altSeveras inundaciones afectaron a más de 20.000 personas y dejaron extensas áreas de Surinam sumergidas a principios de mayo de este año. El interior del país, poblado por indígenas y cimarrones (descendientes de esclavos africanos) que habitan pequeñas aldeas, fue el sector más afectado por las inundaciones. En su punto más álgido las inundaciones afectaron una superficie de más de 30.000 kilómetros cuadrados, incluyendo 157 aldeas con viviendas de techos de paja. Miles de personas fueron obligadas a abandonar sus hogares y fuentes de sustento.

El Centro Nacional de Coordinación para Respuesta a Desastres coordinó los esfuerzos de socorro, proporcionando asistencia técnica en comunicaciones, tecnología de información, apoyo logístico yfinanzas y administración. Un centro de crisis fue creado con la colaboración de expertos para evaluar las necesidades de salud y movilizar recursos. El centro también colaboró con las autoridades locales de salud mediante acciones para reducir y controlar los riesgos a la salud asociados con las inundaciones, incluyendo malaria y diarrea. Un experto internacional en ingeniería sanitaria efectuó una evaluación inicial y formuló recomendaciones para hacer mejoras. Se enviaron tanques de agua y tabletas de purificación para asegurar reservas adecuadas de agua potable en las áreas afectadas y se compraron vacunas y suministros de cadenas frías para prevenir brotes de tifoidea y hepatitis. A petición de las autoridades de Surinam, fue desplegado el sistema de administración computarizada de asistencia humanitaria conocido como LSS/SUMA. Un grupo de expertos de SUMA preparó a personal local en el uso del sistema.

La respuesta de Surinam fue en su mayor parte exitosa, debido a esfuerzos de preparación previos, incluyendo la formulación de un Plan Nacional de Desastre. Al éxito contribuyeron también una extensa red de organizaciones no gubernamentales, muchas de ellas activas en el interior del país, y la coordinación entre grupos nacionales e internacionales.