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 La salud mental en las Américas

De manicomio a hospital, de hospital a instituto

INSAM: un referente en la reforma de la salud mental en las Américas (2008)

La historia del hoy llamado Instituto Nacional de Salud Mental (INSAM) de Panamá está escrita como testimonio y prueba de la trascendencia que ha tenido esta institución para el país y dentro del ámbito centroamericano y regional en la reforma y replanteamiento en curso de la salud mental.

No hay muchos documentos sobre las primeras etapas del hoy llamado Instituto Nacional de Salud Mental (INSAM) de la República de Panamá. Pero la historia del primer psiquiátrico del país centroamericano aporta en principio un apunte revelador en cuanto a sus condiciones en las primeras décadas del siglo XX con el nombre Hospital de Corozal (y en paralelo a la apertura del Canal de Panamá). Y también después de 1933, año en el que experimentó su primera refundación como el nuevo Retiro Matías Hernández. Este nombre se debe a la persona que donó los terrenos donde se ubica.

Un conocedor de esta historia describe así las condiciones en las que se encontraban sus primeros pacientes: "El nosocomio de Corozal llegó a tener 300 camas, de las cuales durante mucho tiempo el 88% de ellas se mantuvieron ocupadas. Existen variados escritos en donde se consigna que las condiciones naturales y de los servicios del citado hospital no eran las mejores. De las del antiguo hospital conocido como de Matías Hernández, hubo un tiempo en que es mejor no referirse a ellas".

Un nuevo INSAM

Casi 100 años más tarde, el Dr. Jaime Armijo M., director médico del que tras el nombre de Matías Hernández pasó a llamarse Hospital Psiquiátrico Nacional, explica en una memoria institucional que la evolución de este centro desde sus inicios pasó de los grandes mitos y muy pocas realidades (de avances reales) a una época actual con muchas realidades y pocos mitos.

Foto-reportaje


En la avanzada, dentro del Instituto de Salud Mental de Panamá (INSAM)

El Dr. Armijo continúa íntimamente ligado al Instituto en calidad de director de su Centro de Atención Integral (CAI) al que también se le dedica un espacio en este paquete informativo.

"Desde 1933, fecha en que empezó a funcionar, el Hospital Psiquiátrico Nacional cumplió una misión política, económica y social, cuando el gobierno de Panamá asume la responsabilidad de atender 609 enfermos mentales que hasta esa fecha se encontraban en el Hospital de Corozal".

En opinión del Dr. Armijo, lo años de las décadas del 60 y 70 marcaron un momento de inflexión donde coyunturas puntuales hicieron visible el imperativo de preparar a personas comprometidas con una participación más activa y dinámica en el proceso de transformación y mejoras que demandaba la salud y la salud mental en particular.

Esta participación llegó ligada a unos primeros pasos hacia la descentralización y hacia una aún muy tímida des-institucionalización que en verdad tomaría impulso años más tarde, a partir de la década de los 90, con el documento histórico de vinculación regional conocido como la Declaración de Caracas (1990).

Derechos en reforma

"A partir de este momento se produce una incorporación de los trabajadores de la salud mental a los derechos de los pacientes", explica la Dra. Juana del C. Herrera, actual Directora General del INSAM. "Pero las semillas -reconoce la Dra. Herrera- se plantaron ya en 1970 con una nueva orientación de la psiquiatría desde un punto de vista social y comunitario con su implantación en los centros de la red primaria de atención en salud".

Fue así como dieron inicio con carácter pionero los primeros pasos hacia la superación del modelo asistencial basado en el hospital psiquiátrico o comúnmente llamado asilo o manicomio.

La psiquiatría en Panamá empezaba a salir de la invisibilidad. Este empuje empezó a erosionar dañinas percepciones de estigma y discriminación. La psiquiatría empezaba a ser vista como una especialidad más de la salud pública.

En 1970 "se crearon dos salas de psiquiatría en el Hospital Santo Tomás y en el Hospital del Niño" de la ciudad de Panamá, apunta la Dra. Herrera. Para ella, estas aperturas fueron pioneras en el proceso de la transformación.

La Dra. Herrera reconoce que una de las resistencias más fuertes a estos primeros pasos hacia el cambio y por la superación del modelo manicomial provino de los propios trabajadores y profesionales de la salud. "Abrir servicios de psiquiatría en hospitales generales no era la moda en la Región".

El Dr. Armijo recuerda cómo en esta época, los propios medios de comunicación revelaban con sus titulares ese estigma que impregnaba a todo el sector, y particularmente a los pacientes. Así, cuando el INSAM impulsó fuertemente la eliminación de camas psiquiátricas, enviando con ello a cientos de pacientes institucionalizados al cuidado de sus familias para ser atendidos en las incipientes redes comunitarias y provinciales de atención en salud mental, uno de los periódicos nacionales anunció así estos referidos en grandes titulares: "Locos en soltura".

Agentes clave del cambio

La psiquiatra especializada en el manejo de adicciones y ex directora del INSAM, Dra. Yadira V. Boyd P., subraya que con el proceso de cambio y de superación se ha logrado que las propias familias se hayan convertido en agentes esenciales para romper y acabar con los grandes estigmas sociales.

Foto-reportaje


En retrospectiva: 14 imágenes del pasado manicomial

Para la Dra. Boyd, el proceso regional emprendido a partir de 1990 en Panamá ha permitido que los pacientes hayan recuperado sus vínculos familiares. "Se ha producido un ejercicio de psico-educación de extraordinaria importancia que se ha visto legitimado y validado además por el éxito habido con la continuidad del tratamiento de los pacientes en las redes primarias de atención creadas para absorber en la sociedad la reducción en el número de camas psiquiátricas y, por consiguiente, la descentralización del modelo asistencial".

Los doctores Herrera, Armijo y Boyd son conscientes de que la Declaración de Caracas supuso un enorme acicate para superar un modelo manicomial donde -reconocieron- el paciente no era la prioridad.

Pero también admitieron que a la hora de propiciar el cambio, lo primero era empezar a cambiar las percepciones del propio personal de la salud. "Tuvimos que 'vender' el proyecto a todo el conjunto de las instituciones y de la sociedad con un nivel de apertura y comunicación sin precedentes", recuerda la Dra. Herrera. Su colega la Dra. Boyd coincide plenamente. Ella estima que la salud mental en Panamá "ha pasado a formar parte del lenguaje comunitario. Es un proceso de reforma nacional y regional donde se ha dado un viraje de la psiquiatría y donde se ha introducido de lleno el término calidad de atención".

El Dr. Armijo explica que este proceso en realidad no ha sido exclusivo de las enfermedades de índole mental ya que estigma y discriminación han afectado también a otras importantes patologías y enfermedades. El directivo del CAI recuerda por ejemplo cómo en el pasado a los pacientes con lepra se les enviaba a las afueras de las ciudades en claro aislamiento. "Y hasta se les ponía un cencerro para que su sonido alertara de su presencia al resto de la población". A los pacientes con tuberculosis, recordó, también se les escondía.

Abogacía internacional de la OPS

La Dra. Herrera afirma que la abogacía internacional hacia la reforma de la salud mental practicada por la OPS en los últimos 15 ó 20 años ha dejado una importante huella a nivel local en Panamá.

"El que la OPS visualice dentro del ámbito regional todos estos asuntos nos ha ayudado mucho de cara a los apoyos y determinación que para estos pasos de reforma hemos obtenido de las autoridades locales y al más alto nivel".

Parte 13: INSAM: ¿Por qué Panamá? Reportaje gráfico
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