestinales, las infecciones respiratorias de vías bajas, los ahogamientos y las enfermedades diarreicas descendieron de manera considerable en la lista de los AVAD entre 1990 y 2015; sin embargo, los accidentes de tránsito, los trastornos disociales y el asma ascendieron. La anemia ferropénica se mantuvo como la causa principal de AVAD en el grupo de 10 a 14 años de edad, tanto en 1990 como en 2015 (figura II.10).

Figura II.10: Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 10 a 14 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe, 1990-2015
Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 10 a 14 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe, 1990-2015
Fuente: Análisis de los datos del estudio Carga Mundial de Morbilidad de 2015 realizado para la OPS por el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria.

En los adolescentes mayores (15-19 años), las cinco causas principales de AVAD perdidos se mantienen constantes. Las causas más destacadas son la violencia, las lesiones y los trastornos de salud mental. La autoagresión subió del puesto número 11 al puesto 8 y el ahogamiento bajó del puesto 8 al número 14 (figura II.11).

Figura II.11: Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 15 a 19 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe,1990-2015
Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 15 a 19 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe,1990-2015
Fuente: Análisis de los datos del estudio Carga Mundial de Morbilidad de 2015 realizado para la OPS por el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria.

De manera análoga, las ocho causas principales se mantuvieron estables en los jóvenes de 20 a 24 años. Los trastornos por consumo de drogas ilícitas, la infección por el VIH/sida y los defectos congénitos subieron de manera notoria en el orden; por el contrario, el ahogamiento, la epilepsia y la tuberculosis descendieron de manera considerable (figura II.12).

Figura II.12: Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 20 a 24 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe,1990-2015
Cambios en las causas de AVAD perdidos en el grupo de adolescentes de 20 a 24 años (ambos sexos) en América Latina y el Caribe,1990-2015
Fuente: Análisis de los datos del estudio Carga Mundial de Morbilidad de 2015 realizado para la OPS por el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria.

En América Latina y el Caribe, los principales factores de riesgo de AVAD en adolescentes jóvenes (10-14 años) durante el 2015 fueron la malnutrición, el consumo de alcohol y drogas ilícitas, una función renal deficiente y la falta de agua potable, de saneamiento básico y de lavado de las manos. Los factores de riesgo más destacados en jóvenes de 15 a 24 años eran el consumo de alcohol y de drogas, los riesgos ocupacionales, las relaciones sexuales sin protección, el abuso sexual y la violencia y la malnutrición (cuadro II.2). El tabaquismo ocupó la posición 11 en el orden de los factores de riesgo en jóvenes de 15 a 24 años.

Cuadro II.2: Principales factores de riesgo de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) perdidos en América Latina y el Caribe por grupo de edad y sexo, 2015
Orden10–14 años15–19 años20–24 años
HombreMujerHombreMujerHombreMujer
1MalnutriciónMalnutriciónConsumo de alcohol y drogas ilícitasMalnutriciónConsumo de alcohol y drogas ilícitasRiesgo ocupacional
2Consumo de alcohol y drogas ilícitasFiltración glomerular bajaRiesgo ocupacionalRiesgo ocupacionalRiesgo ocupacionalMalnutrición
3Falta de agua potable, saneamiento y lavado de las manosFalta de agua potable, saneamiento y lavado de las manosMalnutriciónConsumo de alcohol y drogas ilícitasRelaciones sexuales sin protecciónConsumo de alcohol y drogas ilícitas
4Filtración glomerular bajaRelaciones sexuales sin protecciónFiltración glomerular bajaAbuso sexual y violenciaGlucemia alta en ayunasAbuso sexual y violencia
5Relaciones sexuales sin protecciónGlucemia alta en ayunasGlucemia alta en ayunasGlucemia alta en ayunasFiltración glomerular bajaRelaciones sexuales sin protección
6Glucemia alta en ayunasConsumo de alcohol y drogas ilícitasRelaciones sexuales sin protecciónFiltración glomerular bajaMalnutriciónGlucemia alta en ayunas
7Contaminación del aireAbuso sexual y violenciaFalta de agua potable, saneamiento y lavado de las manosRelaciones sexuales sin protecciónHipertensiónFiltración glomerular baja
8HipertensiónContaminación del aireHipertensiónFalta de agua potable, saneamiento y lavado de las manosAbuso sexual y violenciaHipertensión
9TabaquismoHipertensiónAbuso sexual y violenciaHipertensiónFalta de agua potable, saneamiento y lavado de las manosFalta de agua potable, saneamiento y lavado de las manos
10OtrosTabaquismoContaminación del aireContaminación del aireContaminación del aireContaminación del aire
Fuente: Análisis de los datos del estudio Carga Mundial de Morbilidad de 2015 realizado para la OPS por el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria.

Los datos presentados sobre la mortalidad adolescente y juvenil y los AVAD perdidos ponen de manifiesto la falta de progreso y la agenda regional inconclusa en torno a la mortalidad adolescente y juvenil y los factores de riesgo. Entre los requisitos fundamentales para el progreso en la reducción de la mortalidad evitable de los adolescentes y jóvenes en la Región se encuentran: comprender mejor las circunstancias particulares de estas muertes, determinar los grupos más afectados y aplicar intervenciones basadas en los datos disponibles para abordar las circunstancias y los factores de riesgos.

Además del homicidio, hay otros tipos de violencia de gran pertinencia cuando se trata de adolescentes y jóvenes; a saber: la violencia no mortal, la intimidación o acoso escolar y la violencia sexual; todos ellos contribuyen a la incapacidad, la depresión y los comportamientos de alto riesgo como el tabaquismo, el consumo de sustancias adictivas y las relaciones sexuales no protegidas.

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud recomiendan las intervenciones basadas en los datos disponibles con el fin de evitar el suicidio en los adolescentes, los accidentes de transporte terrestre y la violencia juvenil (incluida la intimidación), mediante la aplicación de una perspectiva ecológica (anexo II.D1) (6, 76).

Un grupo de hombres jóvenes fuera en la calle por la noche.

II.3Salud mental de los adolescentes y jóvenes y consumo de sustancias psicotrópicas

Salud Mental

La OMS define la salud mental como un "estado de bienestar en el que el individuo realiza sus capacidades, supera el estrés normal de la vida, trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a su comunidad" (77, 78). En el Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020 de la OMS (78) la expresión "trastornos mentales" se utiliza para referirse a una serie de trastornos mentales y conductuales que figuran en la Clasifican Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos, décima revisión (CIE-10). Entre ellos, se encuentran: la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad, la demencia, los trastornos por abuso de sustancias, las discapacidades intelectuales y los trastornos conductuales y de desarrollo. El Plan de acción también abarca la prevención del suicidio y de afecciones como la epilepsia (78). Los trastornos mentales se han asociado a mayor consumo de alcohol, violencia, enfermedades tales como el cáncer y enfermedades cardiovasculares o la infección por VIH; así como a mayor riesgo de pobreza y de muerte prematura (78).

Recuadro II.2: Objetivo 4 de salud regional para los adolescentes y los jóvenes

Reducir el uso de sustancias psicotrópicas y promover la salud mental

  • Reducir el porcentaje de adolescentes de entre 13 y 15 años de edad que han consumido una o varias veces bebidas alcohólicas en los 30 últimos días.
  • Reducir el uso de drogas el mes anterior (13-15 años).
  • Reducir el consumo de tabaco en los adolescentes (15-24 años).

Fuente: (4).

El Plan de acción de la OMS tiene cuatro objetivos: 1) reforzar un liderazgo y una gobernanza eficaces en el ámbito de la salud mental, 2) proporcionar, en el ámbito comunitario, servicios de asistencia social y de salud mental completos, integrados y con capacidad de respuesta, 3) poner en práctica estrategias de promoción y prevención en el campo de la salud mental y 4) fortalecer los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones sobre la salud mental. En el Plan se indica que las primeras etapas de la vida son especialmente propicias para promover la salud mental y prevenir los trastornos mentales, pues hasta un 50% de los trastornos mentales que afectan a los adultos empiezan antes de los 14 años de edad (78).

Una vez aprobado el Plan de acción de la OMS, los Estados Miembros de la OPS adoptaron en el 2014 el Plan de Acción sobre Salud Mental 2015-2020 (77). El fin de este plan de acción regional es promover el bienestar mental, prevenir los trastornos mentales y por consumo de sustancias psicotrópicas, ofrecer atención, intensificar la rehabilitación, enfatizar la recuperación y promover los derechos humanos de las personas con trastornos mentales y por consumo de sustancias para reducir la morbilidad, discapacidad y mortalidad (77).

Además de las muertes por suicidio, los comportamientos suicidas (ideas de suicidio, planificación e intento real de suicidio) son indicadores importantes del estado de salud mental de la población joven. Un análisis de los datos más actuales obtenidos mediante la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) realizada en 28 países de América Latina y el Caribe entre el 2007 y el 2013 arroja alguna luz sobre los comportamientos suicidas en distintas subregiones de la Región de las Américas (anexo II.E) (79). El porcentaje de estudiantes de 13 a 15 años que consideraron seriamente el suicidio (ideación) osciló entre 14,8% en América Central y 20,7% en el Caribe de habla inglesa, el porcentaje de estudiantes que tuvo intento real de suicidio osciló entre 13,2% en América Central y 18,0% en el Caribe. El consumo de alcohol y la percepción de carecer prácticamente de apoyo social aumentó en gran medida la prevalencia de los comportamientos suicidas tanto en hombres como en mujeres de ese grupo etario. En cambio, tener fuertes relaciones parento-filiales constituía un factor protector frente a los comportamientos suicidas en ambos sexos.

Los resultados de esta EMSE concuerdan con los hallazgos de un análisis de los resultados obtenidos en múltiples países con una encuesta de salud escolar realizada en seis territorios de ultramar en el Caribe (Aruba, Montserrat, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, San Eustaquio y San Martín) entre 2011 y 2013 (80). En este estudio, el 23,6% de los encuestados de edades comprendidas entre 15 y 19 años habían considerado seriamente el suicidio en los 12 meses precedentes al estudio. Se observaron asociaciones estadísticamente significativas entre los comportamientos suicidas y la cohesión familiar. La probabilidad de que los encuestados con baja o muy baja cohesión familiar consideraran el suicidio o lo intentaran era mucho mayor (80).

En los países con dos puntos de medición para la ideación suicida en la EMSE, el porcentaje de adolescentes que consideraron seriamente el suicidio fue similar o superior al obtenido en la encuesta anterior (figura II.13), lo que indica que la situación está empeorando en vez de mejorar (79).

Figura II.13: Porcentaje de estudiantes de 13 a 15 años que consideraron seriamente la tentativa de suicidio en los últimos 12 meses en países seleccionados de América Latina y del Caribe, 2007-2016.
Porcentaje de estudiantes de 13 a 15 años que consideraron seriamente la tentativa de suicidio en los últimos 12 meses en países seleccionados de América Latina y del Caribe, 2007-2016
Fuente: dos últimas encuestas mundiales de salud escolar en los países respectivos (81).

Consumo de sustancias psicoactivas

El consumo de sustancias psicoactivas (psicotrópicas o adictivas) en la adolescencia no solo es un problema de salud pública por la contribución a los AVAD perdidos debido a la mortalidad y discapacidad y por las consecuencias negativas para la conducta ligadas a la intoxicación, sino que cada vez son más los datos de las neurociencias que nos indican que el uso de sustancias psicoactivas durante la adolescencia, en particular el uso intenso, puede dejar secuelas a lo largo del curso de la vida debido al efecto que ejercen sobre el desarrollo cerebral (12, 13).

Las sustancias psicoactivas pueden generar adaptaciones neuronales que aumentan el riesgo de trastornos en la edad adulta. Además, se han observado cambios en la estructura y funciones cerebrales de los adolescentes que consumen alcohol y marihuana, como la reducción del volumen cerebral en varias regiones del cerebro y la disminución de la integridad de la sustancia blanca. Según los estudios, hay una asociación entre la menor integridad de la sustancia blanca y la inestabilidad cognitiva, así como entre la mayor integridad de la sustancia blanca y el desarrollo óptimo cognitivo, conductual y emocional (12, 13).

El consumo de alcohol y otras sustancias ha estado asociado en los jóvenes a un aumento de la probabilidad de accidentes automovilísticos, violencia, bajo rendimiento escolar, comportamientos sexuales de riesgo y problemas en la relación con los padres y compañeros (12, 13, 82-85). En los siguientes subapartados, se estudiará el consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas entre la población joven en la Región de las Américas.

Una de las principales fuentes de información estandarizada sobre el consumo de sustancias adictivas entre los jóvenes es la EMSE, que está coordinada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) y la OMS y sirve para recopilar datos de estudiantes de 13 a 15 años (se ha ampliado recientemente a los 17 años) (81).

Otra fuente importante de información sobre el consumo de estas sustancias por parte de los jóvenes es la Organización de los Estados Americanos (OEA). Esta organización creó, en 1986, el Observatorio Interamericano sobre Drogas (OID), que es la división de estadísticas, información e investigación científica de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). El OID ayuda a los países a mejorar la recopilación y el análisis de los datos relacionados con las drogas promoviendo el establecimiento de observatorios nacionales y el uso de métodos estandarizados. Además, el OID publica estudios y análisis comparativos en relación con el problema de las drogas en la Región de las Américas, que se basan en el trabajo desempeñado por los observatorios nacionales sobre drogas. El Informe del Uso de Drogas en las Américas, 2011 (86), fue el primer análisis de las tendencias en el uso de drogas en los Estados Miembros de la OEA, abarca el período 2002-2009 y trata acerca de las tendencias de cinco grupos de sustancias adictivas. El Informe sobre Uso de Drogas en las Américas, 2015 (87), contiene un análisis exhaustivo sobre el consumo de drogas en los Estados Miembros de la OEA y ofrece un panorama hemisférico y subregional del consumo de sustancias psicoactivas en los últimos años. La información actualizada a finales del 2014 fue publicada al año siguiente, recoge información aportada directamente por los Estados Miembros y proviene de tres fuentes principales: estudios nacionales en población escolarizada de secundaria, estudios en la población general y encuestas de estudiantes universitarios. Las encuestas de los estudiantes de secundaria abarcan los grados 8.º, 10.º y 12.º (o su equivalente en cada país), que se corresponden con edades de 13, 15 y 17 años.

En este informe se usan datos de la EMSE y de la OEA. Sin embargo, los grupos etarios y los métodos de recopilación de datos no son idénticos y, por lo tanto, no deben compararse.

Alcohol

Las dimensiones del consumo de alcohol que se correlacionan con los daños causados incluyen los hábitos de bebida así como el volumen total ingerido en el último mes, en el último año o en toda la vida. Debido a los efectos negativos del alcohol sobre el desarrollo del cerebro, cualquier cantidad que se consuma durante la adolescencia se considera perjudicial. Cuanto antes se empiece a beber alcohol, mayor será el riesgo de episodios de consumo abundante de bebidas alcohólicas y de aparición de trastornos por consumo de alcohol en etapas posteriores de la vida. Cualquier motivo de consumo ocasional conlleva un riesgo de embriaguez, lesiones o incluso de muerte. Es importante señalar que en los jóvenes que no toleran el alcohol, pequeñas concentraciones de este pueden causar embriaguez grave e intoxicación etílica. En la EMSE, la prevalencia de consumo excesivo de alcohol se define como el consumo de al menos cinco bebidas alcohólicas (o el equivalente a 60 g de alcohol puro) en una ocasión en los 30 últimos días (81), es decir, la misma definición que la utilizada en las encuestas de adultos, para poder comparar los distintos grupos etarios (86). El Sistema Interamericano de Datos Uniformes sobre el Consumo de Drogas (SIDUC) define los episodios de consumo compulsivo de alcohol como aquellos en los que se consumen cinco o más bebidas alcohólicas en una única ocasión durante las dos semanas anteriores a la encuesta y se expresan como un porcentaje de los encuestados que consumieron alcohol en el último mes (86, 87).

Los datos de la EMSE muestran variaciones entre los países en lo que se refiere al consumo actual de alcohol (figura II.14). Los países con los porcentajes más altos de consumo actual de alcohol son Dominica (54%), Santa Lucía (54%), Jamaica (52%), San Vicente y las Granadinas (51%) y Argentina (50%). Aunque en la mayoría de los países hay más hombres consumidores actuales de alcohol que mujeres, la disparidad entre ambos sexos es pequeña, y hay varios países con mayor porcentaje de mujeres consumidoras actuales de alcohol, a saber: Argentina, Honduras, Antigua y Barbuda, Anguila, Curaçao y San Vicente y las Granadinas.

Figura II.14: Porcentaje de consumidores actuales de alcohola entre los estudiantes (13-15 años), en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Porcentaje de consumidores actuales de alcohol entre los estudiantes (13-15 años), en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Fuente: (81).
a Estudiantes que tomaron una bebida alcohólica en los 30 días anteriores a la encuesta.

Los datos también ilustran el inicio a edades tempranas del consumo de alcohol. Entre los estudiantes que informaron que habían tomado al menos una bebida alcohólica estándar en su vida –algo diferente de unos pocos sorbos– la mayoría la había tomado antes de los 14 años (figura II.15). Los hombres suelen tener algunos puntos porcentuales más en lo que se refiere a su iniciación en la bebida.

Figura II.15: Porcentaje de estudiantes que han tomado la primera bebida alcohólica antes de los 14 años, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Porcentaje de estudiantes que han tomado la primera bebida alcohólica antes de los 14 años, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Fuente: (81).
a Estudiantes que tomaron una bebida alcohólica en los 30 días anteriores a la encuesta.

Entre los estudiantes que consumieron alcohol alguna vez en su vida, el porcentaje que informaron haber estado "realmente borrachos" por lo menos una vez osciló entre 10% y más de 30%. Aunque en la mayoría de los países hay más hombres que mujeres dentro de esta categoría, en varios países, como Anguila, Chile, Islas Caimán, Islas Vírgenes y Uruguay, había más mujeres dentro de esta categoría (figura II.16).

Figura II.16: Porcentaje de estudiantes (13-15 años) que alguna vez han tomado tanto alcohol como para estar realmente borrachosa, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Porcentaje de estudiantes (13-15 años) que alguna vez han tomado tanto alcohol como para estar realmente borrachos, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2016
Fuente: (81).
a Entre los estudiantes que alguna vez han tomado al menos una bebida alcohólica, lo que es diferente de unos pocos sorbos.

En la figura II.17 se proporciona un resumen de las diferentes maneras de los estudiantes para obtener alcohol en los 30 días precedentes a la EMSE. Se observan diferencias sorprendentes entre las subregiones. En el Caribe, los adolescentes citaron con mayor frecuencia el hogar y la familia, mientras que en América Central, los amigos era la fuente principal para obtener el alcohol. De acuerdo con esta información, las actividades para reducir el consumo de alcohol en los adolescentes deberán dirigirse a la familia y a los amigos dada la importancia que representan en la obtención del alcohol.

Figura II.17: Fuentes para obtener alcohol señaladas por los estudiantes (13-15 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2013a
Fuentes para obtener alcohol señaladas por los estudiantes (13-15 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2007-2013
Fuente: (81).
a Entre los estudiantes que alguna vez han tomado al menos una bebida alcohólica estándar, lo que es diferente de unos pocos sorbos.

De los 18 países con datos en los informes de la OEA, publicados en el 2011 y en el 2015 (86, 87) sobre el consumo de alcohol en el último mes entre estudiantes de secundaria, 14 países presentaron una disminución en mujeres y hombres. Sin embargo, los otros cuatro países —Antigua y Barbuda, Argentina, Costa Rica y San Vicente y las Granadinas— notificaron un aumento en el consumo durante el último mes.

Tabaco

El consumo de tabaco no se limita a fumar cigarrillos, sino que incluye el tabaco de mascar, el rapé que se aspira por vía nasal, el aplicado sobre la piel y el rapé oral, que se coloca entre los dientes y las encías (consumo de tabaco sin humo). Según los datos de la Encuesta Mundial sobre Tabaco en Jóvenes (EMTJ) más reciente, el porcentaje de consumidores actuales de tabaco entre los adolescentes de 13 a 15 años de edad en la Región de las Américas osciló entre 1,9% en Canadá y 28,7% en Jamaica (figura II.18). A excepción de Argentina, Colombia y Ecuador, hubo más estudiantes de sexo masculino que indicaron consumir tabaco recientemente que estudiantes de sexo femenino (88).

Figura II.18: Consumo actual de tabaco entre adolescentes (13-15 años), por sexo, en países seleccionados de las Américas, 2008-2015
Consumo actual de tabaco entre adolescentes (13-15 años), por sexo, en países seleccionados de las Américas, 2008-2015
Fuente: (88).

El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS fue elaborado por los países en respuesta a la globalización de la epidemia de tabaquismo. El tratado brinda orientación para el control del tabaco, que incluye medidas para abordar la oferta así como la demanda de tabaco (89). Además, recomienda medidas específicas para limitar el acceso de la población joven a los productos de tabaco como, entre otras, prohibir la venta de los productos de tabaco a personas de menor edad que la establecida por la ley nacional o del país, o de menos de 18 años, o prohibir que los vendan estas personas. La OMS y la OPS recomiendan intervenciones basadas en datos científicos para reducir el consumo de tabaco en adolescentes y la exposición al humo del tabaco ajeno (anexo II.D2).

Otras Sustancias Psicoactivas

El consumo de otras sustancias psicoactivas como la marihuana, las sustancias inhalables y la cocaína sigue siendo relativamente bajo entre los jóvenes en la Región de las Américas. Sin embargo, debe prestarse especial atención a las tendencias en el consumo de estas sustancias.

Los datos de la EMSE para América Latina y el Caribe señalan un inicio precoz en el consumo de estas sustancias psicoactivas. La marihuana es la que más se consume, después del tabaco y el alcohol (81), y las diferencias entre los países son notables. Los datos notificados en la EMSE sobre el consumo alguna vez en la vida de marihuana en los adolescentes de 13 a 15 años oscilaban entre 3% en Bolivia y 16% en Anguila (81). Los datos de la OEA mostraron tendencias similares en el consumo de marihuana entre los estudiantes de secundaria, desde 1,7% en la República Dominicana y Venezuela hasta 34,9% en Chile (figura II.19). En la mayoría de los países, el consumo alguna vez en la vida y el consumo reciente (en el mes anterior) notificado de marihuana fue mayor en hombres que en mujeres, cerca del doble o incluso más hombres que mujeres habían consumido marihuana en el año anterior a la encuesta (87).

Los inhalables que se utilizan para obtener un efecto psicoactivo o alucinógeno son, entre otros, los disolventes, los aerosoles, los gases y los nitritos. La mayoría de estas sustancias se utilizan con frecuencia en el ámbito doméstico y, por consiguiente, no están controladas. El consumo de inhalables durante el año anterior a la realización de la encuesta en los países de la Región osciló entre 0,5% y 11,0% y durante el mes anterior, entre 0,2% en Venezuela y 7,1% en Barbados (87). Según la última encuesta de la OEA en 2015 , los países con mayor consumo durante el mes anterior fueron Santa Lucía, Granada y Barbados (87). De los países con dos puntos de medición, 18 de ellos experimentaron un aumento en el consumo durante el mes anterior a la encuesta y ocho de ellos mostraron una disminución. Algunas de las disminuciones fueron muy marcadas; por ejemplo, en Jamaica pasó de 9,5% en el 2006 a 4,2% en el 2013, en Brasil de 10,0% en el 2004 a 2,2% en el 2010 y en Guyana de 7,0% en 2007 a 2,8% en el 2013 (87).

Figura II.19: Consumo de marihuana durante toda la vida, en el último año y en el último mes entre estudiantes de secundaria de países seleccionados de las Américas, 2008-2014
Consumo de marihuana durante toda la vida, en el último año y en el último mes entre estudiantes de secundaria de países seleccionados de las Américas, 2008-2014
Fuente: (87).

El consumo de cocaína alguna vez en la vida en el grupo de población de secundaria osciló entre 0,6% en Venezuela y 6,0% en Chile, la mayoría de los países se encontraban en el intervalo de 1% a 3% (87). El consumo en el último año oscilaba entre 0,3% en Venezuela y 3,6% en Chile, la mayoría de los países se encontraban en un intervalo de 1% a 2%. El consumo en el último mes oscilaba entre 0,1% en Suriname y 1,7% en Chile. Los países con mayor consumo de sustancias inhalables en el último mes fueron Santa Lucía, Granada y Barbados (87). De los países con dos puntos de medición para el consumo de inhalables en el último mes, hubo 18 que experimentaron un aumento en el consumo y ocho mostraron una disminución (como Brasil, Guyana y Jamaica) (87).

II.4 Salud sexual y reproductiva

La adolescencia es una etapa fundamental de la vida en lo que se refiere a la salud sexual y reproductiva (SSR) debido a los rápidos cambios físicos, hormonales y afectivos que se producen durante la pubertad, como la menarquia en las niñas y la nueva capacidad biológica de reproducirse. Una buena SSR en la adolescencia requiere el desarrollo de un enfoque positivo, respetuoso y responsable de la sexualidad y las relaciones sexuales; la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin coacción, discriminación ni violencia; y la libertad de decidir con responsabilidad si se quiere reproducir, cuándo y con qué frecuencia.

Recuadro II.3: Objetivo 5 regional de salud adolescente y juvenil

Garantizar la salud sexual y reproductiva

  • Reducir el porcentaje de nacimientos por grupo de edad materna (15 a 19 años)
  • Aumentar el porcentaje de uso de preservativos durante las últimas relaciones sexuales de alto riesgo (15 a 24 años)
  • Aumentar la prevalencia de anticonceptivos en las adolescentes (15 a 24 años)
  • Reducir la prevalencia de embarazadas infectadas por el VIH (15 a 24 años)
  • Reducir el número estimado de adolescentes y jóvenes (15 a 24 años) infectados por el VIH
  • Reducir la tasa de fecundidad específica de las adolescentes (15-19 años)

Fuente: (4)

La promoción y protección de la salud sexual y reproductiva del adolescente implica garantizar un acceso óptimo a la información y educación y a los servicios de salud adecuados (que incluyan una anticoncepción segura, eficaz, asequible y aceptable), así como la protección frente a relaciones sexuales coercitivas o forzadas. Entre las consecuencias no deseables están las infecciones de transmisión sexual, la infección por VIH, los embarazos imprevistos y los abortos no seguros. Cualquiera de estas puede tener repercusiones que van más allá de la adolescencia y duran toda la vida e incluso se pueden extender a la siguiente generación.

Inicio de la actividad sexual

El inicio de la actividad sexual a una edad temprana se ha señalado como un factor de riesgo de resultados de SSR adversos, especialmente en la ausencia de servicios de SSR integrales y de apoyo. La tasa de iniciación sexual temprana en los adolescentes varía en forma notoria entre los sexos y de un país a otro, tal como se muestra en la figura II.20. El porcentaje de adolescentes que inician las relaciones sexuales pronto es sistemáticamente mayor en los hombres.

Figura II.20: Porcentaje de encuestados (15-19 años) que tuvieron el primer coito a los 15 años, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2011-2015
Porcentaje de encuestados (15-19 años) que tuvieron el primer coito a los 15 años, por sexo, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2011-2015
Fuente: (91).

Los datos de la EMSE mostraron resultados similares. En los datos del período 2010-2016 para 14 países de América Latina y el Caribe, se observa que el porcentaje de estudiantes de 13 a 15 años que alguna vez había tenido relaciones sexuales iba desde 18,9% en El Salvador hasta 33,5% en Barbados (81), también con porcentajes sistemáticamente más altos de hombres que inician las relaciones sexuales pronto, en varios países hasta dos veces más altos (81).

Los datos de las Encuestas de Demografía y Salud (EDS) disponibles indican además una relación entre la edad a la que se inician las primeras relaciones sexuales y el nivel educativo (figura II.21) así como el nivel de ingresos (figura II.22) (91).

Figura II.21: Mediana de edad de iniciación sexual de las mujeres (20-24 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, por nivel educativo, 2011-2015
Mediana de edad de iniciación sexual de las mujeres (20-24 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, por nivel educativo, 2011-2015
Fuente: (91).

Las mujeres con un nivel educativo menor y las que se encuentran en los quintiles de riqueza más bajos tenían una mediana de edad de iniciación sexual inferior a la de sus homólogas con un nivel educativo superior o ingresos más altos.

Figura II.22: Mediana de edad de iniciación sexual de las mujeres (20-24 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, por quintil de riqueza, 2009-2015
Mediana de edad de iniciación sexual de las mujeres (20-24 años) en países seleccionados de América Latina y el Caribe, por quintil de riqueza, 2009-2015
Fuente: (91).

Embarazo en adolescentes

Si bien la adolescencia es un período decisivo para la salud sexual y reproductiva (SSR) tanto de chicos como de chicas, estas corren riesgos mucho mayores por las complicaciones de la SSR, sin olvidar el embarazo precoz. Las causas de mortalidad relacionadas con la maternidad constituyen en este momento la razón principal de muerte en las adolescentes de todo el mundo (6). Otras consecuencias físicas y riesgos del embarazo precoz son: daño del piso de la pelvis, preeclampsia, eclampsia, rotura de membranas o amniorrexis y parto prematuro (92-94). Además de las consecuencias físicas, el embarazo precoz puede tener diversas repercusiones sobre la salud mental, como ansiedad, depresión, estrés postraumático (especialmente cuando el embarazo es producto de violencia sexual), pensamientos e intentos de suicidio y muertes por suicidio (92-94).

El embarazo en adolescentes se asocia a la pobreza, la exclusión social, la violencia sexual y de género y al matrimonio o unión precoces. Por todo ello, el embarazo en adolescentes afecta en forma desproporcionada a las chicas que ya están marginadas y también tiene consecuencias a largo plazo importantes sobre sus posibilidades de educación y empleo (92-95). En consecuencia, el embarazo en adolescentes contribuye al mantenimiento de los ciclos intergeneracionales de pobreza, exclusión y marginación, ya que los hijos nacidos de madres adolescentes acarrean a su vez un riesgo elevado de pobreza y resultados deficientes en materia de salud.

América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa de fecundidad en adolescentes más alta del mundo, se calcula que entre 2010 y 2015 se produjeron 66,5 nacimientos por cada 1 000 adolescentes de 15 a 19 años, en comparación con 46 nacimientos por cada 1 000 adolescentes en el mismo grupo etario en el resto del mundo (96). Las tendencias a lo largo del tiempo indican que la tasa de fecundidad en adolescentes se mantuvo estable en América Latina y el Caribe desde 1990 hasta el 2000, seguido de una tendencia descendente lenta durante los siguientes 15 años. Por el contrario, se ha producido una disminución mucho más marcada en la tasa de fecundidad total en mujeres de grupos de mayor edad en ALC (figura II.23) (96). En la actualidad, cerca del 15% de los embarazos en ALC corresponden a chicas menores de 20 años (97).

Figura II.23: Tendencias de las tasas de fecundidad por grupo de edad en América Latina y el Caribe, 1980-2015
Tendencias de las tasas de fecundidad por grupo de edad en América Latina y el Caribe, 1980-2015
Fuente: (96).

En la Región de las Américas hay diferencias importantes en la tasa de fecundidad en adolescentes entre las subregiones, los países y los subgrupos de países. Según se muestra en la figura II.24, América Central tiene la tasa de fecundidad en adolescentes más alta, seguido de América del Sur. En el gráfico también se observa que la disminución más lenta de esta tasa de todas las subregiones se produce en América del Sur (96).

Figura II.24: Tendencias de las tasas de fecundidad adolescente en las Américas, por subregión, 1980-2015
Tendencias de las tasas de fecundidad adolescente en las Américas, por subregión, 1980-2015
Fuente: (96).

Sin embargo, en Canadá y Estados Unidos las tasas de fecundidad en adolescentes están por debajo del promedio mundial y han descendido de forma constante a lo largo del último decenio. Los Estados Unidos ha notificado recientemente una disminución récord de la fecundidad en adolescentes en todos los grupos étnicos, disminuyó un 8% entre el 2014 y el 2015. Se ha llegado así a un mínimo histórico de 22,3 nacimientos por cada 1 000 mujeres de 15 a 19 años. En este mismo grupo etario, se notificaron disminuciones similares o mayores para las mujeres latinas (8%) y no latinas de ascendencia afroamericana (9%) (98).

Las tasas nacionales de fecundidad en adolescentes se calcula que oscilan entre 11,3 nacimientos por cada 1 000 chicas en Canadá y 100,6 por cada 1 000 en la República Dominicana. La mayoría de los países que presentan tasas de fecundidad en adolescentes más elevadas se encuentran en América Central, y las más elevadas corresponden a Guatemala, Nicaragua y Panamá. Por otro lado, las tasas de fecundidad en adolescentes más elevadas del Caribe corresponden a la República Dominicana y Guyana. En América del Sur, Bolivia y Venezuela tienen las tasas más elevadas (cuadro II.3).

Cuadro II.3: Tendencias de las tasas de fecundidad en adolescentes (nacimientos por cada 1 000 mujeres de 15-19 años) en la Región de las Américas, por subregión y país, 1980-2015
Subregión/país1980
a
1985
1985
a
1990
1990
a
1995
1995
a
2000
2000
a
2005
2005
a
2010
2010
a
2015
América del Norte48,950,456,348,440,537,328,3
Canadá24,923,225,120,114,413,911,3
Estados Unidos de América51,653,359,651,343,239,730,0
México97,888,579,884,176,771,266,0
América Latina y el Caribe88,285,482,583,578,770,466,5
Caribe91,687,881,877,868,564,760,2
Antigua y Barbuda61,659,666,168,762,855,549,3
Aruba53,352,049,147,341,133,426,6
Bahamas (las)85,669,869,661,944,039,434,2
Barbados70,849,957,952,049,147,946,9
Belice151,2131,6121,7106,391,276,269,7
Cuba85,785,769,269,450,649,348,3
Curaçao50,952,051,543,536,734,135,5
Granada100,699,283,561,551,242,435,4
Guadalupe41,334,925,821,820,119,517,2
Guyana114,494,699,194,6100,294,190,1
Guayana Francesa90,986,6104,7111,8106,080,382,6
Haití86,178,369,961,852,546,441,3
Islas Vírgenes (EUA)86,482,177,064,549,450,047,3
Jamaica129,2112,8103,494,582,473,564,1
Martinica35,433,328,726,024,524,021,1
Puerto Rico69,666,473,272,464,450,047,3
República Dominicana110,6110,2114,3111,0109,6108,7100,6
Santa Lucía148,6120,894,669,862,061,456,3
San Vicente y las Granadinas110,495,188,076,164,658,954,5
Suriname77,871,265,359,955,251,348,1
Trinidad y Tabago85,272,156,144,338,438,134,8
América Central105,896,988,790,382,475,769,1
Costa Rica97,195,391,883,269,864,559,1
El Salvador119,5108,298,791,185,376,766,8
Guatemala138,5126,8120,6113,8104,293,284,0
Honduras140,0133,5126,5115,8100,084,168,4
Nicaragua154,0160,1146,2125,2113,2104,792,8
Panamá111,1102,692,594,085,981,978,5
América del Sur80,980,179,981,178,168,666,0
Argentina74,273,473,269,865,060,664,0
Bolivia (Estado Plurinacional de)98,896,191,293,087,981,972,6
Brasil79,880,680,083,680,970,968,4
Chile66,065,663,660,854,552,749,3
Colombia80,975,782,783,386,363,757,7
Ecuador93,488,785,584,382,583,077,3
Paraguay96,891,692,491,976,667,860,2
Perú74,172,070,070,561,554,752,1
Uruguay62,666,470,667,363,561,258,0
Venezuela (República Bolivariana de)100,3100,294,990,688,082,680,9
Fuente: (96).

Las chicas adolescentes sin ningún tipo de estudios o con solo los de enseñanza primaria tienen una probabilidad hasta cuatro veces más alta de empezar a procrear (iniciar el rol reproductivo) que aquellas que han cursado estudios de enseñanza secundaria o superior (figura II.25).

Figura II.25: Porcentaje de adolescentes (15-19 años) que han empezado a procrear, por quintil de riqueza, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2016
Porcentaje de adolescentes (15-19 años) que han empezado a procrear, por quintil de riqueza, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2016
Fuentes: (91, 99, 107).

Los datos del censo en los países seleccionados indican que las chicas indígenas están también desproporcionadamente afectadas por el embarazo precoz. En efecto, los porcentajes más altos de madres adolescentes se encuentran entre las indígenas de las zonas rurales (cuadro II.4).

Figura II.26: Porcentaje de adolescentes (15-19 años) que han empezado a procrear, por quintil de riqueza, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2016
Porcentaje de adolescentes (15-19 años) que han empezado a procrear, por quintil de riqueza, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2016
Fuentes: (91, 99, 107).

Los datos del censo en los países seleccionados indican que las chicas indígenas están también desproporcionadamente afectadas por el embarazo precoz. En efecto, los porcentajes más altos de madres adolescentes se encuentran entre las indígenas de las zonas rurales (cuadro II.4).

Cuadro II.4: Porcentaje de madres adolescentes en países seleccionados de América Latina y el Caribe, por grupo etario, origen (indígenas o no indígenas) y tipo de residencia (zona urbana o rural), 2010-2011
País
(Año del censo)
Grupo etario
(años)
Porcentaje de madres adolescentes
IndígenasNo indígenas
UrbanoRuralTotalUrbanoRuralTotal
Brasil
(2010)
15–1710,622,918,76,48,66,8
18–1926,846,939,418,226,619,5
15–1917,031,626,411,115,211,8
Costa Rica
(2011)
15–178,520,317,05,36,75,7
18–1923,642,136,117,022,218,4
15–1915,228,724,710,012,610,8
Ecuador
(2010)
15–179,09,69,58,311,99,6
18–1928,934,232,925,234,128,1
15–1917,418,518,315,020,316,8
México
(2010)
15–176,37,46,95,77,16,0
18–1923,427,425,320,625,821,6
15–1913,214,814,011,614,212,2
Panamá
(2010)
15–1716,920,519,65,78,96,7
18–1938,854,249,719,128,621,7
15–1926,032,430,711,316,212,7
Uruguay
(2010)
15–176,04,16,04,64,94,6
18–1920,225,820,416,921,917,1
15–1911,612,511,69,311,39,4
Fuente: (36).
Una mamá adolescente con su bebé en un taller afuera.

Embarazo en las menores de 15 años

En general, la recopilación de datos y las labores de notificación relacionadas con el embarazo en adolescentes se han centrado en el grupo de 15 a 19 años de edad, que es el grupo del indicador internacional de fecundidad en adolescentes. Recientemente, los indicadores propuestos para los ODS ampliaron el seguimiento internacional del embarazo en adolescentes al grupo etario de 10 a 19 años, desglosado en otros dos grupos: de 10 a 14 años y de 15 a 19 años (100). Se espera que esto redunde en mayores logros para generar datos sobre los embarazos en las menores de 15 años.

Según las estimaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el 2% de las mujeres en edad de procrear en América Latina y el Caribe tenían el primer parto antes de los 15 años. Esta región es la única en el mundo con una tendencia de más embarazos en las menores de 15 años (93). En los siguientes puntos se resume la información cualitativa y cuantitativa disponible sobre embarazos en las menores de 15 años en la Región de las Américas:

  • En el 2015, Planned Parenthood Global (Planificación Familiar Mundial) publicó un informe basado en un estudio multinacional de los efectos sobre la salud de la maternidad forzada en las niñas de 9 a 14 años (101). El estudio se realizó en Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Perú. En estos cuatro países había aumentado el embarazo en las menores de 15 años. En Ecuador, según los datos del censo, había aumentado un 74% durante el decenio anterior. En Nicaragua, el número de embarazadas de 10 a 14 años aumentó un 47% a lo largo de nueve años, de 1 066 en el 2000 a 1 .577 en el 2009. En Guatemala, el número notificado de partos en niñas de 10 a 14 años aumentó de 4 220 en el 2013 a 5 100 en el 2014. Las niñas solían tener un nivel educativo bajo, algunas nunca habían ido a la escuela. Una gran proporción de niñas que iban a la escuela no habían vuelto a asistir después del parto en el momento de la entrevista de seguimiento (en Perú, el 77% abandonó la enseñanza y, en Guatemala, el 88%). La mayoría de las participantes en el estudio sufrieron algún tipo de complicación durante el embarazo (63% en Perú y 71% en Ecuador): anemia, náuseas o vómitos, infecciones vaginales o urinarias y otras más graves como la preeclampsia, la eclampsia, la amniorrexis, el parto prematuro y la hemorragia posparto, así como problemas de salud mental (55% en Perú, 91% en Ecuador y 100% en Nicaragua). Entre los problemas de salud mental se señaló el estrés, el temor, la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. En Perú y Nicaragua, entre 7% y 14% de las participantes en el estudio declararon haberse planteado el suicidio durante el embarazo. En todos los países participantes, tener relaciones sexuales con menores constituye un delito. A menudo los agresores eran personas cercanas a las niñas: un primo, un hermanastro, el padrastro, el padre biológico o un vecino.

  • En el 2016, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) publicó el informe del estudio Niñas Madres: Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina y el Caribe (102) realizado en 14 países1. En el estudio se definió el embarazo o la maternidad infantil forzada como una situación en la que una niña de menos de 14 años queda embarazada sin haberlo buscado ni deseado y se le niega, dificulta, demora u obstaculiza la interrupción del embarazo (102). Por otro lado, en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) el embarazo forzado fue declarado crimen contra la humanidad o crimen de guerra, según el contexto y las características del caso (102). En las conclusiones presentadas por CLADEM del estudio se indica que, salvo en el caso de El Salvador, en los países estudiados no existían datos oficiales sobre embarazos o abortos de niñas menores de 14 años. Según el registro de embarazos en El Salvador para ese grupo etario, llegaron al parto entre un quinto y un tercio de las niñas. En los demás países, los datos sobre embarazos eran los mismos que los de los partos de niñas de menos de 14 años, por lo tanto, solo reflejaban una parte de los embarazos de niñas de esa edad porque a menudo el embarazo no llega a término. En los 14 países estudiados, las relaciones sexuales con niñas menores de 16 años se considera violación. A excepción de Brasil, Honduras y Uruguay, el parentesco no se considera una circunstancia agravante para el estupro de los menores o la violación. Sin embargo, solo seis de los 14 países presentaron estadísticas sobre denuncias de violación de niñas menores de 14 años y la información sobre cuántas de estas denuncias son investigadas judicialmente fue escasa. En aquellos casos en los que hubo denuncia, el nivel de impunidad fue muy alto, se estima que hasta un 90%. En los países estudiados, la madre de la niña sometida a abusos sexuales suele ser investigada, procesada y detenida. Casi todos los países tenían algún tipo de protocolo sobre la violencia contra la mujer, pero en ninguno se encontró un protocolo, guía o política pública diseñada para abordar de manera específica e integral el problema de la violencia sexual contra las niñas. Siete países tenían centros estatales donde reciben o atienden a madres adolescentes y niñas embarazadas. En los 14 países se encontraron entidades privadas especializadas en atención de jóvenes embarazadas. En algunos casos las niñas embarazadas fueron confinadas contra su voluntad en instituciones públicas o privadas y obligadas a dar sus hijos en adopción. En la mayoría de estos 14 países, la continuidad educativa estaba garantizada por ley, pero cerca de la mitad de las niñas embarazadas interrumpieron la enseñanza debido a problemas de salud, prejuicios discriminatorios contra las niñas embarazadas o madres y otras circunstancias.

    1 Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.

  • Los informes de los Estados Parte de la Convención de Belém do Pará que se elaboraron para el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) durante el período 2013-2016, relativos al embarazo en las niñas menores de 15 años (104) contenían la siguiente información:

    • Paraguay informó que dos de los nacimientos diarios eran de niñas de 10 a 14 años, que entre el 2009 y el 2011, el número de nacidos vivos de madres de 10 a 14 años aumentó un 4%, y que el 21,3% de las muertes maternas registradas hasta septiembre del 2012 incluido se produjeron en el grupo de 10 a 14 años de edad.

    • Guatemala informó que, en el 2012, el 13,3% de los nacimientos eran de niñas de 14 años, que se registraron 9 450 abortos de niñas y adolescentes y que murieron 80 niñas por causas relacionadas con la maternidad.

    • En Perú, el porcentaje notificado de madres entre 12 y 14 años osciló entre 12,5% en el 2011 y 13,2% en el 2012.

    • Chile informó que en el 2011, de las altas hospitalarias por aborto, 3 387 eran de niñas de 10 a 19 años y que el 10% de las muertes maternas eran de niñas y adolescentes.

    • En el 2014, en Argentina se registraron 2 600 nacidos vivos de madres de 10 a 14 años, con una tasa de supervivencia del 87,4%.

    • En el 2014, México informó de 11 012 nacimientos de niñas menores de 14 años.

    • En el 2015, Venezuela informó de 5 399 nacidos vivos de niñas de 10 a 14 años.

    • Costa Rica informó que, desde 1983 hasta el 2000, el número promedio anual de nacimientos de madres menores de 15 años fue 460 y que desde el 2000 ha ascendido a un promedio de 500 por año

    • Honduras informó que en el 2015 hubo 33 035 partos de niñas de 10 a 19 años, de los cuales 845 fueron de niñas de 10 a 14 años.

Como ya se ha mencionado, la violencia sexual es una cuestión de importancia decisiva cuando se trata de la salud sexual y reproductiva de las adolescentes, ya que estas son especialmente vulnerables a la violencia sexual perpetrada por compañeros íntimos u otros de su entorno, incluso por sus familiares. En la figura II.27 se muestra el porcentaje de mujeres en el grupo de 15 a 19 años de edad que declaran haber sufrido violencia sexual.

Figura II.27 : Porcentaje de mujeres (15-19 años) que alguna vez han sufrido violencia sexual en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2010-2015
Porcentaje de mujeres (15-19 años) que alguna vez han sufrido violencia sexual en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2010-2015
Fuente: (91).

La mortalidad materna es una causa importante de muerte en niñas y mujeres jóvenes en la Región. Cada año, cerca de 2 000 mujeres de 10 a 24 años mueren por causas relacionadas con la maternidad (cuadro II.5). Aunque varios países han podido prestar servicios de atención de salud materna de buena calidad, el riesgo de mortalidad materna de las adolescentes (especialmente las menores de 15 años) se mantiene elevado. Esto se debe a la exposición a factores biológicos, como la inmadurez del aparato reproductor y factores socioeconómicos y geográficos, como el acceso limitado a la atención de salud en las zonas rurales remotas, los prejuicios étnicos, el estigma y la pobreza.

Table II.5: Muertes notificadas debidas al embarazo, el parto y el puerperio en adolescentes y jóvenes (10-24 años) en la Región de las Américas, 2009-2014
Año
(No. de países que notifican)
Ordena (#)Número de muertes
10-19 años15-24 años10-19 años15-24 años
2009 (45)#5#48652.225
2010 (43)#5#47841.851
2011 (39)#5#48301.920
2012 (39)#6#47781.894
2013 (37)#6#47481.802
2014 (26)#6#45771.404
Fuente: (39).
a Orden en las principales causas de muerte en el grupo de edad y año especificado.

Debido a la falta de progreso en la disminución de los embarazos en adolescentes, la OPS, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia celebraron una consulta técnica en agosto del 2016 con los interesados directos mundiales, regionales y nacionales a fin de evaluar la situación y acordar los enfoques estratégicos y las acciones prioritarias que acelerarán el progreso (41, 105). En la reunión se especificaron los factores clave que contribuyen al embarazo en las adolescentes en América Latina y el Caribe. Entre otros, la falta de conocimiento de las jóvenes acerca de la salud sexual y reproductiva y de sus derechos, el acceso limitado a los anticonceptivos y su uso inadecuado, las leyes y políticas restrictivas, la escasez de ingresos, bajo nivel educativo, la violencia y el abuso sexual, las parejas o relaciones estables prematuras y las relaciones de género desiguales (41, 105). Los participantes en la reunión también señalaron las siete acciones siguientes como prioritarias para acelerar la disminución de los embarazos en adolescentes en América Latina y el Caribe (41, 105):

  1. Hacer más visible el embarazo en la adolescencia, sus causas y consecuencias y los grupos más afectados, con datos desglosados, informes cualitativos y reportajes.
  2. Diseñar intervenciones dirigidas a los grupos más vulnerables, que aseguren enfoques adaptados a la realidad de cada uno y abordar los desafíos específicos.
  3. Hacer participar y facultar a los jóvenes para que contribuyan al diseño, la ejecución y el seguimiento de las intervenciones estratégicas.
  4. Abandonar las intervenciones ineficaces e invertir los recursos en intervenciones ya comprobadas.
  5. Reforzar la colaboración intersectorial para abordar eficazmente las causas del embarazo en adolescentes en América Latina y el Caribe.
  6. Pasar de los proyectos de "boutique" a los programas sostenibles a gran escala.
  7. Crear un entorno favorable para la igualdad de género, la salud sexual y reproductiva y derechos afines de los adolescentes.

Anticonceptivos

La prevalencia de uso de anticonceptivos se define como el porcentaje de mujeres de 15 a 49 años, que están casadas o mantienen una relación estable, que usan algún método anticonceptivo. Las necesidades de anticoncepción insatisfechas se definen como el porcentaje de mujeres de 15 a 49 años, casadas o que mantienen una relación estable, que son fértiles y quieren controlar el número de hijos que desean tener o espaciar su nacimiento y que no están actualmente usando métodos anticonceptivos (106). De estas definiciones se desprende que gran parte de los datos disponibles sobre la prevalencia de uso de anticonceptivos y las necesidades de anticoncepción insatisfechas corresponden al grupo de 15 a 49 años de edad. Esto proporciona una visión general del uso de anticonceptivos y de las necesidades insatisfechas, pero no refleja la situación entre jóvenes, ya que la prevalencia de uso de anticonceptivos suele ser menor y las necesidades insatisfechas son mayores en las mujeres más jóvenes. Sin embargo, esto está cambiando y cada vez hay más encuestas, como las Encuestas de Demografía y Salud de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y las Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS, por sus siglas en inglés) del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que calculan estos datos desglosados en subgrupos que incluyen los grupos etarios de 15 a 19 años y de 20 a 24 años. No obstante, no se logra incluir en estos indicadores y datos a las mujeres jóvenes que no están casadas ni mantienen una relación estable pero que son sexualmente activas y desean evitar el embarazo. En el cuadro II.6 se muestra la prevalencia de uso de anticonceptivos en determinados países de América Latina y el Caribe, obtenida con las EDS o las MICS.

Cuadro II.6: Prevalencia de uso de anticonceptivos y necesidades de anticoncepción insatisfechas (%) entre mujeres de 15 a 24 años, que están casadas o mantienen una relación estable, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2015
País
(encuesta y año)
15-19 años20-24 años
Uso actual
de métodos
anticonceptivos
modernos (%)
Necesidades de
anticoncepción
insatisfechas (%)
Uso actual
de métodos
anticonceptivos
modernos (%)
Necesidades de
anticoncepción
insatisfechas (%)
Argentina (2012 MICS)32,8NDa58,4ND
Barbados (2012 MICS)51,437,350,133,7
Belice (2011 MICS)33,830,847,925,8
Bolivia (2008 EDS)6,137,921,927,2
Colombia (2015 EDS)28,519,359,811,7
Costa Rica (2011 MICS)64,119,775,59,2
Cuba (2011 MICS)67,011,275,39,2
Guatemala (2014/15 EDS)7,721,926,219,8
Guyana (2009 EDS)13,9ND33,430,1
Honduras (2011/12 EDS)14,117,737,713,1
Haití (2012 EDS)8,235,323,256,6
Perú (2012 EDS)10,219,337,313,9
República Dominicana (2013 EDS)51,721,456,641,5
Saint Lucia (2012 MICS)57ND32,0ND
Suriname (2010 MICS)ND37,0ND26,0
Fuentes: (91, 99, 107).
a ND = no disponible.

Uso del preservativo

La adolescencia es una etapa de la vida de rápido desarrollo físico, afectivo y social, caracterizada por el aumento de la experimentación con los papeles de adulto y el desarrollo de patrones de conducta, como el comportamiento sexual, que perdurarán durante toda la vida. El preservativo, usado de manera sistemática y correcta, puede evitar embarazos no deseados, la transmisión de la infección por VIH y otras infecciones de transmisión sexual durante la adolescencia y más tarde. Teniendo en cuenta estas ventajas, un componente importante en la promoción de la salud sexual y reproductiva es alentar el uso correcto y sistemático del preservativo durante la adolescencia.

Varias fuentes recaban información sobre el uso del preservativo por los jóvenes. Sin embargo, la mayoría de las encuestas no se realizan con regularidad en todos los países, por lo tanto es difícil evaluar con exactitud los patrones y tendencias en el uso del preservativo por los adolescentes y jóvenes. Los datos de este subapartado proceden de diversas fuentes, a saber, las MICS, las EDS y otras encuestas realizadas por cada país a título individual. Diversos aspectos influyen en la especificidad y comparabilidad de los datos, por ejemplo, cómo se ha definido la pregunta. En las encuestas de indicadores múltiples por conglomerados se pregunta sobre el uso del preservativo por personas de 15 a 24 años durante las últimas relaciones sexuales con una pareja no estable, extraconyugal, en los 12 meses anteriores. En algunos países, se recopilan solo datos de las mujeres y en otros, datos de hombres y mujeres. En las encuestas de demografía y salud se utiliza el indicador del uso del preservativo durante las últimas relaciones sexuales prematrimoniales; este se define como el porcentaje de jóvenes (de 15 a 24 años) que nunca se han casado y que usaron un preservativo durante las últimas relaciones sexuales, de entre todos los jóvenes solteros encuestados y sexualmente activos.

Las tasas de uso del preservativo con parejas ocasionales difieren de manera notoria en la Región de las Américas y son sistemáticamente más altas en los hombres (figura II.28). Perú tenía el porcentaje más bajo de uso del preservativo en mujeres, seguido de Guatemala. Cuba notificó el porcentaje más alto de uso del preservativo en mujeres.

Figura II.28: Notificación de uso del preservativo durante las relaciones sexuales con una pareja ocasional entre los jóvenes (de 15 a 24 años), en países seleccionados en América Latina y el Caribe, 2012-2015
Notificación de uso del preservativo durante las relaciones sexuales con una pareja ocasional entre los jóvenes (de 15 a 24 años), en países seleccionados en América Latina y el Caribe, 2012-2015
Fuentes: (91, 107).

Infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual

Infección por el VIH

Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH y sida (ONUSIDA), aproximadamente 76 000 adolescentes de 10 a 19 años y 223 000 jóvenes de 15 a 24 años estaban infectados por el VIH en América Latina y el Caribe en el 2016 (108), más mujeres que hombres en el Caribe y más hombres que mujeres en América Latina. En el anexo II.F se proporciona un resumen del número estimado de adolescentes con infección por el VIH en los países de América Latina y el Caribe en el 2015.

En el 2016, se produjeron unas 19 300 nuevas infecciones por el VIH (infecciones recientes) en el grupo de 15 a 19 años de edad y 39 600 en el grupo de 15 a 24 años (108). Entre el 2000 y el 2015, el número de nuevas infecciones por el VIH en el grupo de 0 a 14 años de edad disminuyó más del 60% en América Latina y el Caribe gracias a los avances logrados en la Región con la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Por el contrario, la disminución en el número de nuevas infecciones en el grupo de 15 a 24 años de edad ha sido mucho más lenta (figura II.29) (108).

Figura II.29: Tendencias en el número estimado de nuevas infecciones por VIH en niños (0-14 años), adolescentes (15-19 años) y jóvenes (20-24 años), en América Latina y el Caribe, 2000-2015
Tendencias en el número estimado de nuevas infecciones por VIH en niños (0-14 años), adolescentes (15-19 años) y jóvenes (20-24 años), en América Latina y el Caribe, 2000-2015
Fuente: (108).

Aproximadamente 2 600 jóvenes de 15 a 24 años murieron en América Latina y el Caribe en el 2016 debido a causas relacionadas con el sida. Entre el 2000 y el 2015, el número de muertes relacionadas con el sida en América Latina y el Caribe disminuyó de manera notoria en los niños y moderadamente en los jóvenes de 20 a 24 años, mientras que mostró un ligera tendencia a la alza en los adolescentes de 10 a 14 años y de 15 a 19 años (figura II.30) (108).

Figura II.30: Tendencias en el número estimado de muertes relacionadas con el sida en grupos etarios quinquenales de 0-24 años, por grupos quinquenales, en América Latina y el Caribe, 2000-2015
Tendencias en el número estimado de muertes relacionadas con el sida en grupos etarios quinquenales de 0-24 años, por grupos quinquenales, en América Latina y el Caribe, 2000-2015
Fuente: (108).

Infecciones de transmisión sexual

Según datos de la OMS, cada día se contraen más de un millón de infecciones de transmisión sexual en todo el mundo (109). Este contagio se produce principalmente durante las relaciones sexuales u otra relación con contacto genital íntimo. Algunas infecciones de transmisión sexual también pueden transmitirse por otros medios: por la sangre o los hemoderivados o de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia materna. Hay más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes conocidos que se transmiten por contacto sexual. Entre ellos, hay ocho relacionados con la gran incidencia de las enfermedades de transmisión sexual: virus de la hepatitis B, virus del herpes simple (VHS o herpes), VIH, virus del papiloma humano (VPH) y los agentes causantes de la sífilis, la gonococia, la clamidiasis y la tricomoniasis. Solo los cuatro primeros son incurables. La mayoría de las infecciones de transmisión sexual se previenen adoptando comportamientos sin riesgo, como el uso sistemático del preservativo, y dos de ellas (VPH y hepatitis B) pueden evitarse con la vacunación. Cuando las infecciones de transmisión sexual son sintomáticas, el flujo vaginal, la secreción uretral o el ardor en los hombres, las úlceras genitales y el dolor abdominal son algunas de las manifestaciones características. Sin embargo, es importante saber que la mayoría de las ITS son asintomáticas, sin presentar síntomas claros de la enfermedad. Las infecciones asintomáticas o subclínicas no pueden identificarse sin pruebas analíticas especiales y, por consiguiente, muchas infecciones no se diagnostican.

Las infecciones de transmisión sexual son importantes causas de morbilidad y mortalidad debido a las complicaciones que acarrean, como las infecciones del aparato genital femenino (conocidas habitualmente como enfermedad pélvica inflamatoria), la infertilidad, el embarazo ectópico, el aborto espontáneo, la muerte fetal e infantil, el peso bajo al nacer, la prematuridad y las infecciones congénitas. Los estudios muestran una fuerte asociación entre la infección por el VIH y las infecciones de transmisión sexual ulcerosas y no ulcerosas (110-112). Hay también pruebas biológicas de que la presencia de una infección de este tipo aumenta la propagación del VIH y que el tratamiento de la ITS reduce la propagación del VIH (112). La transmisión maternoinfantil de una ITS puede resultar en muerte fetal y del recién nacido, peso bajo al nacer, prematuridad, septicemia, neumonía, conjuntivitis neonatal y deformidades congénitas (110). La infección por el virus del papiloma humano causa más de medio millón de casos de cáncer cervicouterino y se registra cada año un cuarto de millón de muertes por este cáncer (113).

Por diversas razones, la información relativa a las ITS en adolescentes es muy escasa. Entre ellas, está la complejidad que encierra realizar pruebas analíticas con muestras biológicas en los adolescentes, la falta general de acceso a los servicios de SSR para los adolescentes, por ejemplo, a los servicios relacionados con las infecciones de transmisión sexual, el subestimar la incidencia y la prevalencia de las ITS en adolescentes debido a la falta de datos, la reducida percepción del riesgo o el reconocimiento de la infección entre los adolescentes y la casi inexistencia de técnicas no invasivas para el diagnóstico de estas infecciones (por ejemplo los análisis de orina o los hisopos vaginales para la autotoma de la muestra).

Sin embargo, el escaso número de estudios que existen indican que hay una carga importante de cada año entre los adolescentes. Esto es así en hombres jóvenes que tienen sexo con hombres (HSH) e igualmente en mujeres jóvenes. Por ejemplo, en un pequeño estudio reciente realizado en la zona septentrional de Brasil se descubrió que la prevalencia de la infección por clamidias era del 11% en una muestra de 154 mujeres jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y 20 años (114). De manera análoga, algunos estudios realizados en América Latina pusieron de manifiesto que las tasas de prevalencia de la clamidiasis oscilaban entre 7% y 31% en mujeres jóvenes (115-116). Otro estudio reciente sobre la relación costo-efectividad realizado en los Estados Unidos concluyó que la exclusión voluntaria de las pruebas analíticas de la clamidiasis en las mujeres jóvenes de alto riesgo representaba un ahorro, ya que mejoraba los resultados de salud a un costo neto inferior, una vez considerados los costos de los análisis y los costos asistenciales a lo largo de toda la vida y la esperanza de vida ajustada por la calidad relacionados con la infección por clamidias (117).

Un artículo de revisión en el que se analizan los servicios relacionados con las infecciones de transmisión sexual para los adolescentes y jóvenes en los países de ingresos medios y bajos concluyó que los adolescentes de estos entornos suelen tener pocos conocimientos de las ITS y se encuentran con barreras importantes de acceso a los servicios de SSR y a los que tratan las ITS. Esto hace que los jóvenes queden sin tratamiento, se sigan transmitiendo estas infecciones y aumente el riesgo de aparición de complicaciones graves y prolongadas (118).

II.5 Nutrición y actividad física

La nutrición sana es un elemento esencial para la buena salud en los adolescentes. Mejora el rendimiento escolar y educativo, ayuda a tener un sistema inmunitario más fuerte, reduce el riesgo de enfermedad durante toda la vida y, en caso de embarazo, reduce el riesgo de un desenlace desfavorable para la madre y el recién nacido. Los datos existentes sobre la anemia, el peso excesivo y la obesidad indican que los adolescentes en la Región de las Américas se enfrentan a una doble carga de malnutrición (que se caracteriza por la carencia de micronutrientes al mismo tiempo que hay sobrepeso u obesidad) (119-120). La OMS define el sobrepeso y la obesidad como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Para su determinación, se usa el índice de masa corporal (IMC), que es un indicador de la relación entre el peso y la talla. En los niños, el sobrepeso se define como el IMC para la edad y sexo con más de una desviación estándar (> +1 DE) por encima de la mediana; la obesidad es el IMC para la edad y sexo con más de dos desviaciones estándar (> +2 DE) por encima de la mediana.

En la mayoría de los países, y según los datos de la EMSE, más de uno de cada cinco estudiantes presentaba exceso de peso, tanto hombres como mujeres (figura II.31).

Recuadro II.4: Objetivo 6 regional de salud de los adolescentes y los jóvenes

Promover la nutrición y la actividad física

  • Reducir la proporción de adolescentes obesos o con sobrepeso (13 a 15 años)
  • Aumentar la proporción de adolescentes (13 a 15 años) que realizan actividad física
  • Disminuir la prevalencia de la anemia en las adolescentes (10 a 19 años)

Fuente: (4).

Figura II.31: Porcentaje de estudiantes (13-15 años) con sobrepesoa en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Porcentaje de estudiantes (13-15 años) con sobrepeso en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Fuente: (81).
a El sobrepeso se define como el IMC para la edad y sexo con más de una desviación estándar (> +1 DE) por encima de la mediana.

Algunos sondeos realizados con las Encuestas de Demografía y Salud proporcionan datos acerca del sobrepeso y la obesidad en las mujeres de 15 o más años (figura II.32). Además, algunos países realizan encuestas nacionales sobre salud y nutrición que también generan estos datos para diferentes grupos etarios. En estos estudios, el sobrepeso se define como un índice de masa corporal (IMC) de 25,0 a 29,9 y la obesidad cuando el IMC es igual o superior a 30,0. En la encuesta nacional sobre salud y nutrición realizada en el 2012 en Ecuador (121), el 24,5% de las mujeres del grupo de 15 a 19 años de edad presentaba sobrepeso u obesidad (IMC igual o superior a 25,0) y, en la realizada en el 2016 en México (122), el 36,3% de las mujeres del grupo de 12 a 19 años de edad presentaba sobrepeso u obesidad.

Figura II.32: Porcentaje de mujeres (15-19 años y 20-24 años) con un IMC igual o superior a 25, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2015
Porcentaje de mujeres (15-19 años y 20-24 años) con un IMC igual o superior a 25, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2008-2015
Fuentes: (91,123).

En la figura II.32 también se ilustran las dimensiones temporales y acumulativas de la obesidad y el sobrepeso. El porcentaje de mujeres con sobrepeso u obesas a la edad de 24 años ha aumentado de manera significativa en todos estos países y en algunos casos se ha duplicado.

En los países con dos puntos de medición para el peso en las encuestas EMSE y EDS, la mayoría presentaba un aumento en los porcentajes de mujeres con sobrepeso y obesas a lo largo del tiempo (cuadro II.7).

Cuadro II.7: Cambios en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población joven de 13-15 años, 15-19 años y 20-24 años, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2005-2015
País (año de la encuesta)Encuestas Mundiales de Salud Escolar (EMSE): cambios en la prevalencia
de sobrepeso y obesidad en adolescentes de 13-15 años
Prevalencia de sobrepeso (%)Prevalencia de obesidad (%)
Argentina (2007)24,54,4
Argentina (2012)28,65,9
Guatemala (2009)27,17,5
Guatemala (2015)28,07,7
Suriname (2009)19,36,6
Suriname (2015)28,611,6
Encuestas de Demografía y Salud (EDS): cambios en el porcentaje de
sobrepeso y obesidad en las adolescentes de 15-19 años
Colombia (2005)28,819,4
Colombia (2010)31,122,1
Haití (2005-06)14,96,3
Haití (2012)17,47,8
Honduras (2005-06)27,818,8
Honduras (2011-12)29,222,1
Perú (2007-08)34,414,6
Perú (2012)36,517,9
Encuesta de Demografía y Salud (EDS): cambios en el porcentaje de
sobrepeso y obesidad en las jóvenes de 20-24 años
Colombia (2005)12,91,9
Colombia (2010)13,93,6
Haití (2005-06)6,90,8
Haití (2012)5,70,5
Honduras (2005-06)16,05,2
Honduras (2011-12)15,85,2
Perú (2007-08)18,52,2
Perú (2012)18,84,0
Fuentes: (81,91)
Figura II.33: Porcentaje de estudiantes (13-15 años) que realizaron una actividad física al menos 60 minutos al día durante cinco o más días de la semanaa anterior a la encuesta, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Porcentaje de estudiantes (13-15 años) que realizaron una actividad física al menos 60 minutos al día durante cinco o más días de la semana anterior a la encuesta, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Fuente: (81).
a En el caso de Suriname y Guatemala, los datos reflejan la actividad física realizada durante todos los días de la semana anterior a la encuesta.

Al considerar las asociaciones entre el consumo de bebidas azucaradas y de comida rápida, y el ejercicio físico y el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles (ENT), es un motivo importante de preocupación la constatación del gran número de adolescentes jóvenes (13-15 años) que dicen haber consumido con frecuencia refrescos azucarados y comida rápida (figura II.34).

En este contexto, la OPS ha elaborado un Plan de acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescentes (124), con el fin de atajar la creciente epidemia de obesidad en niños y adolescentes. Entre sus objetivos está mejorar el entorno con respecto a la alimentación y la actividad física en los establecimientos escolares, así como las políticas fiscales y la reglamentación de la publicidad y el etiquetado de alimentos. El plan también presta atención a la perspectiva de género y la equidad, dado que las niñas suelen estar más afectadas por la epidemia de obesidad.

Figura II.34: Consumo de bebidas gaseosas y comida rápida entre los estudiantes (13-15 años), 2009- 2013
Consumo de bebidas gaseosas y comida rápida entre los estudiantes (13-15 años), 2009- 2013
Fuente: (81).

Entretanto, y según los datos aportados por 21 países, entre el 10% y el 20% de los estudiantes manifestaron que a veces pasaban hambre porque no había comida suficiente en el hogar, lo que implica un grado importante de inseguridad alimentaria en la Región. En particular, Jamaica tenía el porcentaje más alto de estudiantes que a veces pasaban hambre (cerca del 30%) y también el porcentaje más alto de los que pasaban hambre habitualmente (10%) (81). Estos datos respaldan a pleno la conclusión de una carga doble de malnutrición en la Región.

La anemia es un problema mundial de salud pública asociada la mayoría de las veces a una falta de hierro, que es la carencia nutritiva más extendida en el mundo (125, 126). La anemia se caracteriza por la disminución del número de glóbulos rojos y de la capacidad de carga de oxígeno de la hemoglobina (125). La OMS calcula que la mitad de todos los casos de anemia se debe a una carencia de hierro y el resto a otros factores. La carencia de hierro afecta a millones de individuos a lo largo del curso de la vida, especialmente a lactantes y embarazadas, pero también a niños pequeños, adolescentes y mujeres en edad de procrear (127, 128).

Las consecuencias para la salud y de tipo funcional de la anemia son: un mayor riesgo de muerte para la madre, el feto y el recién nacido; desenlace del embarazo complicado con peso bajo al nacer o nacimiento prematuro; deterioro del desarrollo cognitivo, disminución de la capacidad de aprendizaje y reducción del rendimiento escolar en los niños, así como una productividad reducida en los adultos (125). Según las investigaciones los niños menores de tres años, las mujeres embarazadas o no y las adolescentes son los grupos de mayor riesgo (125).

La OMS ha clasificado la importancia para la salud pública de la anemia como sigue (127):

  • prevalencia igual o inferior al 4,9%, no es un problema de salud pública.
  • prevalencia entre 5% y 19,9%, problema de salud pública leve.
  • prevalencia entre 20% y 39,9%, problema de salud pública moderado.
  • prevalencia igual o superior al 40%, problema de salud pública grave.

De acuerdo con la definición de la OMS, la anemia representa un problema grave de salud pública en los adolescentes en Haití, y un problema de salud pública moderado en Guyana (cuadro II.8).

Cuadro II.8: Porcentaje de adolescentes de 10 a 19 años con algún tipo de anemiaa en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2015
País (año de la encuesta)Grupo etarioPorcentaje con algún tipo de anemia
Argentina (2012)10-19 años15,0
Ecuador (2011/13)15-19 años14,3
Guatemala (2014/15)15-19 años11,7
Guyana (2009)15-19 años34,1
Haití (2012)15-19 años55,5
Honduras (2011/12)15-19 años12,5
México (2012)12-19 años7,7
Perú (2012)15-19 años17,2
República Dominicana (2012)12-14 años13,4
Fuentes: (91, 121, 122).
a Algún tipo de anemia significa una cantidad de hemoglobina < 12,0 g/dl en mujeres no embarazadas y < 11,0 g/dl en embarazadas.

La OMS recomienda diversas intervenciones basadas en datos científicos para promover la actividad física y una alimentación saludable en los adolescentes (anexo II.D3).

Un grupo de niƱas jóvenes participando en un maratón, paradas afuera bailando.

II.6 Enfermedades crónicas

Salud bucodental

La salud bucodental es fundamental en cualquier problema de salud en América Latina y el Caribe. Hay datos científicos que ponen de manifiesto la fuerte interrelación entre la salud bucodental y la salud general y muestran que una salud bucodental deficiente se asocia con diversos problemas de salud pública. Por ejemplo, las infecciones orales están vinculadas a un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, neumonías por aspiración y producir desenlaces adversos del embarazo. En el caso particular de los niños y adolescentes, una salud bucodental deficiente se asocia con dolor y dificultades para comer, además de afectar a los hábitos de sueño e influir en el crecimiento y el desarrollo.

En el 2011, los Estados Miembros de las Naciones Unidas reconocieron la importancia de la salud bucodental en la Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles (129). Ese documento se centró en las cuatro enfermedades no transmisibles mundiales más prominentes y sus factores de riesgo. Los Estados Miembros reconocieron que las enfermedades renales, bucodentales y oculares constituyen una carga importante para el sector de la salud de muchos países, y que estas enfermedades comparten factores de riesgo y pueden beneficiarse de las respuestas comunes a las ENT.

Recuadro II.5: Objetivo 7 regional de salud para los adolescentes y los jóvenes

Combatir las enfermedades crónicas

  • Reducir la tasa de dientes cariados/perdidos/obturados (DCPO) en los adolescentes de 12 años
  • Aumentar la cobertura de la vacuna contra el tétanos y la difteria (10 a 19 años)

Fuente: (4).

La tasa de dientes cariados, perdidos y obturados (DCPO) resulta un indicador importante para determinar las condiciones de salud bucodental en los países. Al mismo tiempo, debe prestarse atención a la gran repercusión de las afecciones orales en la salud general, como por ejemplo, la asociación entre las infecciones orales y la salud sistémica; la relación entre las enfermedades bucodentales y las enfermedades crónicas y la aparición de cáncer de la cavidad bucal y orofaringe, acompañado de metástasis. Aunque estos aspectos no se tratan en este apartado, deben formar parte de otros debates más amplios sobre la salud bucodental en los países.

Los datos generados por las encuestas de salud bucodental realizadas en algunos países, con el respaldo de la OPS, dejaron constancia de la situación de estos países en un proceso continuo de salud bucodental basado en el índice de DCPO. Este índice se calcula a partir de las 32 piezas dentales (es decir, todas las piezas dentales permanentes, incluidas las muelas del juicio) y es una unidad de medida que especifica el número de caries en un grupo de población. Además, la OPS ha ideado una clasificación para obtener el perfil de salud bucodental de un país. Esta se basa en el índice de DCPO en niños de 12 años y se divide en tres etapas, correspondientes a la gravedad de la caries dental: 1) etapa emergente, definida por una puntuación en el índice de DCPO-12 superior a 5 y la ausencia de un programa nacional de fluoruración de la sal y el agua, 2) etapa de crecimiento, definida por un DCPO-12 entre 3 y 5 y la ausencia de un programa nacional de fluoruración de la sal y el agua, y 3) etapa de consolidación, definida por un DCPO 12 inferior a 3 y la presencia de un programa nacional de fluoruración de la sal y el agua. La puntuación del índice de DCPO sirve para hacer comparaciones fiables entre países.

De los 16 países de la Región que realizaron encuestas durante el período 2005-2011, hubo 15 que estaban en la etapa de crecimiento o en la de consolidación, lo que ilustra el progreso realizado en la Región de las Américas hacia el objetivo de salud bucodental para los niños y los adolescentes.

En este contexto, la OPS ha ejecutado un plan para mejorar la salud bucodental (130). El plan fue aprobado por los Estados Miembros de la OPS en el 2006, e insta a los Estados reconocer la salud bucodental como un aspecto fundamental de la salud general. Las políticas, herramientas y capacitación que la OPS ha ofrecido a los Estados Miembros han dado lugar a una reducción significativa de las caries en toda la Región. Estos progresos pueden atribuirse en gran parte a los programas nacionales de prevención (como los de fluoruración de la sal y el agua), a la mayor conciencia sobre una higiene bucodental adecuada y a las mejores prácticas de atención sanitaria bucodental. Los enfoques nuevos y eficaces en función de los costos, como los programas de fluoruración, también han contribuido a facilitar y aumentar el acceso a la atención de salud bucodental, en particular para los grupos más vulnerables.

Cobertura de la vacunación

La OMS recomienda que todos los individuos reciban cinco dosis de una vacuna que contenga el toxoide tetánico, seguidas de una dosis de refuerzo al comienzo de la edad adulta para garantizar la protección a lo largo de la vida reproductiva y, posiblemente, la protección de por vida. Dado que hay pruebas de que una serie de cinco dosis de vacuna brinda una protección cercana al 100%, la mayoría de los países de la Región tiene un calendario de vacunación antitetánica que incluye tres dosis de vacuna en el primer año de vida, más dos dosis de refuerzo antes de los siete años (que también refuerza la protección contra la tos ferina). Además, todas las mujeres en edad de procrear sin constancia registrada de haber recibido al menos cinco dosis de una vacuna que contenga el toxoide tetánico deben recibir las dosis necesarias de la vacuna antitetánica para prevenir el tétanos neonatal.

En el 2015, 15 países de la Región notificaron a la OPS una cobertura de vacunación del 85% o superior con una quinta dosis de vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. No hay ninguna recomendación específica para la vacunación de los adolescentes con el toxoide diftérico y tetánico (dT)1 en la Región de las Américas. La OPS sigue trabajando con todos los países de la Región para garantizar la protección temprana contra el tétanos, la difteria y la tos ferina, con un calendario de cinco dosis de vacuna DPT antes de los 7 años.

1 Td = tetanus + reduced content diptheria

Una incorporación importante al calendario de vacunación adolescente es la vacuna contra el virus del papiloma humano, que causa el cáncer cervicouterino. Este cáncer es causado por el VPH de transmisión sexual, que es la infección vírica más frecuente del aparato reproductor en todo el mundo. Casi todos los individuos sexualmente activos serán infectados por el VPH en algún momento de su vida. El período de mayor número de infecciones se presenta poco después de la iniciación de la vida sexual activa. La mayoría de las infecciones por VPH remiten en forma espontánea y no causan síntomas ni enfermedad. Sin embargo, la infección repetida por tipos específicos de VPH puede provocar lesiones precancerosas, que si no se tratan pueden evolucionar hacia un cáncer cervicouterino (131).

A pesar de las dificultades que conlleva la introducción de una vacuna nueva y los numerosos mitos sobre la vacuna contra el VPH que crean barreras para su aceptación, la Región de las Américas ha realizado grandes progresos en la introducción y difusión de la vacuna contra el VPH en adolescentes. Hasta marzo del 2017, al menos 29 países de la Región habían introducido programas públicos de vacunación contra el VPH. La mayoría de estos programas están dirigidos a las chicas adolescentes. Los países que proporcionanesta vacuna tanto a los chicos como a las chicas incluyeron Antigua y Barbuda, Bahamas, Estados Unidos, Panamá, Puerto Rico. Según se desprende de los informes de país presentados a la OPS, la cobertura con todas las vacunas contra el VPH de acuerdo con las directrices nacionales alcanzó un promedio de 55% en la Región de las Américas.

II.7 Factores protectores

Además de los resultados inmediatos en materia de salud, se ha incluido en la Estrategia regional y plan de acción sobre la salud de los adolescentes y los jóvenes la atención a los factores de riesgo y de protección que son determinantes importantes para salud y las enfermedades en la adolescencia, en particular, los comportamientos y situaciones relacionadas con la salud. Estos incluyen una atención especial a las relaciones con los padres y a la reglamentación que atañe a los adolescentes, junto con la recopilación de información acerca de con qué frecuencia durante los 30 últimos días los padres o tutores comprobaron que habían hecho la tarea escolar, comprendieron los problemas y preocupaciones de sus adolescentes o supieron realmente lo que estaban haciendo en el tiempo libre.

El porcentaje de estudiantes que notifican que sus padres realmente saben siempre o casi siempre lo que están haciendo en su tiempo libre osciló entre poco más del 30% en Saint Kitts y Nevis a más del 70% en Uruguay. En la mayoría de los países, un porcentaje algo mayor de niñas notificaron que ese había sido el caso (figura II.35).

Recuadro II.6: Objetivo 8 regional de salud para los adolescentes y los jóvenes

Promover los factores protectores

  • Aumentar el conocimiento de los padres de las actividades de los adolescentes

Fuente: (4).

Figura II.35: Porcentaje de adolescentes (13-15 años) cuyos padres sabían, siempre o casi siempre, lo que estaban haciendo en su tiempo libre, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009 - 2016
Porcentaje de adolescentes (13-15 años) cuyos padres sabían, siempre o casi siempre, lo que estaban haciendo en su tiempo libre, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009 - 2016
Fuente: (81).

Un porcentaje inferior de adolescentes (entre cerca del 25% y un poco más del 60%) opinaron que sus padres o tutores comprendían sus problemas y preocupaciones (figura II.36).

Figura II.36: Porcentaje de adolescentes (13-15 años) que sintieron que sus padres o tutores comprendían sus problemas y preocupaciones, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Figura II.36: Porcentaje de adolescentes (13-15 años) que sintieron que sus padres o tutores comprendían sus problemas y preocupaciones, en países seleccionados de América Latina y el Caribe, 2009-2016
Fuente: (81).

Conclusiones

En esta segunda parte del informe, se describe el estado de salud de los adolescentes y jóvenes, basándose en una serie de indicadores regionales convenidos con anterioridad. Los datos presentados indican que, lamentablemente, se ha avanzado muy poco en el mejoramiento del estado de salud de los jóvenes. Las tasas de mortalidad de adolescentes y jóvenes permanecieron más o menos constantes entre el 2008 y el 2013, y la mayoría de las defunciones se deben a causas externas, evitables. En los países se encuentran resultados desiguales. En algunos países, como Bermudas, Chile, Granada y Suriname, se observó una disminución de la mortalidad en los hombres y las mujeres en el intervalo de 10 a 24 años de edad, mientras que en otros, como Brasil, Honduras y la República Dominicana, se observó una mortalidad mayor en todos los grupos.

Es preocupante el riesgo desproporcionadamente alto de muerte prematura en los hombres jóvenes por violencia, tanto interpersonal como autoinfligida, que indica la necesidad de intensificar los esfuerzos en favor de los hombres jóvenes con programas y servicios de salud.

El embarazo en las adolescentes sigue siendo inadmisiblemente alto, y las que están más expuestas al inicio precoz del período de reproducción son las jóvenes de medios desfavorecidos, las que residen en entornos rurales y las de las comunidades indígenas y de ascendencia africana.

Los problemas de salud mental y los factores de riesgo de muerte prematura y de enfermedad crónica a lo largo del curso de la vida son muy frecuentes y muestran una tendencia creciente. Se incluyen aquí los pensamientos y tentativas de suicidio, el consumo del alcohol, el sobrepeso, la obesidad y un modo de vida sedentario.

En resumen, los datos indican que una proporción importante de jóvenes en la Región sigue afrontando una mala salud y adoptando comportamientos potencialmente perjudiciales. La distribución de estos problemas y riesgos de salud está a menudo relacionada con la variabilidad de los determinantes sociales, como el nivel educativo y el quintil del índice de riqueza, lo que pone de manifiesto la importancia de las acciones multisectoriales en favor de la equidad, requeridas para mejorar la salud y bienestar de los jóvenes en la Región.