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Perú

Tender puentes entre padres y adolescentes por un Perú más saludable

Familias y entrenadores bailando durante el programa de Familias Fuertes en Perú

Todo padre sabe que criar adolescentes no es fácil. Distintos factores pueden hacer que la vida en casa sea difícil, tanto para los adolescentes como para los cuidadores.

"Es común que los padres no sepamos cómo responder a los problemas a los que se enfrentan nuestros hijos adolescentes", dice Nohelí, una madre de la región Apurímac de Perú.

"No solía confiar en nadie de mi familia", admite Tanner, un adolescente del municipio de Callao de Perú. "Ni siquiera en la persona que me crió".

Los estudios han mostrado que la desconexión, aunque no sea algo deseado, entre los jóvenes y quienes los cuidan puede aumentar los comportamientos peligrosos, como el uso de drogas y el consumo de alcohol o las prácticas sexuales de riesgo, entre los adolescentes.

"Un conjunto de pruebas cada vez más numeroso indica que el desarrollo del cerebro de las personas que usan sustancias psicoactivas durante adolescencia se verá afectado para el resto de la vida", afirmó Sonja Caffe, Asesora Regional en materia de salud de los adolescentes de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). "Además, los comportamientos peligrosos de los adolescentes se asocian con mayor riesgo de accidentes automovilísticos, violencia, infección por el VIH, enfermedades de transmisión sexual, embarazo no deseado y muerte prematura en general".

Sin embargo, la "conexión familiar es uno de los factores más importantes para proteger la salud de los adolescentes", afirmó Caffe. "Las relaciones familiares positivas pueden promover el bienestar emocional y físico y proteger a los adolescentes de incurrir en comportamientos que pueden comprometer su salud en el corto, mediano y largo plazo."

Con el fin de mejorar la comunicación y las relaciones familiares, la Universidad del Estado de Iowa de los Estados Unidos creó el programa "Strengthening Families" que la OPS adaptó para América Latina con el título "Familias Fuertes: Amor y límites". El programa procura prevenir los comportamientos peligrosos de los jóvenes de edades comprendidas entre los 10 y los 14 años reforzando los lazos familiares.

Familias Fuertes

El programa "Familias Fuertes: Amor y límites" es un programa de estudios basado en la evidencia que brinda capacitación en aptitudes para la vida familiar dirigido a adolescentes y sus cuidadores. A lo largo de siete sesiones de dos horas semanales, de seis a doce familias participantes aprenden cómo mejorar sus relaciones y conversan sobre los temas más difíciles a los que se enfrentan los adolescentes, como la presión social, el consumo de drogas, la violencia y el inicio de la vida sexual.

El programa ha sido adoptado por todos los países latinoamericanos en distinta medida. En algunos países, incluido el Perú, el programa ha sido incorporado formalmente por las autoridades como una estrategia nacional básica para promover la salud de los adolescentes y los jóvenes.

Fortalecimiento de las familias del Perú

En el Perú el programa Familias Fuertes se ha estado aplicando desde el 2007, dos años después de que se capacitaran los primeros facilitadores en el país. En el 2008, la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) se hizo cargo del programa, que ha prosperado como una actividad institucionalizada permanente, con un presupuesto anual de 1 millón de dólares desde el 2012.

Todos los años, DEVIDA organiza talleres para "capacitar a capacitadores", acreditar facilitadores nacionales y actualizar los conocimientos de las personas que trabajan en el programa. También ha adaptado materiales para la población de la costa, la selva y las montañas. Hasta la fecha, se han capacitado más de 8.300 facilitadores en el Perú y el programa se aplica en 23 regiones. Más de 122.670 familias de todo el país se han beneficiado del programa Familias Fuertes.

El éxito del Perú con el programa ha llevado a otros países de la Región de las Américas a solicitar el apoyo del Perú para poner en marcha sus propios programas Familias Fuertes. DEVIDA ha trabajado con Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay a lo largo de los años.

Pero la mejor prueba del éxito de Familias Fuertes en el Perú se obtiene escuchando a las familias que han participado en el programa. "Gracias al programa, hemos aprendido a expresar nuestros sentimientos y respetar las opiniones del otro", dice Nohelí. "Aprendimos que el diálogo es la base fundamental de una familia. Ahora somos capaces de hablar abiertamente de cuestiones que pueden tener consecuencias para la salud de mis hijas."

"Me he dado cuenta de los errores que cometí como madre y he cambiado. Cuando estoy en casa pongo en práctica todo lo que aprendí. Mis hijas adolescente confían en mí y yo confío en ellas."

¿Y qué dicen los adolescentes? "He aprendido a confiar en mi madre, mis tías y mis abuelos", afirma Tanner. "Pero también he comprendido en qué debía cambiar yo: actuar mejor, comunicarme abiertamente y valorar todo lo que mi madre y mi familia han hecho por mí."

"Verdaderamente he crecido como persona gracias a estos talleres."