Prefacio

La Región de las Américas mantiene un compromiso de larga data con la protección y mejora de la salud y el bienestar de la población joven, como se expresa en la Estrategia regional para mejorar la salud de adolescentes y jóvenes y el Plan de acción sobre la salud de los adolescentes y los jóvenes (2010-2018). Desde la adopción de la estrategia regional en el 2008 y del plan de acción en el 2009, se han producido diversos acontecimientos de importancia a escala mundial y regional, entre otros, la inauguración de la era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el lanzamiento de la Estrategia mundial para la salud de la mujer, el niño y el adolescente (2016-2030), con nuevos compromisos y mandatos que afectan de manera directa el posicionamiento de la población joven en la agenda regional y mundial de salud y desarrollo.

Estos nuevos acontecimientos generan una exigencia y oportunidad para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Región de evaluar el estado actual de la salud de la población joven y la respuesta regional, con el fin de llevar a cabo las modificaciones necesarias para garantizar que toda la población joven de la Región no solo sobreviva, sino que prospere y tenga la oportunidad de disfrutar de su derecho a la salud y el bienestar físico y mental. En vista de que el Plan de acción sobre la salud de los adolescentes y los jóvenes se acerca a su fin, también resulta oportuno esperar con interés la formulación de una agenda nueva de salud de los adolescentes y los jóvenes, más integrada al curso de vida y a factores para promover y mejorar su salud y desarrollo.

Según se explica en la primera parte de este informe, tenemos actualmente la mayor cohorte de adolescentes y jóvenes de la historia de la Región de las Américas. Esto ofrece la "oportunidad" demográfica para un crecimiento económico rápido si se hacen las inversiones sociales y económicas adecuadas en salud, educación y economía. Invertir en la población joven es esencial para aprovechar los beneficios del dividendo demográfico que están experimentando varios países de la Región. Sin embargo, también tomamos en consideración las dificultades que afronta la población joven de la Región, sin olvidar las bajas tasas de escolarización y de finalización de la enseñanza secundaria, la pobreza y el desempleo.

En la segunda parte, se describe el estado actual de salud de la población joven, con ejemplos de los escasos logros para la salud de los adolescentes y jóvenes en los últimos años. Cada año mueren en la Región de las Américas más de 80 000 adolescentes de edades comprendidas entre 10 y 19 años, muchos de ellos debido a causas evitables como homicidios, suicidios y muertes por accidentes de transporte terrestre. Muchos otros no gozan de buena salud debido a problemas de salud mental y lesiones no mortales, entre otras causas. Los embarazos en adolescentes, los abortos no seguros, las infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) siguen siendo una amenaza para la salud y el bienestar de la población joven en la Región.

En la tercera parte del informe, se destaca también el enorme progreso logrado mediante la elaboración y realización de acciones regionales y nacionales, como el establecimiento de programas de salud para los adolescentes en la mayoría de los países, el fortalecimiento de la disponibilidad y uso de información estratégica, la ampliación de los servicios de salud a los adolescentes, el fortalecimiento de las capacidades de los interesados directos en una serie de temas de salud de los adolescentes y la introducción de intervenciones basadas en la familia y la escuela.

Lamentablemente, nos vemos obligados a concluir que estos adelantos no se han traducido todavía en grandes beneficios para la salud de la población joven de la Región. Se necesita una acción rápida y específica para actualizar y adaptar las respuestas regionales y nacionales que aceleren el progreso hacia el mejoramiento de la salud y el bienestar de la población joven en la Región de las Américas.

Con base en las enseñanzas extraídas de la respuesta a escala regional, en la cuarta y última parte del informe se proponen prioridades clave de acción para acelerar el progreso hacia el mejoramiento de la salud y el desarrollo de jóvenes en la Región. Las recomendaciones coinciden con el espíritu de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las líneas de acción propuestas por la Estrategia mundial para la salud de la mujer, el niño y el adolescente: los programas y las intervenciones deben estar basados en evidencia y dar prioridad a los grupos que viven en situación de vulnerabilidad. Las acciones deben ser intersectoriales y abordar los determinantes sociales de la salud de los adolescentes y los jóvenes. Además, la población joven debe participar en calidad de asociados en el diseño, la aplicación y el seguimiento de las intervenciones que están dirigidas a ellos mismos.

La población joven constituye la esencia de la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la inversión estratégica en su salud y desarrollo es fundamental para el logro de estos objetivos. La Organización Panamericana de la Salud mantiene el compromiso de apoyar a la Región para alcanzar dichos objetivos.

Andrés de Francisco Serpa
Director
Departamento de Familia, Promoción de la Salud y Curso de Vida