Revista Perspectivas de Salud
La revista de la Organización Panamericana de la Salud
Volumen 8, Número 2, 2003

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Un gesto de amor
Semana de Vacunación en las Américas
por Manuel Calvit - Fotografías de Armando Waak
 Mother with baby

Con el aroma del café, el anuncio de agua hirviendo para hacer mate o té, el reloj inevitablemente marca las seis de la mañana. Es primero de junio de 2003. Hoy, a millones de niños de 19 países de las Américas y el Caribe los une un lazo muy profundo, un lazo que nace del esfuerzo diario de doctores, de líderes comunitarios, políticos, voluntarios, madres y padres. Hoy y durante toda esta semana, estos países se unen para vacunar a sus niños. No importa dónde se encuentren, no importa cuán remota sea la aldea, cuántas montañas haya que subir o ríos que navegar.
 
Este esfuerzo histórico es un gesto de amor hacia ellos, por su presente y su futuro.

El sarampión es una de las enfermedades más infecciosas conocidas por el hombre y sigue siendo la principal causa de muerte prevenible por vacunación a nivel mundial. Se estima que 770.000 niños menores de 5 años mueren cada año a causa de esta enfermedad.

Antes de la introducción de la vacuna en 1963, casi todos los niños contraían sarampión. En 1994, durante la Conferencia Sanitaria Panamericana realizada en Washington D.C., ocurrieron dos hechos transcendentales. En primer lugar, se declaró a la región de las Américas libre de la transmisión del virus de la polio; un niño peruano, Luis Fermín Tenorio, oriundo de Pichanaqui, fue el último caso de esa enfermedad hasta el día de hoy. Y en segundo lugar, todos los países de las Américas se propusieron la meta de interrumpir la transmisión autóctona del sarampión.

Desde entonces se han concentrado esfuerzos y recursos para lograrla. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha recomendado una estrategia, complementada por acciones de vigilancia, investigación y supervisión. Por la magnitud de la empresa era de esperar contratiempos. A fines de los años sesenta hubo brotes en Brasil, Argentina y Bolivia; entre 2000 y 2001, en República Dominicana y Haití. Esto no detuvo los esfuerzos por seguir vacunando a nuestros niños. Desde noviembre de 2002 hasta julio de 2003 no ha habido transmisión indígena de sarampión en las Américas. Sin embargo, esto es sólo el inicio. Una enfermedad de esta índole no descansa. Y nuestros gobiernos y expertos lo saben.

Durante una reunión de los países andinos, se propuso lanzar una semana de vacunación masiva. Lo que nació como una campaña sudamericana creció y hermanó a otros países que se fueron sumando a esta causa, que se convirtió en la primera Semana de Vacunación en las Américas. Diecinueve países asumieron el compromiso y sin más preámbulos se iniciaron los preparativos y se trazaron las metas.

Este esfuerzo pretendía alcanzar a niños que nunca antes habían sido vacunados; niños que, por vivir en lugares inaccesibles, alejados de centros de salud o en zonas urbano-marginales, no habían recibido el regalo de la vacuna.

Esta campaña, además, buscaba dejar en claro varios puntos: que trabajando unidos se pueden lograr grandes cosas; que la salud sigue siendo un puente de solidaridad, entendimiento y esperanza entre países; y que la vacunación es un derecho de las personas y no sólo una herramienta para reducir la enfermedad. Con ese criterio fue que se movilizaron recursos, y que agencias hermanas como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), UNICEF y la OPS aunaron sus esfuerzos y también consiguieron dinero para esta iniciativa.

Los preparativos se pusieron en marcha en Bolivia, Argentina, Paraguay, Ecuador, Chile, Perú, Colombia, Brasil, Uruguay, Venezuela, Suriname, México, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Bahamas y Jamaica. Cada día hasta el 30 de mayo de 2003 hubo un despliegue continuo de reuniones a todo nivel - ministerial, local, comunitario-, llamadas telefónicas, evaluación del personal y equipo disponible, vehículos, instrumental, y todo lo que involucra la preparación para una campaña de vacunación masiva.

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