altEl riesgo tanto de la mortalidad como de pérdidas económicas por los desastres se encuentra enormemente concentrado en zonas muy reducidas de la superficie terrestre. Los países con una elevada población expuesta a graves amenazas de origen natural presentan una porción muy elevada del riesgo de desastres a nivel global. El 75% del riesgo de mortalidad por inundaciones se encuentra concentrado en Bangladesh, China y la India.

Pequeños estados insulares en desarrollo y otros países pequeños tienen niveles de riesgo relativo mucho más altos en relación al tamaño de su población y de sus respectivas economías.

Los riesgos a desastres no solo son una consecuencia de la severidad de las amenazas y la exposición a ellas. Hay una gama de otros conductores de los riesgos de los desastres: urbanizaciones no planificadas, medios de vida rurales vulnerables y deterioro de los ecosistemas, todo esto empeora con el cambio climático. Invertir en la reducción de desastres ayudará a reducir la pobreza, a salvaguardar el desarrollo y a la adaptación al cambio climático.

Estas son algunas de las conclusiones del Informe de evaluación global sobre la reducción del riesgo de desastres 2009: Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro publicado por la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres (EIRD). El documento ofrece una evaluación específica de los riesgos distribuidos en los países en desarrollo, revela tendencias aún no identificadas y analiza una extensa base de datos (1975-2007) de distintos tipos de amenazas, que contribuirán a reorientar las prioridades de la reducción del riesgo en el ámbito mundial e impulsar aún más la adaptación al cambio climático en la agenda internacional.

De los datos presentados se desprende que:

  • El riesgo global de desastres está concentrado mayormente en los países más pobres de gobernabilidad más débil. En países de ingresos bajos y medios bajos de rápido crecimiento económico, la exposición de personas y activos a las amenazas naturales crece más rápidamente de lo que los países pueden potenciar sus capacidades de reducción de riesgo.
  • Los países con economías pequeñas y vulnerables, tales como muchos estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin salida al mar, presentan el grado más alto de vulnerabilidad económica frente las amenazas naturales.
  • La mayor mortalidad y la pérdida de activos está concentrada de manera intensiva en zonas muy pequeñas expuestas a eventos poco frecuentes pero extremos. Estas pérdidas representan una cara importante y poco documentada de los impactos de los desastres.
  • Las comunidades más pobres sufren una parte desproporcionada de las pérdidas por desastres. Los hogares pobres suelen tener una menor resiliencia ante las pérdidas, puesto que rara vez tienen coberturas mediante seguros o sistemas de protección social. Los impactos de los desastres provocan déficit de ingresos o consumo y afectan negativamente el bienestar y el desarrollo humano, con frecuencia a largo plazo.
  • El riesgo de desastres de origen meteorológico está aumentando rápidamente en cuanto a zonas afectadas, pérdidas documentadas y frecuencia de los eventos. Esta tendencia al alza no puede explicarse únicamente por la mejora en la documentación de los desastres. En países con menores capacidades para la reducción del riesgo, los factores subyacentes al riesgo, como la gobernanza urbana deficiente, los medios de vida rurales vulnerables y la degradación de los ecosistemas sostienen el aumento en los riesgos.
  • El cambio climático ya está modificando significativamente la distribución geográfica, la frecuencia y la intensidad de las amenazas meteorológicas, y amenaza con erosionar la resiliencia de los países más pobres y de sus ciudadanos para paliar las pérdidas y recuperarse de los impactos de los desastres. Esa combinación de amenazas creciente y menor resiliencia hace del cambio climático un factor global de riesgo de desastres. En particular, el cambio climático amplificará la distribución desigual del riesgo, haciendo recaer los impactos de los desastres aún más sobre las comunidades pobres de los países en desarrollo.
  • El progreso en la reducción del riesgo sigue siendo heterogéneo. En términos generales, los países están consiguiendo avances de consideración en el fortalecimiento de las capacidades, sistemas institucionales y normas para abordar las deficiencias en la preparación y repuesta ante desastres. También están dando pasos importantes en otras áreas, como la mejora en los sistemas de alerta temprana. Sin embargo, los países reportan pocos avances en la integración de la reducción del riesgo en la planificación y el desarrollo social, económico, urbano, medioambiental y de infraestructuras.
  • Los sistemas institucionales y legislativos para la reducción del riesgo de desastre adolecen de vinculación con los sectores de desarrollo.
  • Los países tienen dificultades a la hora de abordar los factores subyacentes al riesgo de desastres, como deficiente gobernanza urbana y local, medios de vida rurales vulnerables, y degradación de ecosistema, de manera que lleve a la reducción del riesgo, de daños y pérdidas.

El fracaso para enfrentar los factores subyacentes al riesgo resultarán en un dramático incremento del riesgo a desastres  y de la pobreza; pero si se le da la importancia que exige, se puede lograr reducir el riesgo, proteger el desarrollo humano y adaptarse al cambio climático. Más que un costo esto debe considerarse como una inversión para construir un futuro más seguro, estable y sostenible.  Dada la urgencia del cambio climático es necesario tomar acciones ya.

alt*Este artículo es un resumen del informe de evaluación global sobre la reducción del riesgo de desastres 2009. Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro de la EIRD. El informe completo se puede obtener en: www.eird.org/publicaciones/lista.html.