Primera palabra

Cómo definir las prioridades en salud

El análisis de costo-eficacia es cada vez más valorado durante el proceso de asignación de recursos destinados a la salud. Tal enfoque promueve mejores resultados mediante el uso de datos, conocimientos y análisis que permiten decidir con mayor acierto las intervenciones en salud que se llevarán a la práctica. Asimismo, fortalece la rendición de cuentas al estimular decisiones basadas en criterios objetivos acerca de cómo lograr el bien común, algo particularmente importante en el sector salud, donde fondos malgastados pueden resultar en vidas perdidas.

El Proyecto de Prioridades en el Control de Enfermedades, tema de nuestro artículo “Mejores inversiones en salud pública”, utiliza el análisis de costo-eficacia para identificar las intervenciones de salud más eficientes en los países en desarrollo. Los resultados del proyecto fueron presentados en una sesión especial de la reunión del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en septiembre de 2006. Además de señalar las “10 mejores inversiones en salud pública”, el proyecto destaca 17 intervenciones en gran escala consideradas entre las más exitosas del mundo. Entre ellas se encuentran la campaña encabezada por la OPS para eliminar la poliomielitis del continente americano y la más reciente Iniciativa del Cono Sur para el Control y la Eliminación de la Enfermedad de Chagas, así como el programa de fluoración de la sal apoyado por la OPS en Jamaica.

Resulta tentador -y quizás legítimo- preguntar si todos los programas de cooperación técnica de la OPS pasarían la prueba de costo-eficacia. Obviamente una prueba tal mostraría que algunas intervenciones han sido más costo-eficaces que otras. El problema es que en realidad los datos necesarios para hacer esas evaluaciones muchas veces son difíciles de identificar o directamente no existen. Por citar dos ejemplos de otros artículos publicados en este número: ¿Cómo podría evaluarse con precisión el costo-eficacia de la campaña Fique Sabendo, que busca reducir las tasas de VIH/sida alentando a los brasileños a someterse a la prueba? ¿Cómo puede medirse el costo-eficacia de las iniciativas para fomentar modos de vida más saludables mediante escuelas promotoras de la salud? ¿Acaso la dificultad de estimar su costo-eficacia disminuye el valor de estos programas?

Cabe mencionar que tanto el Proyecto de Prioridades en el Control de Enfermedades como otros promotores del análisis de costo-eficacia reconocen que se trata sólo de una de las muchas herramientas que deberían utilizarse en la formulación de políticas de salud. En particular el proyecto insiste en que el principio de la equidad debería ser un criterio separado, pero de igual relevancia en la asignación de recursos para la salud. Esto es de clara importancia en América Latina y el Caribe, donde los macroindicadores de la salud han subido constantemente en las últimas décadas, pero aún hay millones de personas que siguen sufriendo enfermedades y muerte prematura debido al acceso desigual a los servicios. Se trata de un problema persistente que no puede resolverse por medios técnicos sino que requiere atención a los determinantes sociales de la salud además de esfuerzos dirigidos a quienes más los necesitan.

En este sentido, uno de los mensajes clave del Proyecto de Prioridades en el Control de Enfermedades es esperanzador: los países ricos y pobres por igual pueden mejorar (y han mejorado) la salud de sus habitantes aplicando los conocimientos y la tecnología a los problemas de salud. Los países en desarrollo no tienen que esperar logros socioeconómicos para alcanzar mejoras en la salud de su gente (es más, la buena salud de la población es un requisito para el desarrollo socioeconómico). Afortunadamente, la OPS y sus países miembros entienden esto y están elaborando una nueva Agenda de Salud regional que definirá las prioridades y las acciones colectivas para las Américas en los próximos 10 años. A medida que avanzamos en esta iniciativa, haríamos bien en examinar atentamente los resultados de proyectos como el de Prioridades en el Control de Enfermedades mientras adoptamos la equidad y la solidaridad como nuestros principios orientadores.

Mirta Roses Periago
Directora,
Organización Panamericana de la Salud

Volver al índice
 

 Portada de la revista
Índice

Artículos:

Mejores inversiones en salud pública

VIH: Mientras más sabes, mejor

Adulteraciones letales

La genética al servicio de la gente

La salud asiste a clase

Columnas:

Primera palabra
Cómo definir las prioridades en salud

Última palabra
Competencia no saludable

Para imprimir:
 Versión PDF
 (2.7Mb)