Revista Perspectivas de Salud
La revista de la Organización Panamericana de la Salud
Volumen 8, Número 2, 2003

 

Hasta la vista, PARAÍSO!
por Tony Deyal
 Ilustración Rogerio Coelho

Cada día en el Caribe aumenta el número de enfermeras que hacen sus maletas y se marchan a países con climas alejados del calor tropical. Ahora, la región está buscando nuevas medidas para que no se vayan y hasta para convencerlas de que regresen del exterior.

En los años 80, Glenda Caesar trabajaba como enfermera en la isla de Trinidad. Ganaba el equivalente a unos 250 dólares mensuales. Debido al alto costo de vida, prácticamente no le quedaba nada para permitirse algunas comodidades. Por si esto fuera poco, comenta Caesar, las condiciones de trabajo eran "pésimas", con un número excesivo de pacientes y escasez de medicamentos y equipos.

Por eso, en 1990, junto con otras tres enfermeras de Trinidad, Caesar aceptó una oferta de trabajo en Arabia Saudita, que le pagaba más de cuatro veces lo que ganaba en Trinidad. Dejó su terruño tropical para viajar al clima desértico de Riad, donde disfrutaba de ventajas tan insólitas como un bono para "descanso y recreación", gozaba de condiciones de trabajo mucho mejores y ganaba lo suficiente para vivir cómodamente y enviar dinero a su familia en Trinidad.

Finalmente, la nostalgia obligó a Caesar a renunciar a todo y volver a casa. Pero sus amigas de Trinidad y otras enfermeras del Caribe todavía están allá. Es más, otras están siguiendo sus pasos, emigrando al Medio Oriente, Europa, Canadá y los Estados Unidos. De hecho, enfermeras de todo el Caribe están haciendo sus maletas y diciendo, ¡Hasta la vista, paraíso tropical!

Ya desde los años 70, la Sociedad Mundial de Futuros predecía que la demanda mundial de enfermeras (y enfermeros) iba a ser prácticamente infinita. Hoy en día, la escasez de personal de enfermería capacitado se ha convertido en una crisis para los sistemas de salud en casi todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que hay escasez de personal de enfermería en cada una de las seis regiones que representa. Si la tendencia no se revierte "la funcionalidad de muchos sistemas estaría seriamente amenazada", dice un informe de la OMS de 2000.

Gloria Noel, consultora y ex asesora de enfermería en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), opina que tres tendencias laborales empeoran la situación: "Las enfermeras no están ejerciendo su profesión, las que lo hacen no se quedan y las que se quedan no están contentas. Esta crisis preocupa a los legisladores, planificadores, educadores, empleadores y empleados. Los expertos están estudiando las repercusiones de la escasez mundial de enfermeras en el estado de la salud y la calidad de la atención a nivel mundial".

El hecho de que estas tendencias no sean exclusivas del Caribe no es un gran consuelo para la región. De cierta manera, su problema es peor. Debido a que el inglés es la lengua materna de la mayoría de los países del Caribe, sus enfermeras (casi todas mujeres) son muy buscadas por los empleadores norteamericanos y británicos. Esto aumenta la escasez propia de la región.

Noel dice que las agencias de contratación de personal de estos y otros países envían a sus representantes quienes, en algunos casos, intentan captar a las enfermeras directamente en los hospitales. Para ella es "interesante" que un país como los Estados Unidos, "que posee la proporción de enfermeras por habitante más alta, 97,2 por 10.000 personas, siga contratando enfermeras en Jamaica donde la proporción es de 11,3 por 10.000 y en Guyana donde es de 8,6 por 10.000". Ella cita la proyección de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos que calcula que la demanda en los Estados Unidos para 2020 será de 800.000 enfermeras colegiadas.

Esta demanda en constante aumento se debe a algunos factores complementarios. La gente vive más que antes, lo cual aumenta el número de enfermos y pacientes con padecimientos crónicos. Una mayor promoción de la salud y mejores modos de vida reducen las muertes prematuras y las enfermedades, pero agregan a la atención de salud la carga de una población que está envejeciendo. También influyen los muchos descubrimientos científicos y avances tecnológicos en el área de salud.

Y hasta aquí las buenas noticias.

En cuanto a las malas, Noel señala el aumento de la resistencia a los antibióticos y "las presiones para reducir costos generadas por los sistemas de atención administrada". También está el VIH/sida. A medida que los medicamentos antirretrovirales permiten que más personas vivan con VIH/sida, también aumenta la necesidad de contar con personal de salud capacitado. El Caribe ocupa el segundo lugar, después del África subsahariana, en tasa de infección por VIH; según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), 2,2% de los caribeños vive con el virus.

Algunos estudios han identificado otras causas subyacentes a la crisis de la enfermería. En el Caribe, éstas incluyen entornos de trabajo inadecuados y establecimientos en mal estado que carecen de equipos básicos. El problema también se agrava debido a las compensaciones y los beneficios inadecuados. La mayoría de los países del Caribe ha sufrido graves crisis económicas y ha adoptado programas de ajuste estructural que ocasionaron reducciones importantes de los presupuestos de atención de salud.

Las enfermeras también se quejan de falta de reconocimiento y de poder profesional, lo cual genera relaciones de trabajo difíciles. "No hay respeto para las enfermeras que se quedan y hacen sacrificios", dice Caesar. Bajo tales condiciones, aun los compromisos familiares, el patriotismo y las oportunidades para contribuir al desarrollo nacional no son motivaciones suficientes para que las enfermeras capacitadas se mantengan en el servicio nacional de salud.

Caesar fue enfermera durante 26 años y ahora se desempeña como subsecretaria de la Asociación de Servicios Públicos de Trinidad y Tabago, que es la representante de relaciones industriales de la mayoría de las enfermeras de ese país. Caesar dice que comprende muy bien por qué tantas enfermeras quieren irse.

"No es sólo por el dinero, se trata de progresar de manera individual y familiar. La mayoría de nosotros tiene hijos en la universidad. Tenemos que pagar hipotecas, el automóvil, la comida, el teléfono, todo con un sueldo que difícilmente alcanza para alimentarnos y además pagar al banco. Nuestros colegas en el extranjero tienen dinero suficiente para pagar sus hipotecas y aun les queda algo para los días difíciles. Es por esto que tantos colegas se dicen, 'tal vez yo también debería partir'.

"En el hospital donde me entrené y trabajé había una gran superpoblación. La proporción de enfermeras por paciente era de 5 a 109 en los pabellones médicos, lo cual ya era bajo para los estándares internacionales. Hoy en día, con suerte, se pueden encontrar tres enfermeras por cada pabellón."

Si se comparan estas condiciones con los países que contratan, "se cuenta con todo el apoyo, equipos, personal, todo está allí", nos dice. "Las sábanas y los vendajes se cambian regularmente. Esto es la gran diferencia". Cuando le pregunto sobre el idioma y las diferencias culturales, responde: "los pacientes son pacientes en cualquier parte, no importa cual sea su idioma, sus necesidades siempre son las mismas".

Año de la enfermera

Como parte de sus esfuerzos para disuadir a las enfermeras capacitadas de emigrar, los países del Caribe declararon recientemente un "Año de la Enfermera Caribeña" para mayo de 2003 hasta agosto de 2004. Esta "celebración de la enfermería y las enfermeras" tiene como finalidad aumentar el reclutamiento y la retención, fortalecer los servicios de enfermería, y "reconocer lo mejor de la enfermería y las enfermeras en la región".

"No se puede exagerar la importancia y la posibilidades que el Año de la Enfermera Caribeña tiene para todos los habitantes de la región," dice Marjorie Parkes, presidenta del Cuerpo Regional de Enfermería.

El año se lanzó en un evento de gala en mayo en St. Kitts, con el primer ministro Denzil Douglas presidiendo. Cada mes hasta el final del año, dos países diferentes patrocinarán eventos especiales que demuestran las contribuciones de las enfermeras. Entre los aspectos más destacados serán bienvenidas especiales -junto con cobertura periodística- para enfermeras que regresan al Caribe del extranjero, sea por vacaciones o para toda la vida. A cambio, se les pedirá que contribuyan con "unos pocos días hasta una semana" como mentores para transmitir sus aptitudes a enfermeras nuevas.

Con el lema de "Las enfermeras iluminan el camino a la excelencia profesional," los organizadores han producido un estandarte especial de enfermería del Caribe que es una lámpara encendida contra un telón de fondo con las banderas de todos los países de la región. Se pasará de un país al otro hasta el final del año, cuando unas 400 enfermeras de toda la región se reunirán en Curazao en agosto de 2004.

Los organizadores principales del año son la Organización del Caribe de Enfermeras y el Cuerpo Regional de Enfermería, que también son actores clave en el programa de Migración Administrada de la región. También contribuyen la Organización Panamericana de la Salud, Johnson & Johnson, el Centro Lillian Carter para la Enfermería Internacional y el Departamento de Educación Superior de Enfermería de la Universidad de las Indias Occidentales.

Fuga de cerebros
El impacto de esta crisis se está sintiendo en toda la región del Caribe. Muchas de las enfermeras más experimentadas, capacitadas y especializadas se han ido en busca de mejores oportunidades que sean además satisfactorias desde el punto de vista profesional. La mayoría de las que se quedan son enfermeras que se acercan a la jubilación (obligatoria a los 55 años en la mayoría de los países del Caribe) y el número de las que se gradúan está disminuyendo. Actualmente, cerca de 35% de los puestos de enfermería en el sector de salud de la región se encuentran vacantes. Fue necesario fusionar muchas unidades de atención al paciente y las cirugías electivas se han descontinuado o cancelado en muchos de los hospitales. Las huelgas que realizan las enfermeras en forma de ausencia por enfermedad para exigir mejores sueldos y condiciones de trabajo han costado a los gobiernos casi tres millones de dólares.

Como resultado de la fuga de cerebros de enfermería, se calcula que en el Caribe se han perdido casi 17 millones de dólares en inversiones públicas destinadas a la capacitación de enfermeras. Una enfermera de rango superior de Trinidad, que prefirió no ser identificada, dice que las jóvenes enfermeras que realizan pasantías de entrenamiento no ocultan su intención de usar la profesión como un medio para poder trabajar en los Estados Unidos.

"Esto me molesta", dice, y agrega que esto reduce todavía más el nivel y la calidad de la atención de enfermería.

En un sentido más amplio, la crisis de la enfermería aumenta los temores generalizados del público sobre la disponibilidad, seguridad y calidad de la atención de salud. "Tiene y seguirá teniendo un profundo impacto en los servicios de enfermería tanto cualitativa como cuantitativamente", comenta Noel. "Esta escasez es distinta a las anteriores y requiere una acción valiente, así como soluciones creativas".

Debido a que el problema recibía cada vez más atención, surgió una respuesta del Caribe para hacer frente a este desafío. Los ministerios de Salud, con el apoyo de la OPS, están colaborando con las asociaciones locales de enfermeras y con otros interesados directos para abordar las raíces del problema. En el ámbito regional, la Organización de Enfermeras del Caribe, otras asociaciones profesionales e instituciones educativas están participando de manera parecida. También participan ministerios de Salud y organizaciones de enfermería y de salud de los países que contratan, además de empresas privadas y fundaciones interesadas en la salud.

Un elemento fundamental de estos esfuerzos ha sido la formulación de una nueva política de migración administrada, definida como "una estrategia regional para mantener un número adecuado de personal de enfermería con competencias para ofrecer programas y servicios de salud del más alto nivel de calidad a los ciudadanos del Caribe". Abarca la contratación, la retención, el despliegue y la planificación de personal de relevo, inherentes al éxodo de enfermeras del Caribe. Recientemente se creó un equipo que está trabajando en áreas prioritarias: los términos y condiciones de trabajo; contratación, educación y capacitación y métodos administrativos.

 Illustration
Las huelgas en forma de ausencia por enfermedad de las enfermeras en busca de mejores salarios y condiciones de trabajo le han costado al Caribe cerca de tres millones de dólares.
(Foto cortesía Trinidad Express)
 

Carl Browne, antiguo secretario permanente del ministerio de Salud de San Vicente y las Granadinas y ahora gerente de un proyecto de la Comunidad Europea para el VIH/sida en la región, apoya la iniciativa, pero es tajante al afirmar que la base del problema es la necesidad de contar con un mayor número de instituciones para la formación de enfermeras.

Dice, "tenemos que formar más enfermeras. La enfermería debe estar en el programa de estudios de los colegios comunitarios. También debemos establecer algún tipo de arreglo compensatorio con las organizaciones que contratan a nuestras enfermeras y utilizar estos fondos para capacitar a más enfermeras".

Y agrega "debemos reconocer que la demanda de enfermeras en los países desarrollados continuará indefinidamente. En vez de percibir la situación como una crisis debemos analizar las oportunidades que sin lugar a dudas nos ofrece. Hay beneficios que podemos aprovechar para nuestros países y nuestras enfermeras. La mayoría de las que se van envían dinero a sus familiares y compran propiedades con la intención de volver a casa cuando se jubilen".

Gloria Noel cree que la solución debe ser tan multifacética como el problema mismo. Ella insiste en que el Caribe y otras regiones que tienen este problema deberían poner en práctica un plan de recursos humanos de largo alcance; mejorar la imagen de la enfermería; aumentar la matrícula en las escuelas de enfermería, rediseñar los programas de estudio para hacerlos más interesantes y estimulantes, incluso agregar programas con mentores; aumentar las oportunidades para el desarrollo profesional y el avance en la carrera; mejorar las condiciones de trabajo. También hacer que coincidan las oportunidades y las responsabilidades del ejercicio de la clínica con los conocimientos y las habilidades de las enfermeras; reconocer la importancia de las enfermeras como colaboradoras al mismo nivel de los médicos en el equipo de salud; retribuir a las enfermeras de acuerdo a su formación, experiencia y responsabilidades.

"Esta reformas exigen el compromiso, la cooperación, la confianza mutua, el respeto y la acción sostenida de todos los interesados", dice Noel. "Entre éstos se encuentran los encargados de formular políticas, los planificadores de los sistemas de salud y los profesionales de la enfermería, con la participación de los consumidores de la atención de salud".

Aún está por verse si la necesidad por sí sola podrá impulsar estas imprescindibles intervenciones pero, pase lo que pase, el papel de las enfermeras en el desarrollo de la atención de salud seguirá siendo esencial. Ellas son el eje y el motor de de los servicios de salud. Como Noel les dijo a las enfermeras durante una conferencia reciente en Guyana: "Hay que ser una persona especial para ser enfermera. Ustedes son los héroes sin gloria, los ángeles escondidos. Den lo mejor de sí mismos. Elógiense entre ustedes, vean las muchas frustraciones como desafíos, cuídense, porque ustedes son la materia prima y el futuro de la atención de salud en este país y en el mundo".

Tony Deyal fue asesor de la Organización Panamericana de la Salud y actualmente trabaja como columnista mal pagado de periódicos en Trinidad. Fue visto recientemente buscando la sección de empleos del Arab News.

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