-tomado del Boletín Epidemiológico, Vol. 23 No. 3, septiembre 2002-

Definición de Caso
Leishmaniasis Cutánea

Justificación de la vigilancia
La leishmaniasis cutánea es endémica en más de 70 países. La incidencia anual se calcula en 1.500.000 casos. La enfermedad tiene varias formas clínicas: leishmaniasis cutánea localizada, leishmaniasis cutánea difusa (la más difícil de tratar) y leishmaniasis mucocutánea, que es la forma más grave porque produce lesiones que desfiguran y mutilan la cara. En los focos antroponóticos de leishmaniasis cutánea, donde se cree que el ser humano es el único reservorio, las epidemias están vinculadas a las migraciones humanas de zonas rurales a zonas suburbanas pobres. En los focos zoonóticos, donde los mamíferos son reservorio, las epidemias están relacionadas con cambios ambientales y el desplazamiento de personas que no son inmunes hacia zonas rurales.

La vigilancia es indispensable para determinar el impacto de la enfermedad y el seguimiento, a fin de controlar la enfermedad y detectar epidemias.

Definición de caso recomendada
Descripción clínica
Aparición de una o varias lesiones en partes descubiertas del cuerpo. La cara, el cuello, los brazos y las piernas son los sitios más comunes. En el sitio de la inoculación se forma un nódulo, que se agranda y se convierte en una úlcera indolente. La llaga permanece en esta etapa por un tiempo variable antes de sanar y deja una cicatriz deprimida. En algunas personas, ciertas cepas pueden diseminarse y causar lesiones de la mucosa. Estas secuelas afectan a los tejidos nasofaríngeos y pueden causar desfiguración grave.

Criterios de laboratorio para el diagnóstico
– Parasitología positiva (tinción de frotis o cultivo de la lesión)
– Solo para la leishmaniasis mucocutánea: serología positiva (IFA, ELISA)

Clasificación de casos
Definición operativa de la OMS:
Un caso de leishmaniasis cutánea es una persona que presenta signos clínicos (lesiones cutáneas o mucocutáneas) con confirmación parasitológica del diagnóstico (frotis positivo o cultivo) o para la leishmaniasis mucocutánea solamente, diagnóstico serológico.

Tipos recomendados de vigilancia
A nivel periférico se deben llevar registros individuales de pacientes para la investigación y la atención de los casos.

Notificación mensual corriente de los datos agregados de los casos de la periferia a los niveles intermedio y central.

La detección activa de casos por medio de encuestas de determinados grupos o encuestas masivas (estandarizadas y periódicas) es una opción para calcular la prevalencia de la leishmaniasis cutánea.

Internacional: notificación anual del nivel central a la OMS (número limitado de países).

Datos mínimos recomendados
Registros individuales de pacientes a nivel periférico:
Datos sobre la leishmaniasis: Características clínicas, fecha del diagnóstico, diagnóstico parasitológico (para la leishmaniasis mucocutánea solamente) y serológico, especie Leishmania, resultado de tratamiento

Datos de identificación: Identificador único, edad, sexo, información geográfica, viajes, duración de la estadía en el lugar de la residencia

Datos agregados que deben notificarse:
Número de casos por edad, sexo, tipo de diagnóstico

Análisis y presentación de los datos e informed recomendados
Cuadros: Incidencia por zona geográfica, edad, sexo, tipo de diagnóstico, mes/año Prevalencia de punto (si se realiza la detección activa de casos).
Mapas: Incidencia por localidad

Principales usos de los datos para la toma de decisiones
– Determinación de la verdadera magnitud del problema y de las poblaciones principales en riesgo
– Mejora y orientación de las actividades de control
– Perfeccionamiento de la atención y el seguimiento de los pacientes con leishmaniasis cutánea, cutánea difusa y mucocutánea (normas de la OMS)
– Identificación de las dificultades técnicas y operativas
– Evaluación del efecto de las intervenciones de control
– Prevención de epidemias

Aspectos especiales
La magnitud de la leishmaniasis cutánea en general se subestima, porque la mayoría de los datos oficiales se obtienen mediante la detección pasiva de casos solamente. Otros factores que conducen al diagnóstico erróneo o a la falta de diagnóstico son la gran dispersión de los focos, el acceso limitado a los establecimientos médicos, la escasez de establecimientos de diagnóstico y la disponibilidad limitada o irregular de medicamentos de primera línea.

Fuente: "WHO Recommended Surveillance Standards, Second Edition, October 1999", WHO/CDS/CSR/ISR/99.2

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Boletín Epidemiológico, Vol. 23 No. 3, septiembre 2002