-tomado del Boletín Epidemiológico, Vol. 22 No. 3, septiembre 2001-
Problema de estudio
En diversas zonas del México Central, y el estado de Querétaro en particular,
existe un conjunto de localidades con altos niveles de marginación (1),
las que son potencialmente vulnerables a la influencia de riesgos ambientales
extremos o a eventos derivados de la dinámica terrestre de la región. Entre
estos riesgos, es posible distinguir algunas categorías, según su origen (2):
1) Riesgos hidrometeorológicos: desastres derivados de sequías severas o con
altos niveles de precipitación pluvial; 2) Riesgos geológicos: proximidad a
fallas y lineamientos activos, su posición respecto a movimientos tectónicos
diferenciales, o zonas de asentamientos por movimientos de bloques de terreno;
3) Riesgos geomorfológicos: condiciones de la dinámica de las formas de terreno,
como son los procesos de abarrancamiento (erosivos) o inundaciones (sedimentarios);
4) Riesgos químicos, resultantes de la actividad humana: ubicación en torno
a las de líneas de conducción eléctrica o alrededor de ductos que trasladan
materiales peligrosos, como gas o petróleo.
La vulnerabilidad de las localidades a riesgos ambientales se entiende como la ocurrencia de situaciones de emergencia o demandas que excedan la capacidad de atención (3). La carencia de recursos o la lejanía a la infraestructura y servicios agudiza la problemática, ya que gran número de comunidades no cuentan con unidades de atención a la salud cercanas, están alejadas de las principales vías de transporte, o bien, carecen de recursos suficientes para protegerse ante cualquier contingencia ambiental porque los materiales de su vivienda son precarios y frecuentemente provisionales.
Para complementar la medición de la vulnerabilidad se empleó el índice de «marginación» socioeconómica que en México se propone como una medida sintética con cinco niveles (construida mediante el método de componentes principales), para diferenciar entidades federativas, municipios y localidades, según el impacto global de las carencias en el acceso a educación elemental, las condiciones y tamaño de las viviendas, la distribución de la población y la percepción de ingresos insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos. (4)
La magnitud y distribución de la vulnerabilidad en México central se conoce parcialmente en distintos sectores responsables de la administración pública. Sin embargo, dada la diversidad de fuentes de información y la carencia de herramientas metodológicas adecuadas es difícil elaborar un diagnóstico integral con datos ambientales, sociales y económicos; y en particular, de aquellos asociados a la capacidad resolutiva del sistema de salud ante los problemas que enfrenta la población.
Como primera aproximación al problema, se desarrolló una aplicación con las herramientas de geo-procesamiento y de análisis estadístico/espacial disponibles en SIGEpi para identificar, cuantificar y ubicar las localidades expuestas a riesgos ambientales en el estado de Querétaro; ello, tomando en cuenta las condiciones de marginación, el acceso a factores protectores y la presencia de riesgos ambientales; todo bajo el orden establecido en modelo conceptual y operacional referido en la Figura 1. Es importante destacar que el seguimiento de este marco fue la base para la construcción de criterios, clasificación de variables y análisis de sus relaciones.
Métodos
1. Fuentes de Información
Se compilaron distintas capas de información cartográfica digital y de atributos,
provenientes de distintas fuentes, y se incorporaron al proyecto conforme a
su geometría: archivos de puntos (localidades (5), con o sin
servicios de salud); líneas (carreteras, líneas de conducción (6))
y polígonos (municipios (7), capas de riesgos ambientales (8,
9)). Los riesgos ambientales se definieron en función de los criterios establecidos
por los organismos originarios de la información.
Las bases fueron preparadas previamente en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM), zona 14Q, donde se ubica el estado de Querétaro, a fin de realizar las mediciones de áreas y distancias con mayor precisión (b). Para simplificar tanto el geo-procesamiento, como la estructuración de la tabla de atributos y el análisis de datos se separaron dos capas de información del conjunto estatal de localidades: aquellas consideradas como sedes de los servicios públicos de salud y el resto de localidades sin servicios públicos de salud. En los 18 municipios del Estado de Querétaro existen 2.112 localidades de distintos tamaños, pero 28,3% de ellas son comunidades con dos viviendas o menos, para las cuales no existe información poblacional ni socioeconómica, y que para efectos de este trabajo, se eliminaron del análisis.
2. Herramientas de SIGEpi empleadas para procesamiento y análisis
Creación de capas de puntos
Con el apoyo de este procedimiento se efectuó la geo-referenciación de las
clínicas y hospitales no pertenecientes a la Secretaría de Salud del Estado
de Querétaro (10) (SESEQ) a partir de las coordenadas geográficas
de las localidades sede (11, 12, 13). Las unidades se agregaron
a los servicios de la SESEQ en una sola capa para englobar la totalidad de los
servicios públicos de salud disponibles en el estado de Querétaro.
Creación de áreas de influencia
La confección de éstas se realizó para identificar el alcance de dos tipos
de fenómenos: 1) al área de impacto de riesgos ambientales, como fallas y lineamientos
activos (10 km), o en torno a las de líneas de conducción eléctrica (200 m)
o a los ductos de gas o petróleo (un km) y 2) a un área a 5 km de las sedes
de unidades de salud y a 5 km de las vías de comunicación transitables todo
el año, según la definición de OPS (14).
Accesibilidad a los servicios (esquemas radiales)
Con esta herramienta se marcó la distancia lineal más corta entre un punto central
con las sedes de las unidades de salud y las localidades satélites o periféricas.
Selección por atributos y selección por capas
Estas técnicas se aplicaron a la ubicación de localidades respecto a los
riesgos ambientales, y/o bajo la influencia o protección de servicios u obras
de infraestructura. Junto con este proceso y el geoprocesamiento se delimitaron
geográficamente las zonas de riesgo ambiental.
Los criterios para seleccionar a las localidades bajo factores protectores cubrían las siguientes condiciones (c): porcentaje de población con derecho a servicios de seguridad social (el valor mediano fue 0%); viviendas con algún recubrimiento en el piso (el valor mediano fue 26.5%) y su nivel de urbanización, por ser mayores de 10,000 habitantes. O bien, debían cumplir con algún valor categórico, como ser cabecera municipal o no.
Del mismo modo, con apoyo de la selección por capas, se identificaron las localidades que estaban dentro de las áreas de influencia o en zonas de riesgo, o bien, que intersectaban las áreas de impacto de las líneas de conducción eléctrica o ductos de combustibles. Una vez seleccionadas las localidades se asignaron valores dicotómicos (0,1) a las que cumplían con las condiciones establecidas en el marco operacional.
Distribución de frecuencias y análisis exploratorio de datos
Se ejecutó el análisis exploratorio de datos para las variables e identificaron
sus valores medianos a fin de establecer los valores de corte en la selección
de localidades críticas.
Identificación de áreas críticas (localidades críticas)
La clasificación de las localidades se hizo cuando cumplían con un valor
esperado o valor de corte. Los puntajes dicotómicos de las comunidades expuestas
a las zonas de riesgo ambiental, o no, se sumaron para generar una escala ordinal,
entre 0 y 4, dependiendo del número de factores de exposición.
Se siguió un proceso similar para los factores protectores, con criterios como la proporción de viviendas con materiales permanentes, cercanía a vías de comunicación, el derecho a servicios de seguridad social; así como la disponibilidad de servicios de salud ubicados a una distancia menor a menos de 5 km y clasificados por niveles de atención: unidades con hospitalización, clínicas y centros de salud.
Posteriormente se seleccionaron localidades de mayor vulnerabilidad que cumplen simultáneamente las condiciones de riesgo, menor protección y mayor marginación; esta última de acuerdo a su clasificación oficial original.
Autocorrelación espacial
Este método se usa para determinar si los valores de un indicador siguen
una tendencia a formar patrones de concentración geográfica (agrupaciones o
conglomerados) o si su distribución es debida al azar. Se calcula el I de Morán
para prueba global para determinar la existencia de conglomerados significativos
en la distribución de los datos sin indicar donde se encuentra ubicado (15);
y con la prueba local es posible identificar la ubicación o localización del
mismo.
Para este estudio en particular, se calculó el índice de autocorrelación espacial global I de Morán a: exposición a factores ambientales, acceso a factores protectores y marginación, usando como criterio de vecindad un radio de 5 kilómetros.
Resultados
Los límites, extensión y sobreposición de las áreas de riesgo ambiental
se pueden observar en el Mapa
1. Nueve municipios tenían registro histórico de sequías, la mayoría ubicada
en la Sierra Gorda (Noreste de la entidad). Pequeñas áreas con reporte de lluvias
extremas e inundaciones fueron encontradas en los límites estatales Sur y Noreste.
También se detectó concentraciones de fallas activas en la zona de la Sierra
Gorda (NE) y en las estribaciones del Eje Neovolcánico Transversal ubicado en
el extremo Suroeste del Estado y zonas de riesgos geológicos (asentamientos
y movimientos tectónicos) al Suroeste del estado. Asimismo, se identificaron
áreas de afectación ambiental producidas por actividad humana, como las adyacentes
a las líneas de alta tensión o a los ductos de materiales peligrosos (gas y
petróleo) en el área conocida como corredor industrial San Juan del Río - Querétaro.
En contraste, la distribución de los factores protectores que se observa en el Mapa 2, abarca tanto las zonas de influencia de las carreteras transitables como las correspondientes a las sedes de las unidades de atención clasificadas por nivel de complejidad (hospitalización, clínicas y centros de salud a la salud). Estas zonas de influencia están marcadas a una distancia de 5 km equivalente a una hora caminando en terreno plano. Se distinguen partes descubiertas por esta infraestructura. En los esquemas radiales destacan las distancias mayores a 5 km entre localidades y centros de salud.
Entre las 1.447 comunidades con información socioeconómica, 172 disponen de unidades de atención a la salud con diferentes niveles de complejidad - hospitales, clínicas y centros de salud- y 1.275 no. Estas últimas se caracterizan por tener una población promedio de 254 habitantes (rango de 5 a 3.392 habitantes).
Entre las 1.275 de las localidades bajo estudio (aquellas que carecen de unidades de atención a la salud) encontramos que 1.110 (91,5%) están expuestas por lo menos a un factor que afecta su relación con el medio circundante, tanto natural, como producto de actividades humanas, y sólo en 7 de las localidades analizadas confluyen los cuatro elementos de riesgo ambiental (Tabla 1).
Tabla 1: Distribución de Frecuencias de las
Variables Seleccionadas
|
|||
Exposición Ambiental
|
Frecuencia Absoluta
|
Frecuencia Relativa (%)
|
Frecuencia Aculumada (%)
|
0.0 | 121 | 9.5 | 9.5 |
1.0 | 506 | 39.7 | 49.2 |
2.0 | 610 | 47.8 | 97.0 |
3.0 | 31 | 2.4 | 99.5 |
4.0 | 7 | 0.6 | 100.0 |
Valores Protección
|
Frecuencia Absoluta
|
Frecuencia Relativa (%)
|
Frecuencia Aculumada (%)
|
0.0 | 3 | 0.2 | 0.2 |
1.0 | 71 | 5.6 | 5.8 |
2.0 | 74 | 5.8 | 11.6 |
3.0 | 233 | 18.3 | 29.9 |
4.0 | 350 | 27.5 | 57.3 |
5.0 | 460 | 36.1 | 93.4 |
6.0 | 37 | 2.9 | 96.3 |
7.0 | 47 | 3.7 | 100.0 |
Valores Marginación
|
Frecuencia Absoluta
|
Frecuencia Relativa (%)
|
Frecuencia Aculumada (%)
|
1.0 | 44 | 3.5 | 3.5 |
2.0 | 76 | 5.9 | 9.4 |
3.0 | 231 | 18.1 | 27.5 |
4.0 | 298 | 23.4 | 50.9 |
5.0 | 626 | 49.1 | 100.0 |
Respecto a los factores protectores, 849 localidades que representan el 42,7% de las localidades en observación registran la coincidencia espacial en, al menos, cuatro de los siete niveles existentes. Destaca el hecho que sólo 47 comunidades (3,7%), cuentan con toda la gama de factores protectores.
Finalmente, encontramos que 626 localidades (49,1% del total sin servicios de salud) están clasificadas como comunidades de alta y muy alta marginación, es decir con valores 4 y 5 dentro de la agrupación propuesta por los organismos mexicanos CONAPO-PROGRESA.
En el mapa de clasificación de localidades por el nivel de exposición ambiental, se identificaron concentraciones en áreas específicas del estado donde confluyen diversos factores de riesgo (Mapa 3). Destaca el corredor industrial San Juan del Río Querétaro (al suroeste del estado) con cuatro factores; Amealco (al sur) con tres factores de riesgo coincidentes; y otras zonas con la combinación dos factores ambientales en los alrededores de Jalpan en la Sierra Gorda (noreste del estado); Peñamiller y Cadereyta al centro del estado.
También se elaboraron los mapas temáticos para analizar la distribución regional de las localidades según sus niveles de protección y marginación, no obstante, se omiten en esta publicación por falta de espacio. En ellos, fue posible reconocer agrupaciones de localidades con valores altos de factores protectores, determinadas por el peso de la clasificación de las unidades de atención a la salud. Los valores más altos se ubicaron al sur suroeste del estado, coincidiendo nuevamente con el corredor industrial San Juan del Río - Querétaro y los valores inmediatos inferiores alrededor de las otras localidades centrales (cabeceras y/o urbanas). Respecto a la distribución regional de las localidades con altos niveles de marginación, se encontró una concentración importante en la zona noreste del Estado - correspondiente a la denominada Sierra Gorda. Asimismo se encontraron otras concentraciones hacia la periferia, en áreas alejadas de las principales vías de comunicación.
La significación estadística del índice global de autocorrelación espacial (I de Morán) de exposición a riesgos muestra que su distribución no es al azar y que los valores de exposición tienden a concentrarse en ciertos lugares del estado, y que existen grupos de localidades aledañas con valores de exposición parecidos (Tabla 2) de acuerdo al criterio de vecindad preestablecido de 5 km. Los niveles de protección y marginación muestran una tendencia de agrupamiento entre comunidades vecinas, en forma similar a la exposición ambiental.
Tabla 2: Indices Globales de Autocorrelación
Espacial para Factores Asociados a la Vulnerabilidad
|
|||||
I de Morán (5km)
|
Valor de I Calculado
|
Valor de I Esperado
|
Desviación Estándar
|
Puntaje Z de I
|
Significación (p)
|
Exposición Ambiental | 0,7154 | -0,0008 | 0,0146 | 49,1277 | 0,00000 |
Protección | 0,5556 | -0,0008 | 0,0146 | 38,1662 | 0,00000 |
Marginación | 0,4184 | -0,0008 | 0,0146 | 28,7524 | 0,00000 |
Como resultado del análisis de criterios para resumir los tres grupos de factores, se detectaron comunidades con una mayor exposición ambiental, baja protección y alta marginación. En total fueron 379 localidades críticas, donde residen 55.083 personas, mismas que representan al 4,4% de la población estatal. En el mapa 4 se aprecia su alta concentración al noreste del estado, en la zona de la Sierra Gorda.
Para efectos de estimar la población y determinar la distribución de recursos necesarios para atenderla, de acuerdo a las jurisdicciones sanitarias, se obtuvo la suma de todas las localidades en cada una de estas unidades administrativas. La menor concentración de comunidades críticas se presenta en la Jurisdicción Sanitaria I (sureste) con 9 localidades vulnerables y 953 personas que representan al 0,1% de la población jurisdiccional. (Tabla 3). En el otro extremo la Jurisdicción IV (noreste o Sierra Gorda) registra 242 localidades vulnerables y 33.993 personas que representan al 42.2% del total jurisdiccional.
Tabla 3: Distribución Jurisdiccional de las
Localidades Críticas
|
|||||||
Jurisdicción
|
Localidades críticas
|
Población vulnerable
|
Población total por
jurisdicción
|
Pob. vulnerable / pob. total
(%)
|
No. Unidades primer nivel
|
No. unidades hospitalarias
|
Razón Pob. vulnerable
/ unidad 1er nivel
|
I. Querétaro | 9 | 953 | 706.566 | 0,1 | 50 | 4 | 19,1 |
II. San Juan del Río | 7 | 2,579 | 340.821 | 0,8 | 58 | 4 | 44,5 |
III. Cadereyta | 121 | 17,558 | 122.503 | 14,3 | 49 | 3 | 358,3 |
IV. Pinal de Amoles | 242 | 33,993 | 80.586 | 42,2 | 35 | 1 | 971,2 |
State Total | 379 | 55,083 | 1.250.470 | 4,4 | 192 | 12 | 286,9 |
En términos absolutos se aprecia que la jurisdicción con mayor nivel de desarrollo y cantidad de población (I) reporta un número muy reducido de población vulnerable. En contraste, es la jurisdicción sanitaria con menor población, menores recursos y nivel de desarrollo (IV), donde se advierte un alto número de localidades y población vulnerable.
La capacidad de atención de los servicios de salud evidencia ciertas limitaciones en función de la disponibilidad y nivel de especialización de las unidades de salud. La razón entre población vulnerable por unidades de primer nivel es 50 veces más alta en la Jurisdicción IV que la Jurisdicción I. Incluso, el número de las unidades de atención disponibles con mayor complejidad es menor.
Conclusiones
En el marco del análisis de vulnerabilidad, herramientas como SIGEpi permiten
integrar medidas e indicadores provenientes de distintas fuentes y ubicarlas
en un espacio común para su análisis, tanto estadístico como geográfico. Con
ello, es posible delimitar las amenazas naturales de una entidad geográfica,
aproximarse a la medición de situaciones que exceden la capacidad de respuesta
de los servicios y, por tanto, evaluar algunas dimensiones en la vulnerabilidad
de poblaciones y obras de infraestructura expuestas a riesgos y desastres de
carácter ambiental. Este es un proceso necesario para orientar la toma de decisiones
sobre prioridades e intervenciones. Pese a que el análisis aquí descrito no
es exhaustivo en la ponderación de factores asociados a la exposición a riesgos,
fue posible reconocer y aprovechar aquellos procedimientos para su determinación.
Se utilizaron para ello, distintas herramientas analíticas univariadas y multivariadas
tradicionales, pero agregando el valor del componente espacial. Perspectivas
para SIGEpi En consideración a los requerimientos de SIG para solventar los
problemas a los que se enfrenta su aplicación en el ámbito de la salud pública
en las Américas, la solución que ofrece el paquete de programas SIGEpi, con
herramientas de análisis epidemiológico y de salud pública, integradas y a bajo
costo, representa una perspectiva favorable.
El desarrollo de SIGEpi (actualmente en versión Beta) previo a su lanzamiento se ha sometido a pruebas por parte de diversas instituciones latinoamericanas y de España, cuyas sugerencias se están incorporando. Todavía existen una serie de funciones que se incorporarán al paquete en el futuro. De toda suerte, el diseño de este SIGEpi ha seguido un desarrollo sistemático y evolutivo que ha incorporado correcciones, sugerencias y observaciones vertidas por revisores internos y externos al Proyecto.
La distribución de SIGEpi se hará por convenios interinstitucionales entre SHA/OPS e instituciones de salud y académicas que estén interesadas en su aplicación para proyectos de diagnóstico, evaluación o investigación en el área de salud pública y epidemiología. Para mayor información contacte al Dr. Carlos Castillo-Salgado, Programa Especial de Análisis en Salud, OPS; correo electrónico sha@paho.org.
Notas:
(b) En esta versión Beta de SIGEpi aún no se incorpora
el módulo de Proyecciones.
(c) Los límites de corte corresponden a los valores medianos
de las variables.
Referencias:
(1) CONAPO. http://www.conapo.gob.mx.
Octubre 2001.
(2) Sistema Nacional de Protección Civil. www.proteccioncivil.gob.mx.
Octubre 2001
(3) OPS. Mitigación de desastres naturales en sistemas de agua potable y alcantarillado
sanitario. Guías para el análisis de vulnerabilidad. Washington, D.C.; OPS,
1998:110.
(4) CONAPO-PROGESA. CD ROM/La Marginación en México, 1998. INEGI. Conteo de
Población y Vivienda, 1995. Actualización de los datos del Censo Nacional de
Población y Vivienda, 1990.
(5) INEGI. Conteo de Población y Vivienda, CD Rom / Resultados del Estado de
Querétaro, 1995
(6) SEMARNAT. Página electrónica http://www.semarnat.gob.mx
/ Información estadística y geográfica del medio ambiente / información geográfica
y biblioteca digital; http://www.centrogeo.org.mx
/ biblioteca_dig/. Octubre 2001.
(7) INEGI. Conteo de Población y Vivienda, 1995. Actualización de los datos
del Censo Nacional de Población y Vivienda, 1990.
(8) SEMARNAT. http://www.semarnat.gob.mx
/ Información Estadística y geográfica del medio ambiente / información geográfica
y biblioteca digital. http://www.centrogeo.org.mx/
biblioteca_dig/. Octubre 2001.
(9) Sistema Nacional de Protección Civil. Vínculos/información y clasificación
de desastres. http://www.proteccioncivil.gob.mx/index.html
. Octubre 2001.
(10) Secretaría de Salud del Estado de Querétaro. Regionalización Operativa
de los Servicios de Salud del Estado de Querétaro. Dirección de Planeación.
SESEQ. Documento de Trabajo, 1999.
(11) IMSS. Página Electrónica. Directorio de unidadades médicas, Querétaro.
http://www.imss.gob.mx/organiza.htm/.
Octubre 2001.
(12) ISSSTE. Página Electrónica. Prestaciones, unidades médicas, distribución
geográfica de clínicas y hospitales del ISSSTE en el país, Querétaro. http://www.issste.gob.mx/.
Octubre 2001.
(13) Lic. Edna Ruiz. Secretaría de Extensión Universitaria, Universidad Autónoma
de Querátaro (UAQ); Octubre, 2001. Comunicación personal (edna@sunserver.dsi.uaq.mx)
(14) OPS. Extensión de la cobertura de los servicios de salud con las estrategias
de atención primaria a la salud y participación de la comunidad. Bol Oficina
Sanit Panam 1977; 83 (6):479.
(15) Moran PAP. The interpretation of statistical maps. J R Stat Soc [B] 1948;10:243-51.
Fuente: Preparado por la Geog. Patricia Nájera, el Ing. Ramón Mártinez, el Lic. Manuel Vidaurre, el Dr. Enrique Loyola y el Dr. Carlos Castillo-Salgado del Programa Especial de Análisis de Salud (SHA) de la OPS.
Regresar al temario de el
Boletín Epidemiológico,
Vol. 22 No. 3, septiembre 2001