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Los adolescentes chilenos se asocian con el gobierno para prevenir el embarazo de jóvenes de 13 a 19 años

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"Solo tenía 18 años cuando me enteré de que estaba embarazada. Al principio, todo me parecía horrible", dice Danitza Riquelme, una joven de 20 años de edad que vive en El Bosque (Chile).

El embarazo en la adolescencia va acompañado de innumerables riesgos para la salud con efectos a largo plazo tanto para la madre como para el niño, sin olvidar el aumento del riesgo de muerte materna, los problemas del piso pelviano, además de las enfermedades mentales en la madre y el bajo peso al nacer del niño.

"La mortalidad materna es una de las principales causas de muerte en las mujeres jóvenes de la Región de las Américas", indicó Sonja Caffe, asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) especializada en salud de los adolescentes. "A escala mundial, el riesgo de muerte materna se duplica para las madres menores de 15 años en los países de ingreso bajo y mediano. La tasa de muerte perinatal en los menores de 1 año cuyas madres tienen menos de 20 años es 50% mayor que la de los menores de 1 año cuyas madres tienen de 20 a 29 años".

Por este motivo, en Chile se ha estado trabajando para disminuir la tasa de fecundidad de las adolescentes menores de 19 años. Entre el 2011 y el 2015, la tasa de fecundidad de las adolescentes se redujo en más de 10%. En el 2015, se situaba en 21,11 por 1.000 mujeres en edad fecunda, lo que era inferior al promedio de 24,4 registrado en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, las mujeres jóvenes de determinadas regiones y situación socioeconómica tienen aún mayores probabilidades de quedar embarazadas, por lo que el embarazo en la adolescencia es una de las principales prioridades nacionales.

Adolescentes y jóvenes toman medidas en favor de la salud sexual y reproductiva

Con el fin de disminuir el número de embarazos entre las adolescentes de todo el país, se está haciendo lo posible en Chile para que los jóvenes participen en la planificación y la formulación de políticas de prevención. En el marco del Plan Andino para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (PLANEA), la OPS y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) han estado colaborando con Chile para que los jóvenes y adolescentes participen en la formulación de políticas relacionadas con este tema.

Un grupo de jóvenes de 10 a 24 años integran actualmente el Consejo Consultivo de Adolescentes y Jóvenes, que colabora con las autoridades ministeriales en las decisiones en torno a políticas y servicios públicos de salud orientados a los jóvenes. A menudo trabajan específicamente en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, haciendo hincapié en el embarazo adolescente no planificado.

Entre el 2010 y el 2017, el Consejo Consultivo realizó ocho seminarios nacionales con jóvenes de todas las regiones de Chile. En el curso de estos actos, los jóvenes presentaban lo que habían logrado en sus respectivas partes del país, al tiempo que compartían opiniones y aportaban sugerencias a las autoridades del Ministerio de Salud. En estos diálogos había debates sobre los derechos sexuales y reproductivos, la calidad de los servicios de salud, la prevención del embarazo adolescente, la educación sexual en la escuela y las alianzas con otros sectores.

Hacer participar a los jóvenes de esta forma supone un beneficio mutuo, apunta Felipe Hasan, del Programa Nacional de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes del Ministerio de Salud chileno. No solo los jóvenes ejercen el derecho a participar en los poderes públicos, sino que también hace más eficaces las políticas que abordan los factores de riesgo que predisponen al embarazo adolescente. Además, esta participación "fortalece las relaciones entre las comunidades y el personal de salud y crea un lugar para la reflexión, el diálogo y la retroalimentación", dice Hasan. "Todo el mundo aprende", añade.

Un enfoque mixto en la prevención del embarazo disminuye la tasa de fecundidad en las adolescentes

El éxito de Chile en la disminución del embarazo adolescente se atribuye a una variedad de proyectos y políticas; entre otros, las leyes y los decretos que gobiernan el Estado con el fin de asegurar que todas las personas reciban educación, información, orientación y acceso a la anticoncepción.

Otro de los proyectos es el de los espacios amigables en la atención primaria de salud, cuyo objetivo es mejorar el acceso de los jóvenes de 10 a 19 años a los servicios de salud ofreciéndoles atención integral centrada en sus necesidades específicas de salud.

"Estos espacios amigables sirven para acercar a los adolescentes, de manera que tengan acceso a la atención primaria de salud", explica Macarena Valdés, directora del Programa Nacional de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes. "Satisface las diversas necesidades de salud que tienen los adolescentes en cuanto a salud sexual y reproductiva, prevención de embarazos y consumo de drogas y alcohol".

Estas y otras iniciativas han permitido el acceso de los jóvenes a los métodos de planificación familiar (incluidas la anticoncepción de urgencia y a largo plazo y el uso de preservativos) mediante la atención primaria de salud. El resultado final es menos embarazos de adolescentes y una población de jóvenes que en general es más saludable y participa más.

Foto: Representantes del Consejo Consultivo de Adolescentes y Jóvenes del Ministerio de Salud chileno