Ciudad de Portoviejo (Ecuador), zona comercial ubicada en el centro de la ciudad - Foto Paulo Lyra OPS/OMS 

E

l 16 de abril de 2016 ocurrió uno de los peores eventos que ha sufrido el territorio ecuatoriano, un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, que dejó un saldo de 663 fallecidos y 9 desaparecidos. Hasta mediados de mayo, 7.633 familias, que corresponden a 28.775 personas, permanecían en albergues temporales. El terremoto también afectó a muchos sistemas de agua potable. En las primeras 72 horas, 6.274 heridos recibieron atención médica. El terremoto afectó a seis provincias de la costa: Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Los Ríos. Sin embargo, Manabí y el sur de Esmeraldas fueron las más afectadas.

La infraestructura de salud de la región también sufrió un duro golpe, en particular en 12 cantones de Manabí y Esmeraldas. Treinta y nueve unidades de salud, que incluyen centros de salud, hospitales básicos, generales y aquellos que proporcionan servicios especializados, fueron dañados y 20 dejaron de funcionar tras la catástrofe.

EMT Nivel 1* EMT Nivel 2** Células especializadas
Nacional Internacional Nacional Internacional Nacional Internacional
20 1 3 2 6 2

* Nivel 1: Cuidado inicial de emergencia de pacientes ambulatorios por lesiones y otras necesidades de cuidados médicos significativo.
** Nivel 2: Cuidados agudos hospitalarios, cirugía general y obstétrica para trauma y otras condiciones importantes.

En la zona de mayor impacto
(cantones: 24 de Mayo, Bolívar, Chone, Flavio Alfaro, Jama, Manta, Paján, Portoviejo, Puerto López, Roca¬fuerte, Sucre, Esmeraldas y el Distrito Metropolitano de Guayaquil) la afectación fue:
Hospitales

Dañados: 15

Inoperativos: 6

Centros de salud

Dañados: 24

Inoperativos: 14

En los cantones que forman parte de la provincia de Manabí, 12 de los 15 hospitales resultaron dañados.

Hospital del IESS de Manta..

Interior del hospital en Bahía de Caraquez, provincia de Manabí, Ecuador.

A pesar de los daños, la atención médica continuó en unidades móviles, tiendas de campaña, o a través de los servicios que fueron reubicados a otras instalaciones.

Adicionalmente, el Ministerio de Salud Pública (MSP) utilizó los estándares de los Equipos Médicos de Emergencia (EMT), iniciativa impulsada por la OPS/OMS, como estrategia de coordinación para el despliegue de equipos médicos nacionales e internacionales. Para su ejecución se instaló, en el ECU 911 de Quito, la Célula de Información de Equipos Médicos Nacionales e Internacionales (CICOM), a cargo de la Dirección de Cooperación Internacional del MSP.

La gestión del CICOM ayudó a organizar el despliegue de los EMT a la zona del desastre según necesidades reportadas desde terreno, optimizar el trabajo del personal de salud y mejorar la calidad de la información sobre las coberturas de salud y su complejidad. Ecuador es el primer país de las Américas en donde se puso a prueba este mecanismo de coordinación.
Como parte de las actividades ante la emergencia, el MSP habilitó dos centros de acopio de medicinas e insumos médicos, ubicados en Quito y Manta. El registro y control del movimiento de estas bodegas se realizó con el sistema LSS/SUMA. Asimismo, se activó Equipos de Pronta Respuesta (ERP), una sala situacional, y se movilizó Equipos de Atención Integral de Salud (EAIS) y Técnicos de Atención Primaria de Salud (TAPS). En albergues y refugios se implementó una vigilancia epidemiológica activa y se dotó de agua a la población afectada a través de tanqueros, plantas potabilizadoras móviles y agua embotellada.

La asistencia en salud mental fue inmediata. Conjuntamente con la Cruz Roja, universidades y ONG nacionales e internacionales, el MSP implementó acciones para el control y prevención de situaciones de violencia, trastornos del comportamiento, acompañamiento a las personas que perdieron familiares y bienes, y el desarrollo de una estrategia de apoyo psicosocial orientada a “Cuidar a los que cuidan”.

La OPS movilizó a su personal para apoyar al Ministerio de Salud Pública en la respuesta al terremoto, especialmente en la coordinación de la emergencia, evaluación de daños, análisis de necesidades, coordinación de equipos médicos de emergencia, evaluación de la infraestructura de los servicios de salud, y gestión de suministros. La OPS continúa trabajando, junto con las autoridades nacionales, en las áreas de vigilancia epidemiológica, servicios de salud, inmunizaciones, salud mental, comunicación y gestión de información.